Jucker, Tusk y Barnier han advertido a Reino Unido de que no hay nada que negociar
La Unión Europea (UE) se enfrenta a dos semanas de negociaciones con la primera ministra británica, Theresa May, después de que el Parlamento británico respaldara con entusiasmo su 'plan B'. Por ahora, los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Jean Claude Juncker y Donald Tusk, han lanzado un jarro de agua fría sobre la posibilidad de revisar el Tratado de Retirada y han agitado el fantasma del 'Brexit duro'.
El primero fue Juncker, durante la sesión plenaria del Parlamento Europeo del miércoles, afirmó que la votación que tuvo lugar este martes en el Parlamento Británico aumenta el riesgo de que se produzca una salida caótica del Reino Unido de la Unión Europea y dijo que los Estados Miembro tenían que estar preparados para todas las opciones.
El negociador europeo para la UE, Michel Barnier, también rechazó la posibilidad de modificar los términos del acuerdo sobre la frontera de Irlanda del Norte, el punto que más problemas está generando entre los eruoescépticos del Reino Unido.
Mías tarde, este miércoles, Tusk, tras reunirse con May ha señalado que el Acuerdo de Retirada "no está abierto a la renegociación" y ha dicho no saber "qué quiere Reino Unido". "Mi mensaje a la primera ministra Theresa May: La posición de la UE es clara y consistente. El Acuerdo de Reitera no está abierto a la renegociación", ha señalado en un mensaje en su cuenta en la red social Twitter. "Ayer, descubrimos lo que no quiere Reino Unido. Pero aún no sabemos qué quiere Reino Unido", ha agregado en su mensaje.
Los expertos se hacen eco de estas palabras del presidente del Consejo Europeo y señalan que las únicas buenas noticias que se pueden extraer de los acontecimientos del martes y miércoles es que "después de dos años de que nos digan lo que no quiere, la Cámara de los Comunes por fin ha alcanzado una decisión sobre que tipo de acuerdo será aceptable", comenta Marshal Glitter, analista de ACS Global.
La Cámara de los Comunes aprobó el martes encargar a May que regrese a Bruselas para tratar de renegociar el Tratado de Retirada, en especial para modificar la salvaguarda diseñada para evitar la vuelta a una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Muchos diputados ven con recelo ese mecanismo porque creen que "atrapará" a Reino Unido en la Unión Aduanera de manera indefinida, pero el bloque de los 27 lo ve como un requisito irrenunciable para un Brexit ordenado y para proteger la paz en el Úlster.
Por otra parte, decidieron descartar las enmienda presentada por los laboristas para que se forzara al Gobierno de May a pedir una prórroga del Artículo 50 del Tratado de Lisboa si no se alcanzaba un acuerdo antes del 29 de marzo.
"El 'backstop' es parte del acuerdo de retirada y el acuerdo de retirada no está abierto a renegociación. Las conclusiones del Consejo europeo de diciembre son muy claras al respecto", dijo Tusk el martes a través de uno de sus portavoces, en un mensaje consensuado con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
Ante este panorama, "las malas noticias son que la propuesta de May refrendada por el Parlamento no tiene la más mínima oportunidad de ser aceptada por las instituciones europeas", ha señalado Glitter. "A pesar del entusiasmo de la premier del martes, la reacción de Europa deja claro que es posible que no pueda cumplir con los cambios que está proponiendo", indica por su parte Fiona Cincotta, analista de City Index.
La libra reaccionó con caídas a las noticias, hasta la franja de los 1,3050 dólares, desde los máximos de más de tres meses del viernes, por encima de los 1,32 dólares. El cable se recupera este jueves hacia los 1,3150 dólares, ya que el mercado sigue apostando porque Downing Street evitará que se ejecute el divorcio con la UE sin un acuerdo.
El martes, el Parlamento británico también aprobó un acuerdo no vinculante por el que se comprometían a que el país siga trabajando para evitar un abandono del club europeo sin acuerdo, por lo que las opciones del Brexit caótico sólo se han incrementado levemente, según muchas firmas de análisis. Por ejemplo, Goldman Sachs ha elevado el porcentaje de este desenlace hasta el 15%, desde el 10% anterior.