Mario Draghi, presidente del BCE ha concedido una entrevista a Kai Diekmann, editor de BILD y al editor de Business Insider
Pasada la tempestad vuelve la calma, aunque nadie asegura que realmente haya pasado la tempestad. Alemania está en pie de guerra contra las últimas medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), tanto así que incluso la prensa alemana ha llegado a sugerir que el presidente del BCE debería ser alemán... Pero claro, como dice Mario Draghi, no hay realmente nadie en el mundo que esté interesado en el hecho de que sea un italiano, aparte de los medios de comunicación alemanes. Sobre esto, sobre las críticas de Alemania o mejor dicho del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y sobre la situación de Europa es de lo que habla Draghi en una entrevista.
Somos conscientes de la situación de los ahorradores, no sólo en Alemania, en general de la situación de la gente que tiene que hacer frente a los bajos tipos de interés. Pero los tipos de interés bajos son producto del bajo crecimiento y una inflación demasiado baja...
Draghi ha contestado a todo, ha sonreído y ha respondido con cierta ironía a las preguntas sobre la posición de Alemania pero, lo más importante, se ha mostrado tranquilo y confiado respecto a los resultados de las políticas adoptadas por el BCE. La entrevista fue concedida a Kai Diekmann, editor de BILD y al editor de Business Insider.
"La gente en Alemania puede estar segura de que el presidente del BCE está haciendo todo para restaurar la inflación al nivel adecuado. Nuestro mandato es la estabilidad de precios, lo que significa la inflación justo por debajo del 2%", es lo primero ha dicho, al mismo tiempo que aseguraba que eran conscientes de la situación de los ahorradores alemanes.
Justamente una de las críticas del ministro de finanzas alemán, Wolgfang Schäuble es que la preocupación más inmediata para él y sus aliados conservadores es que Alemania ha sido tradicionalmente un país de ahorradores, por lo que, los tipos bajos significan que no ganan ningún interés y esto podría destruir los ahorros. Unos comentarios que además llegaban en medio de la creciente frustración con la política del BCE entre los bancos alemanas, aseguradoras y otros grupos de interés influyentes.
Al respecto, Draghi afirmaba: "somos conscientes de la situación de los ahorradores. Y no sólo en Alemania, en general de la situación de la gente que tiene que hacer frente a los bajos tipos de interés. Pero los tipos de interés bajos son producto del bajo crecimiento y una inflación demasiado baja. Pensemos en la alternativa: si nos planteamos un cambio en los tipos sería malo para la economía y desencadenaría la deflación, el desempleo y la recesión. El interés en el ahorro proviene del crecimiento, por lo que el interés de los ahorradores es que la inflación se estabilice y el crecimiento se haga más robusto. Además, muchos ahorradores se benefician también de los tipos bajos, ya que también son compradores de vivienda, contribuyentes, empresarios y trabajadores cuyas empresas se están viendo beneficiadas", afirmaba y defendía de esta manera la decisión del BCE.
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También recordaba que las personas pueden "influir" en la cantidad de dinero que reciben de sus ahorros, incluso en tiempos de bajos tipos de interés. Así, enfatizaba, que no sólo existe la alternativa de mantener el dinero en cuentas de ahorro, también pueden invertir en otras formas. Una respuesta que para muchos se ha constituido en la mejor forma de silenciar los reclamos de Alemania. Es más, uno de los editores vuelve a la carga y pregunta a Draghi: "¿son los ahorradores alemanes los culpables?" A lo que Draghi respondía: No, pero hay alternativas para invertir los ahorros. De hecho, puso como ejemplo el hecho de que los Estados Unidos (EEUU) los ahorradores tuvieron que hacer frente a 7 años de tipos de interés al cero. "Bancos, compañías de seguros, el sistema financiero, sin embargo, aún funcionaban. El dinero fue invertido en una variedad de formas que a la postre permitió un retorno decente", aseguraba.
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SOBRE LAS CRÍTICAS DE SCHÄUBLE
Sobre este punto, Draghi lo tiene muy claro: una cosa está clara: el BCE obedece a la ley, no a los políticos. "O, como uno de mis predecesores lo dijo, es normal que los políticos comenten sobre nuestras acciones. Pero sería anormal si los escuchamos", recordaba. Además advirtió de que la percepción de que la independencia del BCE está bajo ataque puede desestabilizar las empresas y los consumidores. "Se pueden posponer las decisiones de inversión y de gasto que son buenos para el empleo y el crecimiento. Esto podría forzar al banco central a hacer más para lograr la estabilidad de precios", recalcaba. Atención Schäuble.
En todo caso, también ha respondido a las demandas en Alemania de que el próximo presidente del BCE sea alemán: "No hay realmente nadie en el mundo que esté interesado en que yo sea un italiano, aparte de los medios de comunicación alemanes. Además, ¿qué diferencia habría sin un italiano en el cargo? Ninguna en absoluto. Él o ella podría seguir el mismo curso que seguimos ahora en el BCE", insistía.
En ese sentido, Draghi ha defendido el conjunto de medidas tomadas por la entidad que dirige y se ha mostrado confiado en sus resultados. "Nuestra política está funcionando, pero hay que ser pacientes", afirmaba. Además, sobre la posibilidad de subir los tipos, ha dicho claramente que esto dependerá de la evolución de la economía: "cuando la economía está creciendo más fuertemente y la inflación suba hasta nuestro objetivo, los bajos tipos de hoy darán lugar a mayores tipos mañana", concluía.
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