Los expertos actualizan sus previsiones para el activo digital y apuntan a un incremento de otro 40% en 2017
Sin duda es uno de los temas estrella entre los inversores. El meteórico ascenso del precio del bitcoin, que ha aupado en su escalada a cientos de criptodivisas, levanta pasiones y rechazo por igual entre quienes se rinden a la evidencia de que la moneda digital ya no se va a marchar y quienes siguen lanzando avisos a navegantes sobre una burbuja que está por estallar. Pero si algo nos ha enseñado la evolución del precio del llamado ‘oro 2.0’ en los recientes meses es que su comportamiento es equiparable al de cualquier otro activo: con correcciones que siguen a las subidas en una tendencia claramente alcista que fija ya los 5.000 dólares como objetivo a finales de año.
Sólo que la volatilidad de las criptodivisas es tan elevada que los vaivenes en sus precios han llegado a alcanzar más del 20% en una sola jornada. Nada raro para un mercado joven y con poco volumen, que se ha revalorizado un 600% en lo que va de año. Y que no ha saltado por los aires ni lo hará, asegura Miguel J Besalú, representante de Bitcoin Investors Trust y UpMining. En el caso del bitcoin, para este experto en monedas online, estamos ante “un bien escaso -sólo puede haber 21 millones de estas divisas criptográficas en circulación- y que ha adoptado un papel de activo refugio en los últimos tiempos por eso la gente está dispuesta a pagar lo que sea para poner su dinero a salvo”.
El bitcoin ha adoptado un papel de activo refugio en los últimos tiempos por eso la gente está dispuesta a pagar lo que sea para poner su dinero a salvo
Besalú justifica así el último auge del bitcoin en este mes de agosto, que lo ha llevado a rebasar en 1.000 dólares el precio objetivo que fijaban los analistas para diciembre. Concretamente, hasta el hito histórico de los 4.200 dólares, superando el último récord del 12 de junio y las correcciones de julio, cuando perdió los 2.000 dólares. Dos motivos fundamentalmente explican la reciente escalada de los precios: la implementación del protocolo SegWit, que aumenta la velocidad en las transacciones de la cadena de bloques, y la creciente tensión entre Corea del Norte y EEUU, que ha vuelto a poner de relieve que estamos ante un ‘safe haven’ (activo refugio) más.
MEJORAS TÉCNICAS Y COREA DEL NORTE
El cambio técnico que incrementa la cantidad y calidad de información que es capaz de procesar la blockchain -cadena de bloques- se ha superado con éxito. La bifurcación de la espina dorsal del bitcoin se produjo y alumbró el nuevo bitcoin cash, pero el precio de la reina de las monedas virtuales no sólo no se vio afectado por la guerra civil que desembocó en este división, si no que “ha solucionado un problema que había limitado a la moneda virtual durante mucho tiempo”. El éxito del proceso explica el impulso inmediato de su precio, que recuperaba los 3.000 dólares el 5 de agosto.
Casi al mismo tiempo que esta revolución tecnológica se ha producido un nuevo episodio de tensión geopolítica que ha avivado el apetito por los activos refugio. La escalada verbal entre EEUU y Corea del Norte y el posible ataque de Pyongyang al enclave estadounidense en el Pacífico, la isla Guam, “ha provocado en los mercados la respuesta típica de correr hacia valores como el oro, el petróleo, el franco suizo o el yen”, explican expertos de Oxford Economics. Y también el bitcoin.
Corea del Norte será el catalizador de las siguientes subidas en el precio del bitcoin “veremos los 5.000 a finales de 2017”, Miguel Besalú
Desde hace algo más de un año y a lo largo de diversas crisis, la divisa online ha adoptado un rol de ‘safe haven’. En varios episodios ha reaccionado de manera muy sensible a la prima de riesgo político que se ha visto actuar en los mercados financieros y ha experimentado ‘rallies’ al tiempo que lo han hecho el resto de activos de este tipo en momentos de la historia reciente, como cuando se comenzaron a revelar las informaciones sobre el llamado ‘Rusiagate’ en mayo, el caso que investiga la presidencia de Donald Trump y sus vínculos con Rusia. No era la primera vez. Tras la votación del Brexit, en junio de 2016, o durante los procesos electorales de EEUU o Francia también se observaron incrementos en su precio que justifican que entre en esta categoría.
Por este motivo, Besalú cree que si se recrudece el conflicto y pasa a mayores, “el bitcoin podría alcanzar los 5.000 dólares”. Los analistas de Oxford Economics prevén, sin embargo que “un conflicto militar es poco probable ya que todas las partes están destinadas a perder”. Si creen desde la firma de análisis económico de la universidad británica que "se ha alcanzado un nuevo ‘status quo’ en la relación entre el régimen de Kim Jong-Un y EEUU y sus aliados”.
