La moneda británica se beneficia de la calma en la operativa del euro y el dólar
Mientras toda la atención de los operadores del mercado de las divisas se centraba en el euro y el dólar y en las reacciones de los inversores al anuncio de las principales medidas de la reforma fiscal de Donald Trump y a los comentarios moderadamente optimistas del presidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi, la libra se catapultó hasta nuevos máximos de seis meses que este viernes ha vuelto a superar, hasta el nivel de los 1,2945 dólares. La moneda británica mantiene su panorama alcista en el corto plazo, a pesar de los decepcionantes datos del PIB preliminar de Reino Unido.
Según el informe publicado por la Oficina Nacional de Estadística el ritmo de crecimiento económico en el primer trimestre ha experimentado una ligera caída, con un alza de 0,3%, por debajo del 0,6% observado anteriormente. "Quizás lo más importante es que esta lectura también ha resultado por debajo de la estimación del consenso de un aumento del 0,4%", apunta David Cheetham, analista de XTB.
El movimiento del cable (libra/dólar), para Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management obedece a razones técnicas, pero también a movimientos entre los operadores “anti-euro y anti-dólar”. Para José María Rodríguez, analistas técnico de Bolsamanía, “después de unos días 'tranquila' la libra ha recuperado posiciones contra el dólar y contra el euro. De hecho y desde que la semana pasada se confirmara la celebración de nuevas elecciones en Reino Unido (8 de junio) la libra británica está consiguiendo recuperar gran parte del terreno perdido desde el pasado verano tras el efecto Brexit”.
“Técnicamente podemos decir que presenta el camino despejado hasta los máximos de julio y septiembre de 2016 en los 1,3440-1,3450, tras superar el cable (libra contra el dólar) la resistencia de los 1,29057. Mientras que contra el euro parece decidido a buscar y poner a prueba el soporte de los 0,83 libras/dólar”, señala el experto.
EL EURO MANTIENE EL TIPO
Contra el dólar, la moneda única vivió una buena dosis de volatilidad el jueves, durante la conferencia de prensa de Draghi, que se mostró optimista, pero no lo suficiente como para ofrecer el impulso necesario a la 'moneda única' para superar la formidable resistencia de los 1,0950 -donde también está el récord anual-, que la divisa ha tratado de tomar por asalto en dos ocasiones en las últimas dos jornadas. Este viernes, el euro/dólar ha intentado volver a los recientes máximos anuales después de haberse mantenido presionado por debajo de los 1,0900 dólares durante buena parte de la sesión. En lo que llevamos de semana, el euro ha avanzado un 1,3% contra su rival estadounidense y acumula ganancias de un 2% en abril.
El dólar, por su parte ha avanzado marginalmente contra el yen, pero va camino de cerrar un mes de pérdidas también contra la divisa nipona. La moneda estadounidense se halla deprimida después de la decepción entre los analistas por la falta de detalles del ansiado plan fiscal de Donald Trump y por la falta de brillo de los indicadores económicos, mientras expertos de Société Générale indican que el ciclo bajista del euro/dólar ha llegado a su fin.
Draghi no fue lo suficientemente optimista para impulsar al euro
De vuelta el BCE, algunos inversores esperaban que insinuara algún tipo de movimiento sobre su política monetaria en junio o más tarde, "pero había escasas oportunidades dada la reciente fortaleza de la moneda y las preocupaciones del banco central por la baja inflación", señala Lien. De hecho, el banco central advirtió que no modificará su política sin señales claras de un ajuste sostenido de la inflación.
El presidente del banco central reconoció que la economía de la Zona Euro va por buen camino, pero también señaló que ha habido debate en el Consejo sobre el balance de riesgos que hay en torno al crecimiento, "pero no respecto a la inflación". "Los riesgos sobre las perspectivas económicas se inclinan a la baja", ha asegurado Draghi en su discurso, mientras la Eurozona "avanza hacia un nuevo equilibrio".
Economistas de Danske Bank, sin embargo siguen viendo la posibilidad de que el banco central sí introduzca cambios en junio en su orientación hacia una postura menos flexible en su política monetaria "dado que el ciclo económico sigue manteniendo una buena perspectiva y que la visión sobre la inflación no se ha deteriorado marcadamente". En este contexto, "el euro será más sensible a cualquier señal sobre los tipos de interés que ante una posible extensión de las compras de activos", señalan los expertos de la entidad danesa.