El país transalpino ha revisado a la baja el dato de PIB del primer trimestre
España no debe temer a un posible contagio de Italia porque su crecimiento ha sido "muy robusto" en 2018 y seguirá creciendo por encima de sus comparables este año. Así lo afirman los expertos, que señalan que todos los problemas del país transalpino se derivan de su "falta de crecimiento", y eso es algo de lo que no adolece la economía española.
"El diferencial de la prima de riesgo no invita a preocuparnos. Si España sigue mejorando, el efecto contagio no lo veremos", dijo Antonio Madera del Pozo, Head of Sovereign & Sub-sovereign de Axesor, en una conferencia organizada este jueves por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). Y con él coincidieron los otros ponentes. Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS, señaló que "el problema de Italia viene más por su falta de crecimiento económico que por los factores políticos o de déficit", aunque reconoció que estos son dos asuntos importantes que no se pueden obviar.
Por su parte, Javier Rouillet, vicepresidente de Global Sovereign Ratings de DBRS, al ser preguntado por la posibilidad de contagio, lo descartó remarcando que "la gran diferencia con España es el crecimiento potencial, o la poca capacidad de Italia de generar un crecimiento alto". "En los últimos años el crecimiento de ha sido muy débil, y mientras no se implementen medidas para fomentar el crecimiento de la economía italiana el problema seguirá ahí", afirmó.
Precisamente este viernes Italia anunciaba una revisión a la baja del dato del Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre. Entre enero y marzo, según los nuevos registros, la economía italiana, que es la tercera mayor de la zona euro, solo creció un 0,1%. Es la mitad de la primera estimación del dato, y el recorte se produce después de que el PIB del país transalpino entrara en recesión técnica en la segunda mitad de 2018, al retroceder un 0,1% en los dos últimos trimestres del año.
Y las previsiones no son nada alentadoras ya que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía italiana sufrirá una contracción del 0,2% en 2019, mientras que un año después el ritmo de crecimiento apenas alcanzará el 0,5%. Frente a ello, la situación de España es bien distinta, ya que el PIB creció un 0,7% entre enero y marzo y el Gobierno estima que la economía cerrará el año con un crecimiento del 2,2%. Ya lo decía la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, en la comida posterior a la mencionada jornada de la APIE, a la que acudió.
"La economía española está capeando el temporal, y sigue contando con la confianza de los mercados precisamente por el buen momento que atraviesa", dijo la ministra, que invitó, no obstante, a seguir siendo prudentes porque hay muchos riesgos sobre la mesa que pueden truncar el avance del PIB, entre los que mencionó la guerra comercial, el Brexit o la evolución de la economía de Alemania, a la que se conoce como la 'locomotora europea'. También aprovechó para descartar el contagio a España de la inestabilidad de la deuda italiana, ya que la rentabilidad del bono español se mantiene en niveles históricamente bajos.
Según la ministra, "no observamos ningún síntoma de contagio en los mercados financieros, más bien al contrario", aunque dejó claro que la situación financiera y económica de uno de los socios del euro debe preocupar al resto. Y es que Italia atraviesa un momento delicado, no solo por el escaso crecimiento económico, sino también por la deuda que arrastra, que supera el 132% del PIB, y por el elevado déficit que, además, uno de los socios del Gobierno del país, el líder de la Liga Norte Matteo Salvini, amenaza con saltarse.
Eso ha llevado a que la Comisión Europea tome una decisión drástica que puede desembocar en una nueva guerra entre Roma y Bruselas: ha puesto en marcha el procedimiento para sancionar al país por no reducir su deuda. Aunque los expertos creen que esa 'amenaza' no hará que Italia tome las medidas necesarias para revertir esta situación. Sobre todo porque, según Scholtes, en otras ocasiones lo que ha ayudado a poner la "camisa de fuerza al Gobierno italiano" ha sido la "combinación de los mercados y la amenaza de perder la calificación crediticia de grado de inversión (BBB)".
En su último informe, los analistas de Rabobank apuntan que aunque Italia ha salido de la recesión en el primer trimestre su situación económica "sigue siendo desesperada" porque el PIB podría desacelerarse el resto del año, ya que "la incertidumbre política y la tensión entre Roma y Bruselas pesan sobre la confianza del sector privado". Es más, estos expertos señalan que las tensiones entre la Comisión e Italia volverán a aumentar en otoño, cuando el Ejecutivo comunitario tenga que aprobar el presupuesto italiano para 2020. Esta firma pronostica un crecimiento del 0,0% interanual en 2019, y cree que en 2020 el PIB italiano se recuperará "un poco".