El gobierno de Grecia enviará una contrapropuesta a los acreedores: habrá reunión el sábado

Grecia está contra las cuerdas y se queda sin tiempo. El país necesita que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la Comisión Europea y con el Banco Central Europeo (BCE) para que se desbloquee el rescate pendiente que se eleva hasta los 7.200 millones de euros. De esta forma, podrá hacer frente a sus obligaciones con el FMI, al que tiene que abonar el 30 de junio 1.600 millones, y con los tenedores de sus bonos, los pensionistas y los funcionarios.

El griego gobierno cree que estamos más cerca que nunca de un acuerdo porque estamos a sólo 0,25 puntos porcentuales de distancia en la meta de superávit primario

De hecho, este viernes altos funcionarios de la Unión Europea han discutido por primera vez acerca de un posible impago de Grecia respecto a su deuda. Los funcionarios europeos han contemplado así el peor escenario posible para la economía helena, con el objetivo de evitar que un default o un Grexit, sorprenda a las autoridades.

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Sin embargo, el Gobierno de Grecia no se rinde a pesar del varapalo que supusieron las declaraciones del portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), que aseguró que las declaraciones estaban estancadas. Este jueves, los técnicos de la institución abandonaron las negociaciones con Grecia. El portavoz del organismo, Gerry Rice, aseguró que no se habían hecho progresos y que aún había grandes desacuerdos, sobre todo en materia de pensiones e impuestos. Pero el Gobierno heleno ha trabajado estos días y ya está listo para enviar una contrapropuesta a los acreedores, según ha asegurado un funcionario del Ejecutivo citado por Reuters. Así, se reanudan las negociaciones este sábado.

"El gobierno griego cree que estamos más cerca que nunca de un acuerdo porque estamos a sólo 0,25 puntos porcentuales de distancia en la meta de superávit primario", dijo el funcionario en un comunicado, en condición de anonimato, citado por Reuters. El funcionario hizo una llamada a Europa para mostrar "voluntad política", expresando que era "inimaginable" que el área común pudiera dirigirse a una división por culpa de "una pequeña diferencia" en el superávit primario, así como la oposición a la restauración de los derechos de negociación salarial colectiva para los trabajadores griegos.

CRÍTICAS DE DIJSSELBLOEM

Las conversaciones con Grecia se habían paralizado a falta de que desde Atenas hubiera "propuestas serias", expresó este viernes Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, en declaraciones realizadas en La Haya y recogidas por Reuters. El ministro holandés de Finanzas aseguró que era "inaceptable" que el Gobierno griego había rechazado hasta ahora las propuestas hechas en conversaciones con él y con el presidente de la Comisión de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker, sin ofrecer contrapropuestas. "Ellos pueden venir con alternativas, pero luego tienen que ser adecuadas. Y mientras que no las tengamos, entonces va a ser muy difícil" reanudar las conversaciones, expresó. "El meollo de la cuestión en este momento es que tienen que venir con propuestas serias", reiteró Dijsselbloem.

Las bolsas europeas han vivido una jornada negativa, como siempre pendientes de Grecia. Las principales plazas continentales retroceden en media un 1,2%, mientras que el Ibex pierde un 1,13%.

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CONTRAPROPUESTA PARA AVANZAR

Aunque Alexis Tsipras y Yanis Varoufakis, primer ministro y ministro de Finanzas de Grecia respectivamente, siempre se han mostrado contrarios a traspasar lo que consideran líneas rojas, tampoco han ocultado nunca su deseo de alcanzar un acuerdo. Al menos públicamente, no ven otra opción que no sea la de una solución duradera.

Se requeriría avances en cuestión de días que no ha sido posible en semanas. La reacción del BCE, el FMI y varios Estados miembros era extremadamente escéptica

En este sentido, se retoman las negociaciones. Aunque cada vez hay más escepticismo, como confiesa un funcionario familiarizado con las negociaciones citado por Reuters: "Se requeriría avances en cuestión de días que no ha sido posible en semanas. La reacción del BCE, el FMI y varios estados miembros era extremadamente escéptica".

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