Furor por las redes sociales, ¿resucita el 'fantasma' de la burbuja 'puntocom'?

Las redes sociales se han convertido en los últimos tiempos un valor en el que los inversores depositan su confianza

  • Snapchat está marcando registros históricos en sus primeros días
  • ¿Puede haber una nueva burbuja en Internet?
Carlos R. Cózar
Bolsamania | 04 mar, 2017 07:57 - Actualizado: 19:51
Snapchat

Snapchat, Facebook, Twitter… y así hasta completar una lista casi interminable de redes sociales que inundan nuestras pantallas en los teléfonos móviles. La fiebre que se vive por contar lo que estamos haciendo en momento real también se muda a los mercados. ¿Hay posibilidad de que se desate una nueva burbuja en Internet?

Snapchat ha sido la última red social en sumarse a la moda de salir a bolsa. Durante mucho tiempo se estaba especulando con lo que esta semana se ha hecho realidad: ha dado el salto de las redes a los mercados. Snap, la matriz de Snapchat, debutaba en la Bolsa de Nueva York con una subida del 44%, hasta superar los 25 dólares por título. El viernes siguió con su rally y subió un 10,66% hasta los 27 dólares. El precio de salida era de 17 dólares por acción, que ya estaba por encima de los 14 y 16 dólares que esperaban los analistas. De esta manera, la valoración de la empresa subía hasta los 35.000 millones de dólares, desde los 24.000 previos. En la subasta previa a su debut, las acciones de Snap se disparaban entre el 29% y 40%, hasta un rango de 22 a 24 dólares. Pase lo que pase en un futuro con Snap ya ha marcado el hito de ser la mayor salida a bolsa desde la de Alibabá en 2014.

¿Suena familiar? Sí, Twitter. La empresa del pájaro madrugaba un 7 de noviembre de 2011. Una hora y media más tarde, Costolo, Williams y Dorsey vieron como su inmensa fortuna rozaba los 4.000 millones de dólares, al ver como los títulos de Twitter comenzaban su andadura en 45,1 dólares, un 73% más que el precio fijado días antes, de 26 dólares por acción. Sus títulos cerraron en los 44,9 dólares.

Facebook por su parte, protagonizaba su mayor salida a bolsa y su valoración se acercó a los 100.000 millones de dólares. Tras el fulgurante pistoletazo de arrancada, la compañía de Mark Zuckerberg, sus cifras se vieron fuertemente reducidas hasta los 40.000 millones. Tras tocar fondo, los inversores vieron en la red social una gran oportunidad para depositar sus ahorros. Facebook ha conseguido un valor de 360.000 millones y ha adquirido redes sociales como Whatsapp o Instagram. LinkedIn debutaba en la Bolsa en 2011 y duplicaba su valor inicial. Al igual que las otras su valor se duplicaba en el primer día que cotizaba. Su valor volvería a descender. En la actualidad laempresa está cfirada en 200.000 millones de euros.

ATRACTIVO EN LA RED…Y EN LOS BOLSILLOS

Por tanto, Snapchat, es el último caso de la infinidad de redes sociales que además de contar las vivencias del mundo a tiempo real, se juegan mucho en el parqué. Los grandes conglomerados se empeñan en comprar redes sociales, e incluso empresas de redes sociales compran redes sociales, como fue el caso de Facebook que adquirió Instagram. Para Felipe López, analista de SelfBank, estas operaciones son un buenas operaciones. “En el caso de Facebook, consideramos un acierto las adquisiciones que ha realizado. Las compras de Instagram o Whatsapp fueron muy criticadas en su momento pero a toro pasado se está comprobando que han sido operaciones exitosas”, indica.

Las redes sociales proporcionan mucha información, lo que genera una jugosa atracción para inversores y compradores. Así lo explica Felipe López: “Aunque en muchos casos todavía no han ‘monetizado’ la inversión, son redes sociales que siguen creciendo y que les permiten incorporar automáticamente talento para engrosar su plantilla de trabajadores. Además les aportan mucha información acerca de sus usuarios para nutrir su análisis de Big Data y conocer las preferencias o gustos de sus usuarios para optimizar la publicidad”.

