El índice PMI se redujo de 52,8 registrado en mayo a 50,3 en junio, su lectura más baja desde enero
"Las probabilidades de que la evolución del PIB de nuevo lleve un signo negativo en el trimestre actual han aumentado". Según el índice PMI, la actividad empresarial total de la zona euro casi no demostró crecimiento alguno en junio, indicando una renovada debilidad de la economía después de la breve reactivación del crecimiento registrada en la primavera.
En concreto, el Flash del Índice PMI Compuesto de la actividad total de la zona euro, ajustado estacionalmente, se redujo de 52,8 registrado en mayo a 50,3 en junio, su lectura más baja desde enero pasado.
Pese a registrar el sexto mes consecutivo de expansión en junio, el último incremento fue apenas reducido y mucho más débil que los aumentos observados en los cuatro meses anteriores, señalando una pérdida considerable del ímpetu de crecimiento. La caída de 2,5 puntos del índice fue la más marcada registrada en los últimos doce meses.
Por países, la debilidad fue encabezada por Francia, donde la actividad total cayó por primera vez desde enero pasado puesto que, a juzgar por los informes de los colaboradores de la encuesta, las huelgas se han sumado a las dificultades a las que se enfrenta la economía. La resultante caída de la actividad total fue la más intensa desde febrero de 2021 y fue generalizada en el sector manufacturero y en el de servicios en su conjunto.
El crecimiento también casi llegó al nivel de paralización en Alemania, contrastando con las robustas expansiones observadas en los tres meses anteriores a mayo, puesto que una desaceleración cada vez más severa en el sector manufacturero fue acompañada de un crecimiento más lento en el sector servicios.
El resto de la región en su conjunto indicó el crecimiento más lento de la actividad total de los últimos cinco meses, puesto que la expansión siguió perdiendo ímpetu frente al sólido crecimiento observado en marzo y abril debido a unas importantes reducciones de la producción industrial combinadas con un debilitamiento del crecimiento de la actividad en el sector servicios.
El sector manufacturero siguió siendo la principal fuente de debilidad, puesto que la producción industrial cayó por tercer mes consecutivo, y al ritmo más rápido observado desde octubre de 2022. El abrupto declive resultante de la producción fue impulsado por una reducción cada vez más intensa de los nuevos pedidos de productos, que cayeron con la mayor intensidad registrada desde octubre del año pasado.
Mientras, el crecimiento de la actividad del sector servicios se ralentizó intensamente a medida que el reciente resurgimiento del gasto en servicios perdió ímpetu. La actividad empresarial en el sector servicios creció al ritmo más lento desde enero pasado, descendiendo intensamente desde su máxima reciente registrada en abril, y el crecimiento de los nuevos pedidos se redujo, reflejando apenas un aumento modesto de la demanda, en contraste con el intenso crecimiento observado en los tres meses anteriores a mayo.
En cuanto a la inflación, la reducción de la demanda fomentó un aumento de los descuentos en el sector manufacturero, que llevó a que los precios medios de compra cayeran en el sector industrial por cuarto mes consecutivo y al ritmo más intenso desde julio de 2009.
Aunque los costes de los insumos en el sector servicios siguieron aumentando a una tasa superior al promedio a largo plazo de la encuesta, impulsada especialmente por las presiones salariales, la tasa de aumento se moderó hasta su mínima desde mayo de 2021. La tasa de inflación de los costes de los insumos medida en ambos sectores conjuntamente se desplomó con intensidad en junio, cayendo por noveno mes consecutivo, hasta su mínima desde diciembre de 2020. La reducción del ritmo de crecimiento de los costes se tradujo en una menor inflación de los precios de venta.
Los precios medios cobrados por los productos y servicios aumentaron a su ritmo más lento de los últimos 27 meses en junio, tras haber seguido una tendencia generalizada de atenuación durante los últimos doce meses, pero su ímpetu mostró una caída particularmente marcada en junio (una de las caídas más importantes del índice, en cuanto a puntos, desde 2008 excluyendo los meses de confinamiento por la pandemia a principios de 2020). Los precios cobrados por los productos industriales cayeron por segundo mes consecutivo e indicaron su mayor declive en los tres últimos años.
Las tarifas promedio cobradas por los servicios volvieron a aumentar intensamente, aunque la tasa de inflación se atenuó en su mayor medida desde 2008 si se excluyen los meses de confinamiento de principios de 2020.
Por otro lado, los pedidos pendientes de realización se redujeron al ritmo más intenso de los últimos siete meses, haciéndose eco del crecimiento sostenido, aunque cada vez menor, de la actividad total en un momento de menores volúmenes de nuevos pedidos recibidos, y se han reducido por tercer mes consecutivo. Los pedidos pendientes disminuyeron al ritmo más acelerado de los tres últimos años en el sector manufacturero y volvieron a registrar un declive en el sector servicios por primera vez desde enero pasado.
