La actual fase alcista casi duplica la duración media vista desde 1929
Wall Street se dio la vuelta en marzo de 2009. Tras seis meses al borde del colapso después de la quiebra de Lehman Brothers, las compras regresaban a las bolsas estadounidenses. Y ahí siguen, puesto que se han mantenido hasta la actualidad. La incógnita reside, precisamente, en descifrar cuánta mecha le queda todavía al mercado norteamericano para seguir subiendo.
La rentabilidad acumulada por el S&P 500 desde marzo de 2009 se sitúa en un 220% y la duración alcanza los 92 meses. Ambos datos superan con creces las medias de los últimos ciclos. Según las cifras recopiladas por J.P. Morgan AM, desde 1929 la duración media de un ciclo alcista del S&P 500 es de 54 meses y la rentabilidad se sitúa en el 153%.
Con esta longevidad, el actual ciclo alcista se convierte ya en el segundo más largo en los últimos 90 años. Sólo le superan los 115 meses acumulados en los años 90. Es decir, cuando la 'exuberancia irracional' terminó alimentando la denominada 'burbuja puntocom'. En ese periodo, el S&P 500 se revalorizó un 417%.
A su vez, los 92 meses al alza del índice más representativo de la bolsa estadounidense conviven con el cuarto ciclo expansivo más largo de la economía de EEUU desde mediados del siglo XIX, según los registros de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés). La mayor economía del mundo acumula ya 88 meses de crecimiento ininterrumpido, cuando la media de los ciclos de crecimiento estadounidenses desde 1854 se limita a 39 meses.
LA MANO (VISIBLE) DE LA FED
Los 92 meses al alza del S&P 500 conviven con el cuarto ciclo expansivo más largo de la economía de EEUU desde mediados del siglo XIX
Tanto esos 92 meses como estos 88 meses han contado con el soporte de la extraordinaria política monetaria ejecutada por la Reserva Federal (Fed). Mantuvo los tipos de interés en el mínimo histórico del 0-0,25% entre 2008 y 2015 -aún hoy siguen en el 0,25-0,5%- e inyectó más de 3,5 billones de dólares con sus sucesivos programas de estímulos cuantitativos -QE1, QE2 y QE3-, una combinación que auspició una recuperación récord en Wall Street. En 2013, menos de cinco años después de la quiebra de Lehman, los principales índices ya estaban en máximos históricos. Tras el crac de 1929, al Dow Jones le costó 25 años pulverizar su récord anterior.
Y ahora, incluso cuando la entidad presidida en estos momentos por Janet Yellen ya ha aparcado los estímulos más extraordinarios y se encuentra en la 'operación retorno', tampoco molesta a Wall Street. Sólo ha subido los tipos una vez, en diciembre de 2015, y el segundo incremento no se espera hasta diciembre de este año, algo que confirmará en la reunión de política monetaria que la entidad inicia hoy y cuyo veredicto anunciará el miércoles. En todo caso, un ritmo pausado que, como mucho, tendrá continuidad con dos aumentos adicionales en 2017. Es decir, una gradualidad con la que la mano de la Fed sigue acariciando las cotizaciones estadounidenses.
AMENAZAS EN EL HORIZONTE
La incógnita reside en cuánto tiempo podrá prolongarse esta situación. Desde un punto de vista técnico, “nada hace pensar en unos posibles recortes en la bolsa americana”, explica Sergio Puente, analista de XTB, quien añade que “la tendencia continúa siendo alcista”.
A su juicio, aunque el S&P 500 se ha revalorizado un 220% desde 2009, cree que si siguen los apoyos técnicos, los buenos resultados empresariales, la gradual subida de los tipos de interés por parte de la Fed y las políticas continuistas por parte del Gobierno americano, “las perspectivas seguirán siendo positivas”.
No obstante, señala que durante las próximas semanas hay que tener la mirada puesta en el soporte marcado en los 2.100 puntos del índice, ya que “una ruptura a la baja de dicho nivel tendría una lectura negativa para el selectivo que podría entrar en un claro retroceso”.
"Una victoria de Donald Trump podría suponer un revés para el S&P 500", opina Sergio Puente (XTB)
También considera importante la situación política al otro lado del charco. “En las próximas semanas se debe prestar atención a los resultados de la elecciones de EEUU, ya que una victoria de Donald Trump podría suponer un revés para el S&P 500 al tener un discurso más duro con las políticas de acuerdos comerciales que su rival Hillary Clinton”, arguye el analista.
A su vez, insiste en que “un cambio en el signo del gobierno y en las políticas expansivas de la Fed supondrían un duro golpe a la renta variable americana que podría llevar a este ciclo a su final”. Por tanto, para Puente, si las políticas de la Fed experimentan pocos cambios y “Clinton se hace con la Casa Blanca”, parece que es seguro que la tendencia alcista en los mercados estadounidenses continuará.
En la misma línea, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, cree que hay factores que podrían “hacer que esta tendencia alcista se prolongase”, aunque existen otros que hacen que de “cierto vértigo”, como son la previsible subida de tipos o la prolongación de un ciclo alcista que dura ya siete años.
A pesar de todo, el experto destaca que “un inversor que decida ahora tomar posiciones en la bolsa americana de ver ser consciente de que no puede aspirar a conseguir las buenas rentabilidades que ha estado ofreciendo desde 2009”.
LIGERA TENDENCIA ALCISTA
Rafael Hurtado (Cunef): “Si la bolsa va a caer o no dependerá de la política monetaria y los resultados empresariales"
“Si la bolsa va a caer o no dependerá de la política monetaria y los resultados empresariales. Las subidas de los tipos serán graduales y los beneficios empresariales serán sólidos, por tanto, preveo una bolsa con ligera tendencia alcista, pero sin un gran potencial de apreciación”, opina Rafael Hurtado, profesor de Cunef (Colegio Universitario de Estudios Financieros).
Por último, para José Ramón Sánchez, analista financiero y consejero delegado de Aideia Multigestion, “el rally alcista está llevando en volandas a los indicadores del mercado dado que nos encontramos en una situación eufórica de tendencia alcista”. En este sentido, el analista explica que con tipos tan bajos, las rentabilidades bursátiles suponen una “buena oportunidad”, teniendo en cuenta también que todavía quedan inversores institucionales por entrar en el mercado y aprovechar oportunidades de valores “baratos”.
“Creo que seguiremos, al menos, hasta el tercer trimestre de 2017, sin caídas que induzcan a pensar en cambios de tendencia con objetivos en la zona de los 18.800 puntos en el Dow Jones y de 2.200 puntos para el S&P 500 en lo alto y de 1.000 y 2.100, respectivamente, en lo bajo”, sentencia el experto.