Fernando Miranda, ingeniero de telecomunicaciones y además de las razones económicas, recalca uno de las bases del éxito de las redes sociales. “Es un matatiempos en una sociedad que cada vez necesita consumir más información en poco tiempo. Queremos saber todo, lo pasa en el mundo, queremos saber que hacen nuestros seres queridos e incluso pasar un rato agradable viendo un vídeo o una foto. Ese es el gran éxito de las redes sociales”,argumenta.

¿POR QUÉ SALIR A BOLSA?

Twitter registró en 2016 pérdidas por importe neto de 456,87 millones de dólares (427 millones de euros), una cifra un 12,3% inferior a los números rojos del año anterior, informó la compañía, que despidió el ejercicio con 319 millones de usuarios mensuales, lo que supone un avance trimestral del 0,6% y del 4,6% en un año. Ello provocó una debacle en su cotización en Bolsa, que perforó aún mucho más su agujero. Los inversores no tomaron de gran agrado los números y en la semana de resultados se desplomaba un 12%, y el precio caía hasta los 17 dólares por acción.

Pero… ¿cuáles son los principales motivos por los que las redes sociales caen rendidos ante el poder de la Bolsa? Felipe López argumenta que se embarcan debido al instinto “egoísta de los accionistas y el mejor funcionamiento como negocio”. “La operación permite a sus fundadores y demás fondos de capital riesgo vender parte de las acciones y conocer en todo momento en cuánto está valorada la participación que conservan”, argumenta.

Pero el experto quiere recalcar la diferencia entre el caso de Twitter y el de Snapchat. La problemática de la red social del pájaro reside en la “evolución del negocio. “En Twitter ha habido una crisis de liderazgo y una ausencia de estrategia a largo plazo definida”, indica. En cambio, la razón por la que la red social de fotos ha decidido dar el paso para salir a bolsa es la de las pérdidas.

¿DÉJÀ VU?

Entre 1997 y 2000 se originó una de las grandes burbujas financieras más recordadas de los últimos tiempos. Fue la primera en desatarse en Internet. En este periodo se produjo un fuerte crecimiento de los valores económicos de las empresas relacionadas con Internet, llegando a provocar una fuerte burbuja económica que llevó a la quiebra a una gran cantidad de empresas. Las empresas denominadas ‘.com’, se aprovecharon de Internet para conseguir cuota de mercado aunque inicialmente estas entidades no generasen beneficios.

Durante este periodo se desataba una euforia ya que todo el sistema financiero quería subirse al nuevo carro. Además, la aparición de Microsofot, Yahoo, o Google, en definitiva la economía tecnológica, ayudó a que los hechos se precipitasen.

Si se echa una mirada al histórico del índice donde cotizan las grandes tecnológicas (entre ellas las redes sociales), hay dos grandes momentos de bonanza. Uno de ellos se acerca en la época de las famosas ‘.com’, en el año 2000, y el otro, el que se vive en estos momentos. Durante la primera etapa citada, el Nasdaq llegó a superar los 4.500 puntos. A día de hoy, la cifra sigue disparándose situándose por encima de los 5.300. Contrarresta con los discretos números en el periodo entre las ‘.com’ y este 2017, en los que llegar a los 1.000 puntos eran toda una hazaña.

Felipe López, hace hincapié, en el nuevo modelo inversor ya que se ha pasado de apostar en la industria para pasar a la tecnología. “Vivimos en un mundo monopolizado por internet, pero es que esto podría no haber hecho más que empezar. Las nuevas generaciones vienen apretando fuerte… Las mayores fortunas del mundo corresponden a empresarios del mundo tecnológico y los mejores sueldos no se cobran en Wall Street sino en Silicon Valley”, insiste.

En apenas un cuarto de siglo, la clasificación de las mayores empresas del mundo ha pasado de estar liderada por grandes industrias como la del petróleo y la del automóvil a cederle el trono a las firmas tecnológicas estadounidenses.

Pese a ello, el experto desmarca que pueda haber una nueva burbuja: “En aquella época las compañías que salían a bolsa aparecían con valoraciones estratosféricas sin tener ni siquiera producto, ingresos o beneficios estables, era básicamente valoraciones fomentadas en perspectivas de futuro o grandes perspectivas de generación de flujos de caja futuros, eran más bien ideas”. Pese a ello, cree que el sistema financiero ha tomado nota de lo sucedido y la “liquidez de las tecnológicas hace que no sean especulaciones futuras sino realidades actuales”.

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