Ha destacado la importancia de la dinámica salarial y la política fiscal para controlar los precios
Una retirada más lenta de las medidas fiscales de ayuda desplegadas durante la reciente crisis energética o el mantenimiento de posiciones expansivas durante los próximos años supondría importantes dificultades para que el Banco Central Europeo (BCE) pueda cumplir sus objetivos de lucha contra la inflación y estabilidad de precios.
"Una reducción más lenta de este apoyo fiscal o una postura de política fiscal expansiva en los próximos años plantearía desafíos importantes para controlar la inflación y llevarla de regreso a nuestra meta", ha advertido el vicepresidente de la institución monetaria de la zona euro, Luis de Guindos, en un discurso pronunciado en Chipre.
En este sentido, el ejecutivo del BCE ha advertido del papel de la dinámica salarial y la política fiscal para determinar la trayectoria futura de inflación, añadiendo que, si bien las proyecciones del banco central incluyen un elevado crecimiento salarial, "aunque a un ritmo desacelerado", un incremento duradero de las expectativas de inflación por encima de la meta debido a aumentos de los salarios o de los márgenes empresariales, podría impulsar la inflación al alza, incluso en el mediano plazo.
De tal modo, Guindos ha defendido la necesidad de evaluar continuamente cómo se transmite la política monetaria a las condiciones de financiación, a la economía real y, en última instancia, a la inflación, destacando que, en el actual ciclo de alzas, el primer tramo de transmisión, centrado en las condiciones de financiación, "ha sido muy fuerte" en comparación con ciclos de subidas anteriores de tipos.
Sin embargo, para el vicepresidente del BCE, en el segundo tramo de la transmisión, relacionado con la forma en que los cambios en las condiciones de financiación afectarán la actividad económica, se avanza a un ritmo más lento "y una parte sustancial de la transmisión aún está en tramitación".
En este sentido, ha recordado que se estima que el impacto a la baja del ajuste acometido hasta ahora sobre el PIB y la inflación promediará alrededor de 2 puntos porcentuales en el periodo 2023-25, esperándose el efecto más fuerte sobre el crecimiento del PIB este año y sobre la inflación durante los próximos dos años.
"Si bien hay señales de la solidez del primer tramo de la transmisión, se espera que una parte sustancial de la transmisión de las condiciones de financiación a la economía real aún esté en trámite, sujeta a retrasos más prolongados", ha resumido Guindos, para quien esto refuerza la necesidad de un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel y la duración adecuados de una postura de política monetaria restrictiva.