Por la prosperidad y estabilidad que proporcionarían al bloque de la Eurozona
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, se ha mostrado "absolutamente a favor" de la emisión de 'coronabonos', que considera el siguiente paso en la integración europea, además de resultar también de interés para los países escépticos al respecto, ya que se beneficiarán de la estabilidad y prosperidad del bloque del euro.
"Estoy absolutamente a favor. Compartir los riesgos financieros es el siguiente paso necesario en la integración europea", afirma Gurría en una entrevista con el diario alemán 'Süddeutsche Zeitung', recogida por Europa Press, en la que señala que los instrumentos financieros no deberían ser una cuestión de fe, sino analizarse de manera pragmática y estar sujetos a determinados requisitos políticos.
"Si funciona, ahorra costes. Si no funciona, necesita ser retocado", sostiene el mexicano, para quien los países del euro que ahora son escépticos al respecto, como Alemania o Países Bajos "deben ser conscientes de una cosa: les interesa que todos los países del euro sean estables y mantengan su prosperidad, puesto que luego también compran más".
En este sentido, Gurría considera que un país como Alemania obtiene un gran retorno al ceder un poco de su solvencia a los demás y subraya, además, que Europa enviaría una señal de fortaleza al resto del mundo.
"La crisis del coronavirus confronta implacablemente a los países del euro con la pregunta de si están listos para más Europa", apunta el líder de la OCDE. "Creo que es legítimo si esta forma de ayuda está vinculada a requisitos políticos", añade.
En cuanto a las consecuencias económicas y sociales de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, Gurría advierte de que serán más prolongadas de lo que dure el propio brote vírico, ocupando al menos este año y el siguiente. "Esta crisis será más dura y destructiva que la crisis financiera de 2008", augura.
Así, advierte de que la recuperación económica no tendrá forma de 'V', sino más bien de 'U' y el objetivo es tratar de evitar que acabe teniendo forma de 'L', ya que la economía ya se encontraba en una tendencia a la baja antes de la pandemia. "La situación es dramática", reconoce.
"Nadie duda de que una recesión es inminente", dice Gurría, quien, no obstante, no cree que nos enfrentemos a una depresión como la de 1929.
Por otro lado, el mandatario de la OCDE alerta de los riesgos de aprovechar la crisis para revertir la globalización y opina que, en lugar de destruir las cadenas de valor habría que acelerar la integración de la economía global y retirar las barreras comerciales que se han levantado en los dos últimos años, que también suponen un lastre al crecimiento. "Los intentos de volver a la autosuficiencia no tendrán éxito", apostilla.
Asimismo, el mexicano hace hincapié en el impacto social y político de la crisis del coronavirus, puesto que "si hay demasiados perdedores, el ya de por sí elevado nivel de insatisfacción en muchos países industrializados aumentará".