Para el representante de Bitcoin Investors Trust y UpMining, Corea del Norte será el catalizador de las siguientes subidas en el precio del bitcoin hasta, por lo menos, la franja de los 4.000 dólares -que ya ha alcanzado- “pero si hay guerra, veremos los 5.000 a finales de 2017”, insiste. El especialista en divisas criptográficas asegura también que esta cifra palidece al lado del objetivo de largo plazo al que apunta el análisis técnico: “Los 18.000 dólares”. “Es el techo del movimiento que está impulsando al activo digital, pero no se alcanzara hasta dentro de dos o tres años y con las correcciones pertinentes de por medio", matiza Besalú.
LA ASIGNATURA PENDIENTE, EL APOYO DE LOS GRANDES INVERSORES
El sentimiento rematadamente alcista se repite en otros especialistas que han actualizado sus previsiones y se fijan en la barrera de los 4.500 - 5.000 dólares como la meta a alcanzar en los próximos cuatro meses y medio. Sin embargo, sigue habiendo una incógnita que despejar en esta ecuación cuasi perfecta que plantean voces destacadas del sector y es el papel de los grandes inversores institucionales.
Según Brad Chun, CEO de la startup en blockchain Mooti Digital Identity, en declaraciones a 'Coindesk', los últimos acontecimientos favorecen que las grandes firmas acaben por rendirse a la evidencia que las criptodivisas no tienen nada de burbuja y comiencen a hacerles un hueco en sus carteras. Por ahora, unos pocos empiezan a tomarse en serio los activos virtuales, mientras la opinión más extendida la ejemplifica Blackrock, por boca de su estratega jefe, Richard Turnill, quien hace poco confesó a los medios que “cuando miro los gráficos -del bitcoin- me parecen espeluznantes”.
Esta aprensión se comparte por otros fondos de inversión que, en el mejor de los casos, consideran al bitcoin como un fenómeno extraño donde el valor sale de la nada. Y, en el peor, comparan el momento actual al de la burbuja de las puntocom. El multimillonario inversor Howard Marks cree que el mercado de las ‘criptos’ reproduce lo ocurrido a finales de los 90 y lo define, en una carta para clientes, como “una moda infundada, basada en la voluntad de atribuir valor a algo que tiene poco o nada más allá de lo que la gente pagará por ello”.
Fidelity acaba de anunciar que ya permite a sus clientes usar su sitio web para ver sus participaciones de bitcoin y otras criptomonedas
Otros son optimistas, pero avanzan que el salto exponencial sólo se producirá si se da el fenómeno de que los bancos centrales se inclinen por la compra de criptodivisas. En una nota para clientes, Tom Lee, jefe de investigaciones de Fundstrat Global Advisors asegura que las máximas autoridades monetarias “ya han valorado esta posibilidad”, un giro de los acontecimientos que puede “cambiar las reglas del juego, que dotará de mayor legitimidad a las criptodivisas y acelerará el proceso de reemplazo entre los inversores del oro por estos activos”. Este acontecimiento se producirá, según Lee, cuando la capitalización del bitcoin alcance los 500.000 millones de dólares. De momento, ya ha logrado rebasar los 125.000 millones de dólares, desde los 17.500 millones con los que arrancaba el año.
En el otro lado de la balanza, Fidelity acaba de anunciar que ya permite a sus clientes usar su sitio web para ver sus participaciones de bitcoin y otras criptomonedas, a través de la casa de cambio Coinbase. La iniciativa, que sigue a un experimento piloto entre los empleados del gestor de fondos con sede en Boston, es un rara avis entre las firmas de servicios financieros. Fidelity es la única compañía de este tipo que permite que sus clientes vinculen sus ‘wallets’ en la casa de cambio con sus carteras para acceder a sus posiciones en divisas virtuales desde la plataforma online del gestor estadounidense.
De hecho, actualmente, “sólo entre el 3% y el 5% de los inversores tradicionales está en este mercado”, asegura Albert Castellana, consejero delegado de Atraura, y añade el experto que “en dos o tres años, este porcentaje ascenderá al 80%”. El también miembro de la fundación NEM, que se encuentra entre las 10 primeras redes basadas en la cadena de bloques en capitalización de mercado, avisa de que el tirón que hemos visto este 2017 en las monedas virtuales se repetirá, como mucho, “dos veces más en los próximos años”.