Tras el fin del 'QE' los expertos de Barclays apuestan por un TLTRO III que irá acompañado del abandono de los tipos negativos en el plazo de dos años
Con el fin de los estímulos cuantitativos del Banco Central Europeo (BCE) teóricamente a la vuelta de la esquina este mes de diciembre, el presidente de la entidad y varios de los miembros de su Consejo de Gobierno no han dejado de repetir el mantra: “Todavía se necesita un estímulo significativo de la política monetaria”. Y los analistas coinciden en señalar que las últimas novedades sobre el Brexit y los datos macroeconómicos de la eurozona, además de las perspectivas de desaceleración económica, anticipan un tono más conservador del presidente del banco central en su discurso.
La atención se centra también en si se puede insinuar alguna pista para las subidas de tipos. El mercado no espera subidas de tipos hasta el último trimestre de 2019, si es que se producen antes de 2020 y casi nadie apuesta porque Mario Draghi emule a la expresidente de la Reserva Federal (Fed) y se despida con un incremento de tipos. "El actual escenario macroeconómico ha abierto el debate sobre lo que el BCE podría llegar a hacer", indica Kevin Flanagan, analista de WisdomTree. Si bien es muy probable que estas cifras no impidan el inicio de la normalización de su balance –el cual se espera que se anuncie en la reunión de política monetaria programada para este jueves 13 de diciembre-, podría llevarlo a plantear un horizonte temporal “más tarde que pronto para la primera subida de los tipos de interés", prosigue este expero que descarta que se producza en octubre de 2019.
De hecho, algunas firmas alertan que el mercado está empezando a descontar que la tasa de depósito interbancario no llegue al 0% hasta el año 2021. "Si se cumplen las expectativas que se están cotizando en el mercado, la subida de tipos de interés, si se produce, debería ser lo mínimo posible, en torno a 0,10% en cada reunión", aventura Miguel Ángel Olmeda Peláez de Bank Degroof Petercam. Los analistas de S&P son más audaces con sus previsiones de incrementos de tasas y creen que en 2019 se producirán dos en septiembre y diciembre, hasta entrar en terreno positivo y seguirán al ritmo de un par de aumentos anuales desde 2020.
Con el ‘QE’ (del inglés quantitative easing) a punto de pasar a la historia, hay quien prevé medidas adicionales de estímulo. Por ejemplo, los expertos de Barclays apuestan porque el supervisor económico europeo anuncie una tercera ronda de operaciones de refinanciación a largo plazo “en diciembre o inicios de 2019, como muy tarde”. “Creemos que hay razones macro y microeconómicas convincentes para un nuevo TLTRO”, explican. asegura la entidad que los desafíos macroeconómicos se están acumulando: la demanda externa ha caído a causa de que los riesgos relacionados con el comercio, Italia, Brexit y la desaceleración del crecimiento de China han proliferado. Por lo tanto, ven un TLTRO III “como una forma efectiva de que el BCE impida un ajuste en las condiciones de los préstamos en un momento de crecientes amenazas”.
Eso sí, el banco de inversión británico indica que una nueva operación de este tipo “debe estar estrictamente dirigida a entregar nuevos préstamos al sector privado en lugar de a inversiones en bonos”. Centrar el TLTRO en el apoyo a la economía real, indican “debería disminuir cualquier estigma que pueda asociarse al uso de esta facilidad del supervisor monetario por parte de los bancos”.
De confirmarse un anuncio de estas características, será el único sobresalto de una reunión que el mercado califica de "histórica, pero poco excitante". Se dará carpetazo a un gigantesco programa de compra de bonos de 2.600 billones de euros que ha durado cuatro años, lo que es "todo un hito" para la entidad, destaca Florian Hense, analista de Berenberg. Y el banco central mostrará "su grado de preocupación por el frenazo global en una nueva ronda de proyecciones para los años próximos entre las que se incluirán por vez primera las de 2021", agrega este experto. No prevé, así, más acciones el analista de la firma germana porque el supervisor monetario querrá "mantener sus opciones abiertas hasta la primavera de 2019, cuando los choques políticos comiencen a desvanecerse".
Barclays: “Creemos que hay razones macro y microeconómicas convincentes para un nuevo TLTRO”
¿Y SI EL BCE NO LANZA LA TLTRO III?
Cabe la opción, así, de que el BCE acabe con las compras de bonos y no se embarque en ninguna otra operación hasta que inicie las subidas de tipos y mantenga su política acomodaticia mediante "su considerable stock de activos, reinversiones planificadas y bajas tasas de interés", matiza Hense, que enfatiza que "una TLTROIII es prematura". Si este es el caso, los analistas de Barclays estiman que “aumentarán los costes de los préstamos bancarios ya que se refinanciarán los estímulos baratos del banco central en el mercado”. A consecuencia, “se encarecerán los tipos de los préstamos al sector privado con efectos sobre el balance de las entidades periféricas, en especial los bancos italianos”, argumentan.
"Abandonar un ciclo tan largo de medidas excepcionales es un proceso incierto", señalan por su parte los expertos de S&P Global Ratings, por lo que anticipan que el BCE siga usando "la guía a los mercados para atemperar las expectativas de los mercados. En cambio, estos analistas descartan una nueva ronda de TLTRO a no ser que la presión bajista de las materias primas y la energía desacelere la inflación.
En cambio, desde Barclays defienden que “la subida de las tasas de los préstamos y la menor disponibilidad de estos exacerbará los efectos endurecedores del fin del ‘QE’ y de los incrementos de tipos en un contexto de riesgos macroeconómicos”, aseguran. Además, “a medida que el TLTRO en vigor entra en el último año (junio de 2019), los índices de liquidez probablemente empeorarán, lo que podría llevar a los bancos a reducir el balance disponible para la actividad del mercado monetario”, prosiguen. En tercer lugar, exponen los expertos de la entidad de Reino Unido, “el aumento de las necesidades de financiación de los bancos elevará los riesgos crediticios incorporados a las tasas de crédito no garantizadas”. “Esperamos que estos tres factores perjudiquen la transmisión de la política monetaria”, redondean.