Después de que se haya vuelto a plantear la posibilidad de derogar íntegramente la reforma laboral
El lio del pacto entre el Gobierno y EH Bildu para derogar la reforma laboral de 2012 está situando a los empresarios en una situación de incertidumbre adicional a la que ya están viviendo estos meses debido a la pandemia del covid-19 y sus consecuencias económicas. Y esto puede derivar a que muchas empresas empiecen a plantearse pasar de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a los despidos.
Incluso hay empresas dispuestas a renunciar a los beneficios del ERTE, como son las cotizaciones, porque consideran que, aunque tengan que pagarlas, les va a salir más barato hacer directamente un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), ya que así en el futuro no solo se evitan costes más altos de despido, sino los salarios de tramitación, que van a ser muy altos dado el colapso del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), como explican fuentes consultadas por este medio.
Además, la posibilidad de que se haga una nueva reforma laboral, ya sea mediante una derogación total o parcial, justo este momento ya incierto de por sí para la gran mayoría de las empresas, "sin duda supone un motivo más de incertidumbre" que "obviamente puede desatar decisiones drásticas y precipitadas por parte de los empresarios" que van a preferir "acatar unas consecuencias ciertas y reales, frente a la probabilidad de tener que lidiar con unas medidas que, en todo caso, son menos flexibles y más caras para ellos que las que nos ocupan en estos momentos", señalan desde el despacho laboralista A&E Abogados.
Desde el Círculo de Empresarios consideran que se ha provocado "un nivel de confusión e incertidumbre sin precedentes", más en un momento en el que se necesita de "una hoja de ruta compartida". Aunque defienden que es necesario acometer una reforma laboral, piensan que tiene que hacerse siempre en el marco de un diálogo social y no por decreto, puesto que esta estrategia, "lejos de preservar los puestos de trabajo, condenará al cierre a numerosas empresas y acelerará el proceso de destrucción de empleo".
"La fase de recuperación que vamos a encarar exigirá un gran esfuerzo a miles de empresas para reactivar su actividad y preservar millones de empleos adaptándose a las nuevas circunstancias. Necesitarán flexibilidad y margen de actuación para recomponer sus modelos de negocio, innovar y fortalecer su competitividad", añaden.
Otros como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) prevén que si esta derogación de la reforma laboral realmente llega a materializarse en estos momento "se echarán por tierra todos los esfuerzos realizados para, a través de los ERTE, lograr hibernar las plantillas y salvaguardar millones de puestos de trabajo". También que tendrá unas "consecuencias negativas incalculables en la economía española y en la confianza empresarial tanto nacional como internacional, que impactarán de forma profundamente negativa en el empleo".