Se esperan los comentarios de Jerome Powell sobre la fortaleza del dólar y las turbulencias de los emergentes
La Reserva Federal de EEUU (Fed) llega a la cita que marca el final del verano para los banqueros centrales después de un año agitado. Desde agosto pasado, se han renovado miembros de su Comité Abierto de Política Monetaria, se ha nombrado a Jerome Powell como presidente y ha habido tres subidas de tipos de interés (otras dos más están en ciernes). 12 meses de intensa activad que ponen a Powell y los planes de la Fed en el ojo del huracán en su estreno como maestro de ceremonias del cónclave de Jackson Hole (Wyoming) en un momento en el presidente de los EEUU, Donald Trump, ha criticado su gestión.
La reunión arranca este jueves, 23 de agosto, pero el plato fuerte se reparte entre el viernes y el sábado, cuando se desarrollará un programa de conferencias que queda en el aire hasta el último minuto -no se conocerá hasta la madrugada del viernes-, como también lo está la presencia de las delegaciones de otros bancos centrales. Los expertos no esperan que acuda ningún miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), incluido su presidente, Mario Draghi, aunque sí lo harán algunos de sus miembros.
Los gobernadores del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, y, con toda seguridad, del Banco de Inglaterra, Mark Carney, también tienen muchos números para faltar a la cita que organiza la Fed de Kansas. Por este motivo, la atención de los mercados aún recaerá más sobre un Powell que ofrecerá el discurso inaugural del 24 de agosto donde “podría aprovechar para ofrecer detalles sobre la comunicación a los mercados de la Fed”, apuntan desde Rabobank.
Así, el protagonismo de Powell está asegurado en un momento en que el mundo mira hacia EEUU en busca de pistas sobre los incrementos de tasas. El contexto no podría ser más excepcional: los economistas alzan sus voces para cuestionar que los mercados emergentes aguanten unos tipos elevados, mientras advierten del contagio de la crisis turca; el dólar se ha apreciado un 3% desde que la expresidente del banco central, Janet Yellen, se despidió del simposio y el presidente de los EEUU, Donald Trump, ha cargado contra el banquero central por encarecer el precio del dólar con su política de normalización monetaria en lugar de ayudar a la economía del país.
¿QUÉ ESPERAR DE POWELL?
“Será interesante conocer su opinión sobre los últimos acotamientos que han puesto a la defensiva a los mercados, tales como la crisis turca, la caída de las divisas emergentes y la guerra arancelaria”, manifiestan los analistas de Link Securities. Pero, en especial, “habrá que estar atentos a lo que tenga que decir Powell sobre el impacto de la política monetaria estadounidense en los países en desarrollo, muchos de las cuales presentan un abultado volumen de deuda en dólares”, agregan estos expertos.
Con la subida de tipos de septiembre más que descontada por el mercado -con un 95% de posibilidades- los inversores encaran Jackson Hole con ansias de saber más sobre el menos claro incremento de diciembre y la rara previsión de un alza y media en 2019. Y los economistas coinciden en subrayar que la política de reducción del balance de la Fed o la visión del banquero central sobre el crecimiento, inflación y desempleo también se esperan con ganas.
Las cuestiones que ahora mismo obsesionan al mercado, tales como la fortaleza del dólar o una posible salida en masa de capitales en los emergentes no se situarán en el centro del debate
También "será importante ver si, ante las turbulencias de los emergentes, Powell mantiene o no el tono 'duro' que hasta ahora ha practicado en general en sus discursos”, indica Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4. “De ser así, cabría esperar mayor volatilidad”, declara. En cambio, Kevin Logan, economista jefe de HSBC, cree que el presidente de la Fed sacará a relucir “la imparcialidad mostrada en sus últimos discursos, dejando los temas más controvertidos a otros ponentes”.
CORPORACIONES, TECNOLOGÍA, INFLACIÓN Y FOCO EN EL LARGO PLAZO
Con todo, pone de relieve Logan que en el cónclave a que tiene por título ‘Una estructura de mercado cambiante y sus implicaciones en la política monetaria’, “las cuestiones que ahora mismo obsesionan a los operadores, tales como la fortaleza del dólar o una posible salida en masa de capitales en los emergentes” no se situarán en el centro del debate. Por lo tanto, “hay escasa posibilidad de que se produzcan noticias que muevan el mercado”, afirma.
Y el sentir generalizado entre los expertos es que el resto de bancos centrales tampoco van a moverse de sus posturas ya conocidas. El BCE se ceñirá al mantra de que mantendrá los tipos sin cambios al menos hasta después del verano de 2019, el BoE está inmerso en cuestiones domésticas, como el impacto del Brexit, y el BoJ todavía está digiriendo la reacción del mercado a sus ajustes del mes de julio, cuando anunció que recalcitraría sus operaciones en el mercado de bonos.
Tres serán los temas principales de las conferencias, entre los que no se hallan ninguno de los anteriormente citados. Primero, el crecimiento de las grandes multinacionales y su impacto en la inversión global y la productividad. Segundo, los avances tecnológicos y la evolución de la dinámica de la inflación. En tercer y último lugar, el impacto de la estructura cambiante de la industria bancaria en las políticas monetarias.
Estos aspectos tienen importancia en la efectividad de la política monetaria a largo plazo, “pero no tienen mucha influencia en decisiones a corto plazo, como si la Reserva Federal debería continuar elevando tipos este año o si el BCE debería poner fin a su programa de flexibilización cuantitativa en diciembre, como está actualmente planificado”, argumenta el economista jefe de HSBC.
Si acaso, según Logan, en un Jackson Hole menos controvertido que otros años, a pesar de que el momento económico invita a polemizar, el último de los ejes a debate es el más suculento. La discusión sobre el papel de los bancos centrales en la liquidez bancaria “puede dar pistas sobre la política que guiará a la Fed en la reducción de sus balances en 2019 y los años venideros”, concluye.