La reducción de los pedidos pendientes suele indicar un exceso de capacidad y por lo tanto, típicamente sugiere una futura presión a la baja en las plantillas. En consecuencia, el crecimiento del empleo se ralentizó por segundo mes consecutivo en junio y la tasa de creación de empleo se redujo hasta su mínima desde febrero pasado. Las plantillas del sector manufacturero sufrieron un recorte por primera vez desde enero de 2021 y el crecimiento del empleo en el sector servicios se desvaneció por segundo mes consecutivo, hasta alcanzar su mínima desde marzo pasado, pese a permanecer sólido en función de sus niveles históricos.
Cabe destacar que los fabricantes también adoptaron medidas ante las perspectivas de una menor producción en los próximos meses y redujeron intensamente sus compras de insumos. Sin contar los confinamientos por el COVID-19 de principios de 2020, en junio se observó la reducción más marcada de la compra de insumos en el sector industrial desde 2009.
La reducción de la actividad de compra de insumos de los fabricantes disminuyó la presión soportada por las cadenas de suministro, que a su vez generó unos plazos de entrega de los proveedores más cortos. Los plazos de entrega han mejorado en los últimos meses en una proporción que no se había observado desde 2009.
El optimismo respecto de los próximos doce meses se redujo en junio al ritmo más marcado desde septiembre de 2022, cayendo hasta su mínima en lo que va de año. Las expectativas para los próximos doce meses se deterioraron con especial intensidad en el sector manufacturero, donde se contrajeron hasta su mínima de los últimos siete meses en junio, pero también se desplomaron hasta su mínima de los últimos seis meses en el sector servicios.
El grado de confianza ha caído muy por debajo del promedio a largo plazo en ambos sectores. Pese a que las preocupaciones por las energías y las cadenas de suministro se han atenuado desde finales de 2022, en junio se ha observado una nueva escalada de la preocupación en torno al crecimiento de la demanda, en especial, por el impacto del aumento de los tipos de interés, y las consecuentes posibilidades de recesión tanto en los mercados nacionales como en el resto de los países.
Desde Hamburg Commercial Bank comentan que, "después de que el PIB de la zona euro cayera por dos veces consecutivas en el primer trimestre, las probabilidades de que la evolución del PIB de nuevo lleve un signo negativo en el trimestre actual han aumentado algo, debido en parte a la débil actividad empresarial del sector servicios en Francia. Aún si nuestra hipótesis inicial de un crecimiento ligeramente positivo en la economía de la zona euro en el segundo trimestre se hace realidad, la tendencia a la baja del PMI compuesto indica un segundo semestre del año arduo puesto que las firmas de todos los sectores se enfrentan al creciente deterioro de las carteras de pedidos".
Añaden que, además de la persistente discrepancia que ya se observa desde hace varios meses entre el sector manufacturero y el sector servicios, existen claras diferencias nacionales. "Por ejemplo, a juzgar por la encuesta PMI, la actividad empresarial en el sector servicios registrada en junio se contrajo en Francia, mientras que en Alemania continúa en expansión, aunque a un ritmo más lento. Lo mismo sucede con respecto a los nuevos pedidos, que están decayendo en Francia pero aumentan en Alemania (una vez más a un ritmo cada vez menor). Se ha mencionado la elevada inflación y unos mayores costes de financiación como los motivos de esta debilidad en Francia, cuya economía también puede haber sufrido debido a la intensa actividad de huelgas y protestas en la primavera".
Por último, señalan que "si el Banco Central Europeo (BCE) sólo tuviese que controlar los precios de los productos, se celebraría el fin de la inflación, puesto que aún en junio la encuesta del PMI señala que los precios de compra y de venta han caído significativamente. De hecho, dada la recesión en el sector manufacturero indicada por el PMI, habría que comenzar a recortar los tipos de interés". Sinn embargo, "esta no es la imagen completa. En la porción más importante de la economía, el sector servicios privado, los precios siguen al alza, y es por ello que la tasa básica de inflación tarda tanto en bajar", concluyen.
Para los analistas de Pantheon Macroeconomics, estos datos "no son agradables y son consistentes con nuestra opinión de que el crecimiento del PIB en la eurozona se mantendría moderado en el segundo y tercer trimestre, después de que las revisiones recientes mostraran que la economía entró en una recesión técnica en el cuarto y primer trimestre".
Para ellos, ahora la gran pregunta para los mercados es si el cambio repentino en los PMI será decisivo en la batalla entre 'halcones' y 'palomas' en el BCE sobre la decisión de subir o mantener en septiembre. "Todo depende de la velocidad y amplitud de la desaceleración de la encuesta en los próximos meses. La inflación, y en particular, las previsiones de inflación del BCE a partir de septiembre, siguen siendo la variable de entrada clave para la decisión de aprobar una subida final en esa reunión. Pero si los PMI y los datos duros están cayendo por un precipicio en septiembre, será un argumento sólido a favor de una retención", dicen.
En este sentido, los expertos de ING opinan que "el lento panorama económico combinado con la continua mejora de la inflación parecería ser moderado para el BCE. Sin embargo, nada de esto proporcionará un catalizador para que el banco cambie de dirección en las subidas de tipos. Los formuladores de políticas parecen preferir demasiado, en lugar de muy poco ajuste en este momento, lo que prepara el escenario para otra posible alza en septiembre".