"Si queremos evitar repetir los errores del pasado, es crucial fortalecer la resiliencia e integración del sector financiero", ha declarado Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha instado este lunes a los líderes de la Unión Europea a completar la reforma de la eurozona -principalmente a través de mejoras en la Unión Bancaria y la creación de una función de estabilización- en un contexto de desaceleración económica.
"Hemos hecho avances significativos para cerrar los agujeros de la arquitectura de la Unión Económica y Monetaria. (...) Pero deben y pueden hacerse más progresos", ha señalado el italiano ante los eurodiputados de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara, en la que también ha subrayado que "los próximos días, semanas y meses" serán "decisivos" para conseguir resultados "tangibles".
"Confío en que ustedes (los eurodiputados) y los líderes de la UE jueguen de nuevo un papel instrumental para avanzar en la agenda de la UEM, de forma que podamos tener resultados tangibles en el 20 aniversario del euro", ha remarcado.
En este sentido, Draghi ha recordado que los últimos datos muestran que el crecimiento económico ha sido "más débil de lo esperado", con un incremento del PIB de la eurozona en el tercer trimestre del 0,2%, frente al 0,4% registrado en los dos trimestres precedentes, lo que refleja un crecimiento del comercio más tenue, pero también "factores específicos de países y sectores".
Así, el presidente del BCE ha explicado que una desaceleración gradual es "normal" y que algunas veces puede ser "temporal", pero también ha remarcado que riesgos vinculados al creciente proteccionismo, las vulnerabilidades de los mercados emergentes y la volatilidad de los mercados "siguen siendo prominentes".
Por eso, ha recordado que la eurozona está expuesta tanto a turbulencias económicas mundiales como a riesgos vinculados a políticas domésticas "insostenibles" consecuencia de altos niveles de deuda, falta de competitividad y problemas en el sector financiero que pueden afectar a otros países de la moneda única.
"En otras palabras, una UEM incompleta tiene un impacto en el entorno económico y financiero en el que llevamos a cabo nuestra política monetaria. Europa ha aprendido esta lección de la forma más dura", ha enfatizado.
Por ello, ha defendido la necesidad de mejorar la coordinación de las políticas económicas entre los socios del euro, un aspecto "vital" para impulsar unas políticas nacionales "solidas" que reduzcan las "fuentes domésticas" de turbulencias e incremente la capacidad de los países de absorberlas cuando se materialicen.
En segundo lugar, ha defendido la puesta en marcha de una "función de estabilización de inversiones", un instrumento fiscal que ayude a mantener la convergencia "ante grandes golpes exógenos". En su opinión, este instrumento debe centrarse en acontecimientos cíclicos y estar condicionado al cumplimiento de las normas fiscales europeas.
Por último, ha asegurado que completar la Unión Bancaria y la Unión del Mercado de Capitales es "esencial" para el futuro de la zona euro. "Si queremos evitar repetir los errores del pasado, es crucial fortalecer la resiliencia e integración del sector financiero, mejorando así la trasmisión de nuestra política monetaria", ha expresado.