En el primer mes del año, no ha logrado recuperar su ímpetu, según el índice PMI
El crecimiento de la zona euro sigue débil al comienzo del año 2020. En enero, la economía no ha logrado recuperar su ímpetu, con la actividad total aumentando al mismo ritmo deslucido observado en diciembre de 2019. Así lo indica el índice PMI publicado este viernes, que muestra que que el crecimiento de la actividad del sector servicios se ha atenuado ligeramente, mientras que la producción del sector manufacturero se acercó aún más a su estabilización.
En enero, el PMI Compuesto de la Actividad Total de la zona euro, elaborado por la consultora Markit, fue exactamente igual que en diciembre, al registrar 50,9. Esto indica que el ritmo de expansión se ha mantenido prácticamente estable desde el principio del último trimestre de 2019, permaneciendo en su nivel más débil de aproximadamente los últimos seis años y medio.
Por su parte, el PMI de Actividad Comercial del Sector Servicios se situó en 52,2 frente a 52,8 de diciembre, registrando su mínima de los dos últimos meses. El PMI de Producción del Sector Manufacturero subió a 47,5 desde 46,1 del mes previo, alcanzando máximos de los cinco últimos meses. Por último, el PMI del Sector Manufacturero de la zona euro se situó en 47,8 en comparación con 46,3 de diciembre, en máximos de los nueve últimos meses.
La expansión en general de la actividad total nuevamente estuvo centrada en el sector servicios
Así, la expansión en general de la actividad total nuevamente estuvo centrada en el sector servicios. No obstante, aumentó a un ritmo ligeramente más débil que en diciembre. Mientras tanto, la producción manufacturera siguió indicando una contracción, pero el ritmo de declive se redujo hasta el menos intenso de los últimos cinco meses.
La persistente debilidad del ritmo de crecimiento de la actividad total reflejó una falta de intensidad en los volúmenes de nuevos pedidos recibidos, que aumentaron por segundo mes consecutivo en enero, pero el ritmo de expansión siguió siendo leve. Se observaron indicios de que los nuevos pedidos recibidos en el sector manufacturero se acercaron a la estabilización al comienzo del año, puesto que la tasa de declive de los nuevos pedidos se redujo hasta la más tenue desde noviembre de 2018. Lo mismo ocurrió con respecto a los nuevos pedidos para exportaciones del sector manufacturero.
Aunque los ritmos de crecimiento de la actividad total y los nuevos pedidos siguieron poco elevados al comienzo del año, el optimismo de las empresas respecto de la actividad futura fue cada vez mayor. El sentimiento empresarial aumentó hasta máximos de dieciséis meses, principalmente gracias a la quinta mejora mensual de la positividad en el sector industrial, generada por indicios de que lo peor de la reciente desaceleración podría haber quedado atrás.
El optimismo con respecto a las perspectivas de la actividad total futura alentó a las empresas a contratar personal adicional en enero. El ritmo de creación de empleo se aceleró frente al observado a fines de 2019, pero siguió débil debido a los recortes de empleo registrados en el sector manufacturero. El aumento de la capacidad operativa permitió a las empresas reducir nuevamente los trabajos pendientes en el primer mes de 2020.
IMPULSO DE ALEMANIA Y FRANCIA
Por países, las dos principales economías de la zona euro, Francia y Alemania, señalaron un inicio del año positivo, puesto que el crecimiento de la actividad total combinada alcanzó máximos de los últimos cinco meses. Alemania especialmente mostró indicios de recuperación, puesto que su actividad total aumentó por segundo mes consecutivo gracias al primer aumento de los nuevos pedidos desde junio de 2019. Una expansión más robusta de la actividad del sector servicios y un declive menos intenso de la producción manufacturera contribuyeron a la mejora de la coyuntura.
Los recientes resultados sólidos de la economía francesa continuaron en enero, ya que tanto la actividad total y los nuevos pedidos aumentaron por décimo mes consecutivo. No obstante, las tasas de expansión se atenuaron, debido a un crecimiento más débil de la actividad del sector servicios. El resto de la zona euro mostró signos de debilidad. El crecimiento de la actividad total se ralentizó hasta mínimos de seis años y medio, señalando casi la paralización de la actividad empresarial fuera de Alemania y Francia. De hecho, los volúmenes de nuevos pedidos no registraron cambio alguno y las firmas apenas aumentaron sus plantillas.
Desde Markit comentan que, "aunque hayamos cambiado de año, los resultados de la economía de la zona euro parecen los mismos de siempre". Añaden que, "en general, un panorama estable tanto en cuanto al crecimiento económico como en cuanto a la inflación probablemente convencerá al Banco Central Europeo (BCE) de que por el momento es seguro mantener fija la política monetaria mientras se lleva a cabo una revisión de la estrategia".