Ambos productos integran la lista de los potencialmente afectados por los aranceles anunciados por el gigante asiático
En tiempos de guerra siempre hay alguien que se frota las manos. Y la contienda comercial entre Estados Unidos y China no podía ser menos. El cruce de subidas arancelarias entre ambos gigantes hace que los empresarios de otros países busquen ‘robar’ algún trozo del gran pastel que comparten las dos potencias más grandes del mundo.
En España se pone los ojos, sobre todo, en el mercado chino. Los sectores que realizan exportaciones de gran volumen al gigante asiático tienen una oportunidad para incrementar su cuota de exportación. Como apunta el presidente del Club de Exportadores e Inversores, Antonio Bonet, "una guerra comercial es negativa porque empobrece a los países, aunque para ciertos sectores puede resultar positiva al eliminar competidores". En territorio español, por encima del resto, destacan dos sectores: el sector del vino y el del porcino.
China es el segundo mercado para el cerdo español por detrás de Francia. En total, 323,6 toneladas de carne de porcino viajaron al país asiático desde territorio español en 2017
China es el segundo mercado para el cerdo español por detrás de Francia. En total, 323,6 toneladas de carne de porcino viajaron al país asiático desde territorio español en 2017 por valor de 509 millones de euros, según INTERPORC (Asociación Interprofesional del Porcino de Capa Blanca).
Un dato que no ha dejado de crecer estos años. En los últimos diez, la cantidad de porcino que España ha vendido a China ha crecido cerca de un 65% y el sector ha duplicado su facturación. No obstante, en 2017, ha moderado su crecimiento “después de alcanzar un récord en 2016”, matiza Alberto Herranz, director de INTERPORC.
Según Herranz, “el cerdo español está muy bien valorado en China, sobre todo, porque valoran la seguridad alimentaria que tiene nuestro producto”. Un 16% del cerdo que importa el país asiático es de origen español, según el Observatorio de Complejidad Económica (OEC por sus siglas en inglés). Solo Alemania importa más porcino al gigante asiático, con el 21%. Por su parte, Estados Unidos ocupa la tercera plaza con el 13%.
La subida arancelaria podría golpear con fuerza este ranking. El cerdo estadounidense pagaría un arancel del 37%, frente al 12% que tendría el porcino europeo. Por ello, no es de extrañar que desde INTERPOC consideren que la guerra comercial “puede convertirse en una oportunidad para el sector porcino español y europeo”, indica el director de la asociación.
Aunque, de momento, el sector prefiere ser prudente. “En mayo asistiremos a Shanghai para la celebración de varias ferias vinculadas con el sector y allí nos reuniremos con los representantes chinos para conocer la situación”, afirma Alberto Herranz. Las previsiones de INTERPOC son positivas, con y sin conflicto, aunque no niegan que “las alarmas en algunos sitios son ventajas para otros”.
EL VINO ES MÁS PRUDENTE
La respuesta China a los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se tradujo en un impuesto de hasta el 15% al vino y las uvas. Esta medida, sin embargo, no “alegra” al vino español. Según Rafael del Rey, presidente del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), “los aranceles son una oportunidad comercial más, pero la conquista de los mercados a largo y medio plazo no se produce por estas razones”.
Y es que el vino español conquistó China hace tiempo. En 2017, las importaciones españolas al gigante asiático aumentaron un 43%, hasta los 134,4 millones de litros, cifra que marca un máximo histórico. Además, desde el OEMV, señalan que son “partidarios de un comercio lo más abierto posible para todos. No nos da miedo la competencia”.
En 2017, las importaciones españolas de vino al gigante asiático aumentaron un 43%, hasta los 134,4 millones de litros, cifra que marca un máximo histórico
En esta línea, destacan que preocupa mucho más “que países como Chile o Australia consigan una posición más favorable que Europa en el mercado chino a que se pongan trabas a otros”. Esta preocupación se debe, en parte, a que tanto Chile como Australia se sitúan por delante del vino español en cuanto a importaciones de vinos a territorio chino si se tiene en cuenta el valor, donde Francia sigue siendo el país líder. Por volumen, España ocupa el tercer lugar por detrás del país galo y de Australia.
Rafael del Rey destaca que “España lo está haciendo muy bien en China: tanto a nivel de actividad comercial y distribución, como en el valor de sus vinos por su nivel y su prestigio”. Según el presidente del OEMV, “los vinos españoles se venden en China porque son magníficos y porque los hay elegantes, caros y con una muy buena imagen y también hay otros muy competitivos en precio; tenemos todo el abanico posible”. Además, asegura que se liga la importación del vino español “con una imagen de país de gastronomía que lo hace todavía más atractivo”.
Por último, concluye que “algunos acuerdos comerciales benefician a nuestros competidores y nos perjudican a nosotros y otros, al contrario. Sin embargo, no es algo que nos satisfaga. Lo que queremos es el comercio más libre posible para poder competir en igualdad de condiciones, en términos de calidad, imagen y precio”.