Francia, España, Italia y Reino Unido seguirán adelante con el impuesto a las tecnológicas
Los líderes europeos no van a echarse atrás en sus planes de crear un impuesto sobre los servicios digitales a los gigantes tecnológicos de EEUU, que se conoce como 'tasa Google'. Y no lo van a hacer pese a las amenazas que ha vertido el presidente estadounidense, Donald Trump, que ha anunciado que habrá represalias si siguen adelante con ello. Ni siquiera Francia renuncia a ello, y eso que hace unos días Emmanuel Macron acordó con el republicano una tregua para evitar una guerra arancelaria.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha aprovechado su visita al Foro Económico Mundial que se celebra en Davos (Suiza) para dejar claro que su país solo ha aceptado un aplazamiento del impuesto digital hasta finales de 2020, pero que ni mucho menos se ha olvidado de él. La batalla aún no ha terminado, ha dicho el dirigente galo, que ha explicado que Francia ha acordado el retraso de la 'tasa Google' porque, a cambio, EEUU ha aceptado "suspender las sanciones contra Francia".
Francia tiene intención de introducir un impuesto del 3% sobre las ventas generadas por las empresas de tecnología, aunque ha decido no implantar aún la tasa a la espera de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) resuelva sobre este asunto. Así, además, evita los aranceles que Trump había anunciado contra productos galos como el queso o el champán.
Aunque Le Maire ha dicho que no esperarán eternamente. El ministro francés ha asegurado que la OCDE debe crear un marco internacional para la tributación digital que sea justo, y debe hacerlo cuanto antes. "Necesitamos saber cuál será la base de trabajo de la OCDE, y queremos que esa base sea sólida, creíble y justa. Una base opcional no sería creíble", ha remarcado.
Pero Francia no ha sido el único país en mantener el órdago sobre este impuesto. También en Davos, que se ha convertido en el escenario perfecto para discutir sobre la tasa a los servicios digitales, la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital española, Nadia Calviño, ha insistido en que España creará su propia 'tasa Google' si no hay acuerdo en el seno de la OCDE o en la propia Unión Europea al respecto.
El Gobierno de Pedro Sánchez esperará a ver si la OCDE desgrana sus planes próximamente y si hay posibilidad de llegar a un acuerdo a lo largo de 2020, y si no, actuará. Porque aunque cree que hay que dar una respuesta común a este tema, España no va a renunciar a actuar en el ámbito nacional "si no se logran soluciones aceptables en los niveles superiores". Según Calviño, el Ejecutivo no va a renunciar a tener un sistema fiscal nacional que sea "más justo y se adapte a la realidad del siglo XXI" solo porque la OCDE o la UE sean incapaces de acordar una solución en el corto plazo. O porque EEUU amenace con represalias.
Italia también anunció un impuesto similar al francés, del 3% sobre las transacciones por Internet que hacen empresas como Facebook, Amazon o Google, que de momento no se ha implantado a la espera de la OCDE. Según ha dicho el ministro de Economía y Finanzas italiano, Roberto Gualtieri, en Davos, "si no hay una solución a nivel mundial, seguiremos adelante" con esta tasa, aunque ha resaltado el compromiso de Roma para "encontrar una solución global a este problema".
"Estamos comprometidos con el proceso a nivel mundial. Nuestro impuesto está diseñado de tal manera que nadie tiene que pagar ahora -el pago debe hacerse el año siguiente-. Y ya tiene una cláusula de caducidad, por lo que expirará automáticamente si hay una solución global", ha señalado Gualtieri.
Y también Reino Unido ha destacado que tiene sus propios planes sobre el impuesto a los servicios digitales, que implantará a no ser que haya una solución internacional liderada por la OCDE, o en caso de que esta tarde en llegar. El ministro de Finanzas británico, Sajid Javid, ha dicho desde Davos que Reino Unido seguirá adelante con su 'tasa Google' en abril, pero que el país está dispuesto a alinearlo con el impuesto que posteriormente se acuerde de manera internacional.
"Es un impuesto proporcional, y un impuesto que está deliberadamente diseñado como un impuesto temporal", ha dicho Javid antes de añadir que "se caerá cuando haya un acuerdo internacional". La intención de Reino Unido es gravar con un 2% los ingresos de los motores de búsqueda, de las plataformas de medios sociales y de las firmas de comercio electrónico que obtienen ganancias de los usuarios británicos.
"Si quieren poner impuestos arbitrarios a nuestras compañías digitales, pondremos impuestos arbitrarios a las compañías de automóviles"
En Europa ya saben cómo se las gastan Donald Trump y su gabinete, por lo que no ha extrañado la rapidez con la que el propio presidente estadounidense o su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, han respondido al órdago europeo, que considera "arbitrario" y "discriminatorio". Trump ya ha dicho que si la UE sigue adelante con la 'tasa Google' y no se aviene a un acuerdo comercial que sea bueno para EEUU, impondrá "aranceles muy altos" al sector automovilístico europeo, uno de los más potentes del Viejo Continente.
Y Mnuchin ha sido el encargado de responder a la pretensión británica, diciendo en Davos que el impuesto propuesto sobre los servicios digitales discrimina a las multinacionales estadounidenses y que habrá represalias -probablemente un impuesto sobre las exportaciones de automóviles del Reino Unido a Estados Unidos- si se impone el mencionado gravamen del 2% en abril. "Si la gente quiere poner impuestos arbitrarios a nuestras compañías digitales, consideraremos poner impuestos arbitrarios a las compañías de automóviles", ha asegurado.
De momento los países europeos parecen mantenerse firmes en sus planes, ya que consideran injusto que los gigantes de la tecnología obtengan grandes beneficios de los consumidores dentro de sus países, pero paguen pocos impuestos en comparación. No obstante, son ya muchos los analistas que se preguntan cuánto tiempo durará esta resistencia contra EEUU, dado que las represalias anunciadas por Trump y los suyos van contra la industria automovilística.
Europa obtiene buena parte de su crecimiento económico de este sector, y eso sin contar los puestos de trabajo. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (EAMA, por sus siglas en inglés), el volumen de negocio generado por el sector del automóvil representa el 7% del PIB total de la UE, y la industria emplea a 13,8 millones de europeos directa e indirectamente, lo que representa el 6,1% de todos los puestos de trabajo de la Unión Europea.
El sector del automóvil europeo ya se ha visto amenazado anteriormente por los aranceles de Trump, aunque todo quedó en suspenso mientras EEUU centraba sus negociaciones comerciales con China. Ahora, con la Fase 1 de su acuerdo ya cerrada, el republicano ha vuelto de nuevo la mirada a la UE, a la que insta a llegar a un acuerdo antes de las elecciones presidenciales de noviembre. "No tiene otra opción", ha asegurado el presidente estadounidense, que ha dicho que si no hay acuerdo se verá obligado a "tomar medidas".