Bruselas defiende el aguante de la economía pero los analistas dicen que no está "preparada"
La situación de España antes de las elecciones generales ha creado un auténtico debate. Hay dos posiciones claramente enfrentadas, la de aquellos que aún confían en el PIB y su fortaleza, como es el caso de Bruselas (y eso que ha reducido sus previsiones), y la de quienes creen que la economía no está preparada, ni lo estará debido a la incertidumbre política, para afrontar una próxima recesión en caso de que llegue a producirse.
Muchos se preguntan cómo reaccionaría la economía española ante la temida recesión, una vez ha quedado constatado que no es inmune a la desaceleración y que se enfrenta, al igual que el resto de países de la zona euro, a importantes vientos en contra. Sobre todo porque puede que, si llega ese momento, tenga que hacerlo sin Gobierno, o con uno débil, en caso de que se confirmen los pronósticos de las encuestas para el 10N.
La Comisión Europea no cree que haya que alarmarse demasiado. Al menos por ahora. El Ejecutivo comunitario ha rebajado sus previsiones de crecimiento para España en 2019 y 2020 (al 1,9% y 1,5%, respectivamente), aunque ha desvinculando esta revisión a la baja de la incertidumbre política. Es cierto que Bruselas ha dado un tirón de orejas al país, alertando además de la posibilidad de que el déficit sea mayor de lo previsto por la falta de Presupuestos y dejando claro que habrá un frenazo del empleo, pero también lo es que ha echado un capote a la economía destacando su "fortaleza" pese a la falta de Gobierno.
El encargado de hacerlo fue Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, que quitó hierro a la inestabilidad política y destacó que la economía ha "mantenido crecimientos envidiables con Gobiernos minoritarios desde 2015", por lo que, a su juicio, ese no es un factor que "tenga repercusiones en el crecimiento". "Siempre es mejor tener Gobiernos mayoritarios, siempre es mejor tener Presupuestos aprobados por el Parlamento, pero es la voz del pueblo español la que ahora se va a expresar y no es la incertidumbre política lo que explica ni el brillante crecimiento español de estos años ni la relativa ralentización de los próximos años", dijo en rueda de prensa.
Y quiso ser aún más claro para que su mensaje no fuera malinterpretado. "A pesar de la revisión a la baja, es obvio, hay que decir que la economía española está en una situación más resiliente que en el pasado para enfrentarse a una recesión global", remarcó. Asimismo, aprovechó para pedir al futuro Gobierno que recupere las reformas estructurales para seguir avanzando en la consolidación fiscal, aunque recordó que habría que hacerlo respetando "totalmente" las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
SIN LAS REFORMAS NECESARIAS
Aunque esta opinión no es compartida por el mercado. En los últimos días, y a medida que se acerca la cita en las urnas, son muchos los analistas que se han lanzado a valorar las elecciones, poniendo el acento en el hecho de que la economía española es cada vez más débil y que la fragmentación parlamentaria que auguran las encuestas no beneficiará al país.
Las alarmas se han disparado, de forma que algunos expertos ven poco probable que el nuevo Gobierno, si es que lo hay, pueda hacer reformas significativas que ayuden a la economía a fortalecerse de cara a la próxima recesión. Así lo han dicho ya los analistas de Berenberg y los de Barclays, a los que ahora se han unido los de RaboResearch: "Es poco probable que veamos las reformas económicas y fiscales necesarias para preparar mejor la economía para la próxima recesión económica y el rápido envejecimiento de la población", y eso que España sigue luchando con altas tasas de desempleo y un alto nivel de deuda pública, aseguran desde esta firma, según recoge CNBC.
Y no se quedan ahí, ya que recuerdan que aunque por ahora el crecimiento económico "seguirá superando la media de la zona euro", el PIB "se está desacelerando" y España "no es inmune a la desaceleración en el resto del mundo", por lo que enfrentar esta situación puede ser más complicado si no hay Gobierno. Y en RaboResearch ven muy probable que no lo haya porque, "según las encuestas, formar gobierno será de hecho más difícil después de las próximas elecciones".
Puede que el país, tras el 10N, siga en el 'limbo' político en el que parece instalado, dado que reunir los votos necesarios para formar Gobierno será "un gran reto", dicen desde Eurasia Group. El problema de España no es quién formará el Gobierno, sino si el país puede ser gobernado por la división que habrá en el Congreso.