Bruselas debe pronunciarse sobre las cuentas, y S&P y Moody's revisan su calificación
Italia sigue siendo el centro de atención ya que se enfrenta en los próximos días a un importante examen. Por un lado, está a la espera de la respuesta de la Comisión Europea a su proyecto presupuestario, y todo apunta a que no serán buenas noticias habida cuenta del aviso que ya le ha dado Bruselas para que rectifique sus incumplimientos "sin precedentes". Y por otro, S&P aún tiene previsto revisar la calificación de su deuda, tras la rebaja del 19 de octubre de Moody's. Sus decisiones pueden presionar aún más al país.
"No ha sido una sorpresa que la respuesta preliminar de la Comisión Europea al presupuesto de Italia no haya sido nada positiva", dice Oxford Economics, que recuerda que Bruselas no está de acuerdo con el aumento del gasto propuesto por el país transalpino porque contraviene las normas de la Unión Europea, las recomendaciones para el ajuste fiscal, y al tiempo muestra unas proyecciones de crecimiento excesivamente optimistas. Por eso ya ha pedido una rectificación en una carta firmada por el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Según afirma Barclays, el tono de la carta sugiere que la Comisión Europea "podría recomendar la apertura de un procedimiento de déficit excesivo antes de lo esperado", al considerar la actual temporada presupuestaria como "la última ventana de acción políticamente viable antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año, previstas en mayo". Aunque si eso ocurre puede desestabilizar más a los mercados. Por ello, dicen desde la firma británica, "el alcance del efecto en los mercados dependerá en gran medida de la retórica que Italia decida utilizar en respuesta esta decisión". Lo que cabe esperar, dice Barclays, es que el Gobierno italiano "rechace cualquier cambio material recomendado por la Comisión Europea a su presupuesto".
El mercado da por descontado que tanto Moody's como S&P rebajarán la calificación crediticia de Italia en un punto
Y es que en Barclays creen que "mientras las presiones del mercado financiero sigan siendo manejables, el Gobierno se atendrá a su estrategia de mantener las tensiones con las instituciones de la UE, dado que sigue dando sus frutos en términos de popularidad".
A la espera de que Italia responda a esta misiva (tiene hasta este lunes 22 de octubre para hacerlo), la verdadera prueba de fuego será la valoración final que haga la Comisión de las cuentas planteadas por el Gobierno de coalición que preside Giuseppe Conte. "Creemos que al final no habrá otra opción que rechazar el presupuesto", dicen desde Julius Baer, cuyos expertos recuerdan que pese a que Bruselas ha sentado las bases para el diálogo pese a la dureza de su carta (el propio Moscovici ha dicho que aunque ambas partes tienen puntos de vista diferentes pueden "aproximarse con el diálogo"), el Ejecutivo populista de Italia formado por el Movimiento 5 Estrellas y La Liga "se mantiene firme en sus planes de gasto, ya que retractarse tendría un alto coste político", lo que hace casi imposible que ambas partes acerquen posturas.
REVISIÓN DEL RATING
La presión inversora se puede intensificar en los próximos días no sólo por la respuesta de Bruselas y el tira y afloja que mantenga con Italia, sino también por las decisiones de las agencias de rating. "La UE y las agencias de calificación crediticia tendrán mucho de qué quejarse en el proyecto de presupuesto de Italia para 2019", señala Phanteon Macroeconomics en un informe, en el que también asegura que "si las agencias de calificación necesitan una excusa final para bajar de categoría a Italia, estamos bastante seguros de que pueden encontrarlo en el proyecto presupuestario".
La agencia de calificación Moody’s ha rebajado un escalón el 'rating' de Italia desde Baa2 a Baa3, con perspectiva estable, lo que supone un escalón por encima del 'bono basura', y S&P revisará su 'rating' en los próximos días. "Sospechamos que apretarán el gatillo antes de que acabe el año", dicen los analistas de Phanteon Macroeconomics, que aseguran que la decisión de las agencias de calificación sólo cambiará si la UE y el gobierno italiano negocian con la mente abierta y son capaces de alcanzar un acuerdo. Por su parte, Julius Baer augura también una confrontación que puede hacer saltar por los aires la calificación crediticia de Italia, aunque cree que "mientras Italia mantenga el grado de inversión de al menos una agencia, el impacto será manejable".
El viernes 26 de octubre S&P emitirá su opinión sobre la calificación crediticia italiana, que actualmente mantiene con perspectiva estable. Fitch (que mantiene una calificación en perspectiva negativa desde agosto) no debe revisar su 'nota' hasta 2019.
Los temores sobre Italia no dejan de crecer, aunque en Berenberg creen que al final la situación acabará por relajarse. "El aumento de los diferenciales de riesgo, las rebajas de calificación y la presión de la UE y de las instituciones italianas, como de su presidente Sergio Mattarella y del Tribunal Constitucional, empujarán a Roma a suavizar sus políticas lo suficiente en los próximos meses para evitar una crisis de deuda".