Apunta que la inflación seguirá por debajo del objetivo en el corto plazo
La evolución de los rendimientos de la deuda soberana de los países de la eurozona será un factor clave durante las próximas semanas y meses para la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), según señala el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, en una entrevista con el diario portugués 'Público', donde asegura que la entidad intervendrá en caso de que un incremento de los intereses de la deuda repercuta negativamente en las condiciones de financiación.
"Los rendimientos están aumentando, pero este es el caso tanto en los países centrales como en los periféricos. Este será el factor clave durante las próximas semanas y meses para nuestra política monetaria", afirma Guindos, en referencia a la importancia de comprender si el aumento de las rentabilidades de la deuda se debe a la evolución de la inflación o si existen otros factores que podrían obstaculizar la recuperación económica.
En este sentido, el vicepresidente del BCE subraya que, a pesar del aumento de los rendimientos, no se ha apreciado un aumento de los diferenciales, lo que es una señal de que, en términos de evitar la fragmentación, el programa del BCE está funcionando, aunque ha asegurado que la institución cuenta con la flexibilidad requerida para reaccionar si fuera necesario.
"Tendremos que ver si este aumento de los rendimientos nominales repercute negativamente en las condiciones de financiación. Si llegamos a la conclusión de que lo hará, entonces estamos totalmente abiertos a recalibrar nuestro programa(...) Tenemos margen de maniobra y tenemos munición", afirma.
En cuanto a la inflación, el exministro español de Economía y Competitividad prevé que esta supere el 1% en promedio durante todo el año 2021, ligeramente por encima de las proyecciones de diciembre del BCE, que apuntaban a una subida promedio del 1% este año, y que serán actualizadas en la reunión del Consejo de Gobierno de la institución de la próxima semana.
Sobre esta cuestión, Guindos recuerda que existen fuerzas enfrentadas, ya que por un lado, existe el impacto de la pandemia en la brecha de producción, lo que demuestra que actualmente hay una falta de demanda, mientras que, por otro lado, hay una gran cantidad de estímulos monetarios y fiscales, además de un aumento de los precios de las materias primas y la recuperación de la demanda mundial.
Asimismo, el banquero central admite que "hay factores estructurales que podrían impulsar la inflación en todo el mundo", como cadenas de suministro que serán más regionales que antes y una globalización que no será tan rápida como lo fue en los últimos diez años.
"Con todo, yo diría que no tenemos que preocuparnos mucho por la inflación a corto plazo, y a medio plazo seguiremos analizándola con mucha atención, como siempre lo hacemos", subraya, anticipando que, en los próximos 12 meses, se mantendrá en promedio por debajo del objetivo del BCE.