La intensificación de la crisis energética les ha llevado a revisar sus estimaciones
La gravísima crisis energética que padece Europa está provocando que la prudencia y el miedo se intensifiquen entre economistas, analistas e inversores. El hecho de que la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, haya anunciado esta semana una "intervención de emergencia" del mercado eléctrico europeo evidencia la gravedad de la situación.
Explican los expertos de Credit Suisse que los precios de la electricidad se han disparado en todo el Viejo Continente debido al aumento de los precios de las materias primas, la reducción del suministro de gas de Rusia, la menor disponibilidad de energía nuclear en Francia y la baja disponibilidad de energía hidroeléctrica debido a las recientes sequías en muchas partes de Europa.
"No es de extrañar que los responsables políticos estén prestando atención" a la situación, comentan. La Unión Europea (UE) estudia la posibilidad de intervenir en el mercado e introducir reformas estructurales en el mecanismo de fijación del precio de la electricidad.
Mientras esto ocurre, Credit Suisse anticipa una inflación aún mayor en Reino Unido. De hecho, a la luz de los movimientos extremos en los precios de la energía, sus economistas prevén ahora que la inflación británica alcance un máximo de nada menos que el 15% en enero de 2023 (frente a un máximo del 13% en octubre de 2022). Así, estiman que la inflación de Reino Unido se sitúe en una media del 9,6% en 2022 (frente al 9,4%) y del 10,5% en 2023 (frente al 7,4%).
"Esta previsión depende en gran medida de la evolución de los precios de la energía de aquí a finales de año, así como de la eficacia de la intervención gubernamental para mitigar la subida a través de la limitación del precio", precisa.
Para la eurozona, sus economistas estiman una inflación media del 8% en 2022 y muy inferior -del 3,8%- en 2023.
Credit Suisse advierte, como otros muchos expertos, del impacto potencial de esta situación en los resultados empresariales.
Tras analizar los sectores de gran consumo de energía, avisa de la repercusión directa de esta crisis energética en el sector industrial y del impacto indirecto en el sector de bienes de consumo.
En este sentido, desde el banco detallan que las empresas industriales que hacen un uso intensivo de la energía con una gran base operativa en Europa, y que dependen de la compra de electricidad en la red, probablemente verán un impacto negativo "significativo y directo" en sus ganancias. Aquí se refiere a dos sectores, el de productos químicos y el de bienes de equipo.
También destacan estos expertos el posible impacto indirecto para los fabricantes (quizás menos intensivos en energía) cuyos costes de materias primas probablemente aumenten como resultado del incremento de los costes de energía. Aquí se refiere igualmente al sector de bienes de equipo, productos de consumo básico y bebidas.
Credit Suisse no es el único que anticipa una inflación disparada en Reino Unido. Citi ha publicado recientemente que espera que el IPC británico supere el 18% en enero del próximo año tras revisar su pronóstico igualmente debido a sus previsiones sobre los precios de la energía.
Goldman Sachs, por su parte, supera estas estimaciones y argumenta que puede alcanzar niveles por encima del 20% a principios de 2023. El banco también prevé que el país entre en recesión en el cuarto trimestre de este año. Así, ha rebajado su estimación de PIB para 2022 del 3,7% al 3,5%. Asimismo, ha recortado su objetivo para 2023 del 1,1% al 0,6%.