Si el resto de países de la eurozona siguen la senda de España pondrán contra las cuerdas al BCE
La escalada de precios parece no tener fin. En marzo, la inflación en España marcó récord desde 1985, situándose en el 9,8%, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si los datos del resto de países de la eurozona siguen la misma senda, el Banco Central Europeo (BCE) estará contra las cuerdas. En nuestro país, hay expertos que avisan de que viene un futuro difícil tras unos precios que superan las peores expectativas.
"No cabe duda que el dato es muy negativo y que augura un futuro difícil", lo que "hace que nos tengamos que preparar para esta nueva situación en la que vamos a vivir", expresa Víctor Fermosel, profesor de EAE Business School, que añade la posibilidad de que lleguemos a "la temida estanflación". Considera, bajo su punto de vista, que "la bajada de impuestos y la no entrega de subvenciones quizá sea la salida más adecuada para controlar la deuda y bajar esa inflación".
"Pese a que se esperaba un dato elevado, ha superado las peores expectativas", señala, por su parte, Pablo Gil, estratega jefe de XTB. Comenta que "arrastramos una tendencia muy mala desde hace varios trimestres y hoy nos enfrentamos a niveles de precios que no se experimentaban desde principios de la década de los 80". Aclara que hay una pequeña diferencia entre entonces y ahora. "Y es que los tipos de interés entonces rondaban el 15% y ahora están al 0%, porque según el BCE, se trata de un problema transitorio y no hay que alarmarse".
A lo largo de esta semana conoceremos los datos de inflación del resto de países de la zona euro. "Si siguen la senda de lo visto en España, pondrán contra las cuerdas la política ultra expansiva del BCE. Si Lagarde se ve finalmente empujada a subir los tipos de interés, tal y como ya ha ocurrido en EEUU y en Reino Unido, será otro jarro de agua fría para los ciudadanos y las empresas, que al problema de la incesante subida del precio de bienes y servicios podría añadirse el aumento del coste de financiación de los préstamos", opina Gil.
En el escenario de esta crisis, "nos encontramos con una situación muy específica, en la que la inflación está impulsada sobre todo por impactos por el lado de la oferta, junto con una desaceleración del crecimiento económico", apunta Jakob Suwalski y Giulia Branz, analistas de calificaciones soberanas y del sector público de Scope Ratings.
Cree que las subidas de tipos por parte del BCE en la situación actual "no podrían abordar directamente los efectos inflacionistas relacionados con las subidas de los precios de la energía. Por lo tanto, esperamos que el BCE actúe con flexibilidad, en línea con sus mensajes recientes, dando pasos hacia la normalización de la política monetaria a través de una reducción gradual de las compras de activos, adaptándose al mismo tiempo a la evolución de las circunstancias económicas".
En el caso de España, la firma estima que la tasa de inflación superará el 5% en el conjunto de 2022, incluso en un escenario de convergencia gradual hacia el objetivo de inflación del BCE del 2% a finales de año. En cambio, en un escenario de continuación de las presiones en línea con los tres primeros meses del año, la tasa de inflación anual se situaría en promedio en el 8%.
En este contexto, destaca que el Gobierno español está interviniendo con medidas para aliviar el impacto de la elevada inflación impulsada por la oferta en las empresas y los hogares españoles. "El Ejecutivo busca mitigar los efectos perniciosos que los precios de la energía puedan tener en la recuperación económica después del Covid-19. Las medidas anunciadas tienen un coste presupuestario y, por tanto, es probable que también afecten al programa de financiación de España para 2022", afirma.
No obstante, también esperan que se apliquen medidas a nivel europeo para hacer frente a los costes adicionales de la crisis en términos de precios de la energía, pero también relacionados con la crisis de los refugiados. "En general, esperamos que la consolidación fiscal tras el impacto provocado por la pandemia se retrase un poco por el conflicto, aunque el efecto sobre la ratio deuda/PIB dependerá de cómo la elevada inflación se traduce en un menor crecimiento del PIB real y en mayores costes de financiación", concluye Scope.