Según los últimos datos difundidos por el Banco Central Europeo (BCE), el excedente de liquidez en la Eurozona alcanza ya los 1,02 billones
Hace mucho que la liquidez dejó de ser un problema para la banca europea. De hecho, nada en liquidez. Le sobra como nunca. Según los últimos datos difundidos por el Banco Central Europeo (BCE), el excedente de liquidez en la Eurozona alcanza ya los 1,02 billones, una cifra sin precedentes.
Dicho de otro modo: a los bancos les sobra ya casi tanto dinero como el que la economía española es capaz de producir en todo un año, puesto que el Producto Interior Bruto (PIB) español de 2015 fue de 1,08 billones de euros. No habrá que esperar mucho para que lo acabe superando, puesto que la tendencia alcista del exceso de liquidez seguirá adelante.
Esta tendencia se deriva de la expansiva política monetaria de la entidad presidida por Mario Draghi. Las compras de deuda pública y privada amparadas por el programa de expansión cuantitativa (QE), por un lado, y las operaciones especiales de financiación bancaria condicionada a la concesión de crédito (TLTRO II), por otro, continuarán nutriendo el dinero ocioso de los bancos, que aún no encuentran en la economía real la demanda suficiente como para canalizar la abundante liquidez que les está suministrando el BCE.
A los bancos les sobra ya casi tanto dinero como el que la economía española es capaz de producir en todo un año
Para entender todavía mejor la importancia de una cifra no sólo basta con su magnitud, sino que además hay que tener presente que los bancos pagan una penalización por el dinero que les sobra. Esta 'multa', considerada en el sector como un impuesto, se deriva de que los tipos de interés de la facilidad de depósito que establece el BCE se encuentran en negativo. Llevan así desde junio de 2014, aunque ahora, y desde marzo de este año, la penalización es del -0,40%, que es el nivel en el que se encuentran estos tipos.
Lo que pretende el BCE con los intereses de depósito en negativo es, precisamente, que los bancos no amasen el dinero, sino que lo presten a la economía real. Pero les está inyectando tanto dinero y la demanda es aún tan insuficiente -además de que la nueva regulación frena la concesión de crédito- que los bancos no dan abasto. Y cada vez les sobra más de ese dinero que Draghi bombea con el QE y con el TLTRO II.
Como el exceso de liquidez supera ya el billón de euros, la banca paga cada día más 11 millones de euros los tipos de depósito negativo. La factura total desde mediados de 2014, teniendo en cuenta la evolución de los intereses desde entonces, se acerca ya a los 2.900 millones de euros. Un año entero con un exceso de liquidez de un billón de euros costará 4.000 millones de euros al sector.
Aunque el BCE ha intentado paliar este impacto, puesto que con las operaciones del programa TLTRO II acabará pagando a los bancos el interés de depósito siempre y cuando incrementen sus préstamos a la economía real, el sector está buscando el modo de mitigar el efecto que esa penalización supone para sus cuentas. Por este motivo, y del mismo modo que el BCE les cobra por su liquidez, hay entidades que ya están cobrando a las grandes empresas, a los inversores institucionales y a los altos patrimonios por sus depósitos.