Un informe del BCE constata que en 2016 el fraude alcanzó los 1,8 millones de euros
El fraude con tarjetas de crédito y débito en Europa se redujo en 2016, tras alcanzar los 1,8 millones de euros, un 0,4% menos que el año anterior, aunque el fraude por Internet aumentó, hasta representar un 73% del importe total defraudado en operaciones con estos 'plásticos'.
Así lo constata un informe del Banco Central Europeo (BCE) dado a conocer este miércoles, en el que se explica que estos datos corresponden a las operaciones fraudulentas efectuadas con tarjetas en la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA: Estados miembros de la UE más Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega).
El fraude por Internet supone el 73% del total, otro 19% es de las operaciones realizadas en TPV y el 8% restante corresponde a operaciones en cajeros automáticos
En términos relativos, es decir, como porcentaje del importe total de las operaciones con tarjeta (4,38 billones de euros), la tasa de fraude se redujo 0,001 puntos porcentuales hasta situarse en el 0,041% en 2016, frente al 0,042% registrado en 2015. Se trata, explica el BCE, del primer descenso que se produce desde 2011.
Según dice, el fraude con tarjetas en operaciones no presenciales, es decir, por Internet, supone el 73% del total, mientras que otro 19% es de las operaciones realizadas en terminales de puntos de venta (TPV). El 8% restante corresponde a las operaciones en cajeros automáticos. El BCE explica que en 2016 se produjo una disminución significativa del fraude en las operaciones con tarjeta en cajeros automáticos (-12,4%) y en TPV (-3%) en relación con 2015.
De esta forma, el fraude por Internet es la única categoría que aumentó (2,1%) con respecto al año anterior. Dado que el fraude por este canal había crecido a tasas mucho más elevadas en años anteriores, el ligero incremento registrado en 2016 puede considerarse, con cierta cautela, "un signo positivo de que, en el futuro, este tipo de fraude disminuirá y los pagos en el comercio electrónico serán más seguros", señala el banco central que preside Mario Draghi.
En este sentido, asegura que esta tendencia puede explicarse por el aumento de las medidas de seguridad en el sector, alentado por los reguladores de la UE. Tal y como dice, la significativa disminución del fraude con tarjetas falsas y con tarjetas extraviadas o robadas, junto con la adopción del 'Chip y PIN' (estándar EMV), explican la "importante" reducción del fraude en cajeros automáticos y TPV, especialmente en operaciones realizadas fuera de la UE.
Asimismo, desde 2015, la autenticación de clientes mediante el sistema de 'doble factor' adoptado por las entidades de crédito y respaldado por los comerciantes también ha contribuido a limitar el fraude en las operaciones de pago con tarjeta por Internet.
No obstante, el BCE alerta de que el fraude de los pagos con tarjeta por Internet sigue aumentando debido al desarrollo de los servicios digitales. "Se está volviendo cada vez más sofisticado", afirma el banco central en su informe, en el que recuerda que los tipos de fraude online más habituales son el denominado 'clean fraud' -en el que los delincuentes consiguen los datos del titular legítimo de la tarjeta, incluidas las credenciales de '3D Secure' y de verificación de dirección-, y el 'robo de identidad' -donde el estafador sustrae los datos personales del titular de la tarjeta con el fin de realizar operaciones por Internet no autorizadas-.
En los últimos años se ha observado un aumento del denominado 'fraude amistoso' (friendly fraud), en el que el pagador primero realiza una operación de pago legítima y posteriormente alega que se ha hecho un uso fraudulento de su tarjeta, procediendo a reclamar la devolución del importe.
TARJETAS MÁS Y MENOS SEGURAS
El informe del BCE aclara también que las tarjetas emitidas dentro de la SEPA y usadas fuera de ella son menos susceptibles de ser objeto de fraude que las tarjetas emitidas fuera de la SEPA y usadas dentro de ella, lo que "debería dar confianza a los titulares de tarjetas europeas cuando viajan al extranjero".
Por último, dice que aunque las mayores medidas de seguridad pueden explicar, en parte, la reciente disminución del fraude en las operaciones con tarjeta, los representantes del mercado ya han advertido del riesgo de caer en la complacencia. Y es que, afirma el BCE, "el fraude en los pagos evoluciona constantemente" y pueden aparecer nuevas tipologías. "El sector bancario ha detectado que el uso creciente de los pagos por móvil es otra área que merece atención".