Los expertos señalan que la poca urgencia del italiano marca el compás a Powell
Los bancos centrales de las principales economías están cumpliendo con sus promesas de introducir más estímulos para paliar los efectos de la ralentización global. Pero sin pasarse. La carrera que el mercado anticipaba entre el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de EEUU (Fed) ha quedado frustrada antes tan siquiera de empezar y el mensaje de determinación sin prisas que envió el presidente del BCE, Mario Draghi, ha sido un golpe de realidad para los inversores que ahora esperan menos de la Fed.
El banquero central se encargó de rebajar las enormes expectativas creadas con el comunicado que acompañó a la reunión del Consejo de Gobierno del instituto emisor europeo del 25 de julio. Recortes de tipos, nuevas compras de activos, depósitos escalonados: la famosa ‘caja de herramientas’ abierta de par en par y lista para ser usada… a su debido tiempo y sólo si es necesario. Este es el mensaje que se encargó de transmitir el banquero central, a quien le han llovido las críticas por no ser lo suficientemente ‘dovish’. Toda una novedad para Draghi.
“La afirmación del presidente del BCE de que el volumen del hipotético recorte de la tasa de interés ni siquiera se discutió en el seno del Consejo de Gobierno fue un jarro de agua fría para los operadores”, señala Craig Erlam, analista de Oanda. Recuerda este experto que muchos “habían apostando por un recorte en septiembre e incluso habían aventurado una alta probabilidad de que el banco central apretara el gatillo este mes”. La cantidad sobre la mesa era de 10 puntos básicos, un número “más bien simbólico” para el experto.
No obstante, lo que ha defraudado más a los inversores es la doble lectura que muchos han hecho de las palabras del presidente del BCE. Trasladada a la reunión de la próxima semana de la Fed, la actuación del italiano indica que el banco central de EEUU no tiene ninguna urgencia por revertir el endurecimiento de su política de los últimos tiempos. “El hecho de que Draghi haya sido capaz de convencer mejor a los mercados que el miembro más ‘dovish’ del Comité Monetario Abierto del supervisor de EEUU de que no va a haber un recorte de las tasas de 50 puntos básicos es lo más bizarro de todo el asunto”, comenta Erlam.
Otros expertos coinciden en señalar que fue el tono del banquero central europeo lo que hace pensar a los mercados que su homólogo en la Fed, Jerome Powell, mostrará una postura similar tras la reunión del 30 y 31 de julio. La perspectiva es ahora de que habrá un recorte sólo del 0,25% en EEUU.
"Draghi dejó muchas promesas en el aire, pero en realidad no hizo nada", comenta Ward McCarthy, economista jefe de Jefferies. “Había grandes esperanzas en que el BCE estaba listo para actuar, por lo que su inacción tiene repercusiones en las expectativas de la Fed la próxima semana. La idea es que tal vez aquellos que esperaban un recorte de 50 puntos básicos deberían revisar sus previsiones”, indica.
La mejor muestra de que el mercado se aleja de esta posibilidad es que los futuros de fondos federales de la Fed ahora reflejan solo un 21% de probabilidades de un recorte de 50 puntos básicos, desde el 28% anterior al BCE.
Era muy probable de que las proyecciones de la mayoría de casas de análisis acabaran por prever una rebaja de sólo un cuarto de punto de todos modos, expresa Marc Chandler, analista de Bannockburn Global Forex, “pero Draghi ha sellado el destino de la Fed”, sentencia.