Cree que existe una diferencia importante frente a la crisis financiera mundial de 2008
Desde hace unos días, la Reserva Federal de EEUU (Fed) y su presidente, Jerome Powell, están en boca de todos ante los signos cada vez más evidentes de una posible recesión económica. Tras las dudas que dejaron las actas vino el discurso en Jackson Hole, más suave de lo esperado. Pero hay expertos que señalan que da igual las medidas que tome el banco central, ya que, al contrario de la crisis anterior, un estímulo monetario no nos salvará de esta.
"Esta vez, el mundo se enfrentará a choques que requerirían un tipo muy diferente de respuesta a medio plazo. Intentar deshacer el daño a través de un estímulo monetario y fiscal interminable no será una opción sensata". Es lo que cree el profesor de Economía de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, que destaca que existe "una diferencia importante" entre la crisis financiera mundial de 2008 y la que se avecina.
En caso de cumplirse los pronósticos de que una recesión mundial podría desencadenarse en 2020, EEUU no se libraría. Si hay tres situaciones que suponen un riesgo económico, todas son reflejo de factores políticos que afectan a las relaciones internacionales. Y, si China está involucrado en dos, el país presidido por Donald Trump está en el centro de cada una. Además, "ninguno de ellos es susceptible a las herramientas tradicionales de la política macroeconómica anticíclica".
El primero de los 'shock' señalados por Roubini es la guerra comercial entre China y EEUU, que se intensificó a principios de este mes cuando la administración de Trump amenazó con aranceles adicionales y calificó formalmente a China como manipulador de divisas. Un conflicto que parece no tener fin, ya que cada día ambos países encuentran un motivo más para atacarse.
Una "lenta guerra fría" que representa también el segundo riesgo y que afecta, en este caso, a la tecnología. "China y EEUU compiten por el dominio sobre las industrias del futuro", como la inteligencia artificial o el 5G. Y Trump no ha dudado en ir directamente contra el mayor representante chino de las telecomunicaciones: el gigante Huawei, al que ha metido en la lista de compañías extranjeras consideradas como una amenaza para la seguridad nacional.
"Intentar deshacer el daño a través de un estímulo monetario y fiscal interminable no será una opción sensata"
El tercer y último "riesgo importante" al que se refiere Roubini tiene que ver con el petróleo y su suministro. "Aunque el precio del crudo ha caído en las últimas semanas, y una recesión provocada por una guerra comercial, monetaria y tecnológica deprimiría la demanda de energía y haría bajar los precios, la confrontación de EEUU con Irán podría tener el efecto contrario". "En caso de que ese conflicto se convierta en un conflicto militar, los precios mundiales del petróleo podrían aumentar y provocar una recesión".
Pero hay más. Considera que estas tres posibles perturbaciones "tendrían un efecto de estanflación, al aumentar el precio de los bienes de consumo importados, los insumos intermedios, los componentes tecnológicos y la energía, al tiempo que se reduciría la producción al interrumpir las cadenas de suministro mundiales". Lo que, a su vez, está alimentando ya un proceso más amplio de desglobalización, debido a que los países y las empresas "ya no pueden contar con la estabilidad a largo plazo de estas cadenas de valor integradas".
En medio de toda esta situación, "es fácil imaginar una implosión a gran escala del sistema de comercio global abierto", afirma Roubini, que se pregunta si los responsables de la política monetaria y fiscal están preparados. En la década de 1970, respondieron endureciendo la política monetaria. Sin embargo, actualmente, los principales bancos centrales, como la Fed, ya están buscando la flexibilización de la política monetaria, porque la inflación y las expectativas de inflación siguen siendo bajas". Cree que los bancos centrales "tienen razón al relajar los tipos de interés", pero estos riesgos "no pueden revertirse mediante la formulación de políticas monetarias o fiscales".