El optimismo empresarial sobre las perspectivas futuras también mejoró, según el Índice PMI
La economía de la eurozona consiguió sobrevivir a Ómicron y el crecimiento repunta en febrero, con la inflación en récord y el optimismo a futuro también mejorando, según el Índice PMI. La expansión se intensificó especialmente en el sector servicios, aunque el sector manufacturero también indicó un mejor aumento de la producción debido a una creciente demanda y menos dificultades de aprovisionamiento.
Así se refleja en la estimación flash del Índice PMI Compuesto de la Actividad Total de la zona euro, publicado por la consultora Markit, que aumentó 3,5 puntos en febrero, lo que supone su mayor crecimiento mensual desde marzo del año pasado. Subió de 52,3 registrado en enero a 55,8 y señalando una intensa aceleración del crecimiento económico. Esta última lectura indica la tasa de crecimiento de la actividad total más rápida desde septiembre de 2021.
La aceleración del crecimiento surge tras dos meses de expansiones moderadas puesto que el aumento de los contagios de COVID-19 asociados con la variante Ómicron promovió un fortalecimiento de las medidas de contención del virus. En febrero, la atenuación de dichas restricciones fue la de menor intensidad desde noviembre de 2021.
La mejora más significativa fue la observada en el sector servicios. Después de casi paralizarse en enero en medio de la intensificación de las medidas de lucha contra el virus, el crecimiento de la actividad empresarial del sector servicios repuntó en febrero hasta alcanzar su máximo nivel desde noviembre del año pasado. El relajamiento de las restricciones hizo posible un aumento especialmente intenso de la actividad de cara al consumidor y de los viajes y el turismo.
El crecimiento de la producción manufacturera también se aceleró moderadamente, hasta lograr la expansión más rápida desde septiembre del año pasado, en parte gracias a la mejor disponibilidad de suministros. La incidencia de retrasos en las entregas de los proveedores fue la menor desde enero de 2021.
La demanda también se incrementó en febrero. Los nuevos pedidos registraron su máximo grado de expansión desde agosto de 2021, observándose las máximas de los últimos seis meses tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, a consecuencia de la mejora de los problemas de suministro y la reapertura de la economía.
El crecimiento de la demanda provocó un intenso aumento de los pedidos pendientes de realización, que indicaron el mayor aumento de los seis últimos meses. Los pedidos pendientes aumentaron con especial intensidad en el sector manufacturero, puesto que el volumen de nuevos pedidos recibidos superó el grado de aumento de la producción registrado durante el mes, aunque los nuevos pedidos también aumentaron a un mayor ritmo en el sector servicios.
La combinación del aumento de la demanda, la atenuación de las medidas de contención de la COVID-19 y la reducción de los problemas de suministro ayudó a impulsar las expectativas para la actividad futura a su máxima desde junio del año pasado, registrándose más optimismo tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios.
Debido a la mejora de las perspectivas, las firmas contrataron a más personal para hacer frente al aumento de las cargas de trabajo. La creación de empleo se aceleró por segundo mes consecutivo hasta alcanzar su máxima desde noviembre del año pasado, aunque se vio limitada en muchos casos por la escasez de personal. Sin embargo, el crecimiento de las plantillas en el sector manufacturero alcanzó su máxima desde julio del año pasado, mientras que la creación de empleo en el sector servicios aumentó más modestamente, hasta su máxima de los tres últimos meses.
La atenuación de los problemas de abastecimiento registrada en febrero también contribuyó a moderar la inflación de los costes de los fabricantes. Pese a que los precios medios pagados por las materias primas volvieron a aumentar intensamente, la tasa de incremento fue la más lenta desde marzo de 2021. Por el contrario, en el sector servicios, la inflación de los costes se aceleró hasta su máxima récord, reflejando el aumento de los costes salariales y la rápida escalada del precio de las energías.
La tasa compuesta resultante de inflación de los costes para ambos sectores aumentó a la segunda tasa récord de la historia del estudio, solo superada en esos 24 años por la inflación observada en noviembre del año pasado. Los precios medios cobrados por los productos y servicios aumentaron a la mayor tasa registrada por el estudio puesto que las firmas optaron cada vez más por repercutir la persistente inflación de los costes a sus clientes. Una tasa récord de inflación en el sector servicios se vio acompañada de una tasa casi récord en el sector manufacturero.
En el análisis por países se observa que la mayor recuperación de la actividad total se registró en Francia, donde el crecimiento alcanzó su máxima desde junio del año pasado, aunque el crecimiento en Alemania también se aceleró hasta su máxima desde agosto pasado, que representa una nueva e importante mejora tras la leve contracción de diciembre del año pasado. El resto de la región en su conjunto siguió a la zaga, pero igualmente indicó una sólida recuperación después de casi paralizarse en enero. Se observaron mejoras generalizadas en los resultados en el sector servicios, aunque Alemania fue la excepción a la tendencia de creciente aceleración en el sector manufacturero, pero de todos modos registró un aumento de la producción a un ritmo apenas inferior a la media de la zona euro.
Desde Markit comentan que "la economía de la zona euro recobró ímpetu en febrero ya que una atenuación de las medidas de lucha contra el virus produjo una renovada demanda para muchos servicios de consumo, como los viajes, el turismo y el ocio, y contribuyó a aliviar los problemas de abastecimiento". Además, "el optimismo empresarial en torno a las perspectivas para la actividad futura también mejoró debido a que las firmas esperan que se siga reabriendo la economía, que a su vez alienta una mayor contratación de personal".
Pese a ello, "los problemas de suministro, que están atenuándose, siguen siendo generalizados y continúan creando una creciente acumulación de trabajos pendientes. Debido a ello, la demanda de nuevo ha superado la oferta, depositando el poder de fijación de precios en manos de los productores y proveedores de servicios. Al mismo tiempo, los costes energéticos en rápido ascenso y los aumentos de sueldos se han sumado a las presiones inflacionistas, generando el mayor aumento de los precios de venta jamás antes registrado en los veinticinco años de historia del estudio", explican.
Consideran que "la fortaleza de la recuperación de la actividad total señalada por el índice PMI ofrece bienvenidas evidencias de que hasta ahora la economía ha mostrado una resistencia alentadora frente a la ola de Ómicron, pero la intensificación de las presiones inflacionistas aumentará las especulaciones de que el BCE adoptará una postura cada vez más dura".