La primera ministra dejará su cargo el 7 de junio y Johnson se perfila como su sucesor
La esperada dimisión de Theresa May ya está aquí y la pregunta es clara: ¿su marcha supondrá que el acuerdo del Brexit saldrá finalmente adelante? Los expertos tienen claro que no, que su marcha no sólo no implica que el proceso se desbloquee sino que, además, un sucesor más radical y partidario del Brexit duro, como sería Borish Johnson, podría traer un resultado final mucho menos deseado para el mercado.
Aun así, ni las bolsas ni las divisas reaccionaron este viernes a la noticia. Primero, porque estaba ya más que descontada. Y, segundo, porque es complicado dilucidar lo que pasará ahora entre otras cosas por la tremenda división que existe en el seno del Parlamento británico.
"La dimisión de Theresa May no resuelve los problemas a los que se enfrenta actualmente Reino Unido", afirma tajante Volker Schmidt, gestor senior de Ethenea Independent Investors. Para este experto, lo verdaderamente relevante es que actualmente no hay mayoría para ningún enfoque del Brexit dentro del Parlamento británico -especialmente dentro de los partidos Conservador y Laborista-. "Es posible que sigamos enfrentándonos a más de lo mismo, independientemente de quién esté dirigiendo el partido", advierte.
Schmidt, como la mayor parte de los expertos, considera que la marcha de May aumenta el riesgo de un Brexit duro. El propio Gobierno español declaró este mismo viernes que la renuncia de la 'premier' era una "mala noticia" precisamente porque incrementa las posibilidades de este tipo de Brexit.
Borish Johnson, que dimitió como ministro de Exteriores el verano pasado por no estar de acuerdo con el plan de Brexit de May y que se perfila como favorito para sucederla, es partidario de ese Brexit duro. Naeem Aslam, responsable de análisis de la firma británica ThinkMarkets, sostiene que Johnson llevará al país hacia ahí y que esto será un "desastre" para Reino Unido. Al mismo tiempo, critica duramente la forma en la que Theresa May ha hecho las cosas, dilatando el proceso y sometiendo su plan al Parlamento hasta en tres ocasiones (con sus correspondientes rechazos). "May ha dañado al partido y a la nación. El Reino Unido está más dividido hoy que antes y la evidencia de esto se puede ver en el Parlamento", afirma.
NADA HA CAMBIADO, DE MOMENTO, Y LOS MERCADOS LO SABEN
Por lo tanto, de momento, nada ha cambiado. Queda por ver quién sucederá a May y, después, habrá que ver si esa persona es capaz de pasar la dura prueba del Parlamento británico para aprobar su Brexit, algo que se aventura, a priori, muy complicado teniendo en cuenta lo sucedido hasta ahora.
Eso sí, frente a la 'calma' a muy corto plazo, los expertos anticipan "vientos en contra" que comenzarían a soplar con más fuerza relativamente pronto.
"El mercado comienza a pensar seriamente en que el destino más probable para el Brexit es que el Reino Unido se vea condenado a pedir un nuevo aplazamiento"
Aitor Méndez, analista de IG Markets, cree que la presión sobre la libra volverá en los próximos días a medida que se conozcan los nombres de los candidatos a suceder a May. "Tras el varapalo que espera el Partido Conservador de los resultados a las elecciones europeas, todo parece indicar que será el ala más dura del partido el que se haga con el poder, presionados por el éxito que se presume tendrán los euroescépticos de Nigel Farage en los comicios comunitarios", afirma.
La elección de Borish Johnson sería la que tendría "un efecto más bajista para la divisa británica", señala Méndez, y habrá qué ver cómo la reciben las bolsas o si ya la tienen descontada. "(Johnson) podría tratar de adoptar una postura de fuerza ante Bruselas, amenazar con la posibilidad de un Brexit duro u otras medidas de coacción", indica este experto.
Sea como fuera, toca esperar acontecimientos y, previsiblemente, éstos no serán muy positivos para los mercados. Mientras tanto, Bruselas ya ha dicho por activa y por pasiva que no está dispuesta a volver a negociar, ni con May ni con nadie, mientras que la posibilidad de un divorcio sin acuerdo ya ha sido rechazada de plano por el propio Parlamento británico.
"La opción que parece más plausible en estos momentos es que la persona que asuma el cargo se dé el gusto de llamarse a sí mismo primer ministro durante unos meses y luego convoque elecciones. Así las cosas, con un Parlamento completamente bloqueado y con la fecha límite del 31 de octubre en el horizonte, el mercado comienza a pensar seriamente en que el destino más probable para el Brexit es que el Reino Unido se vea condenado a pedir un nuevo aplazamiento de la fecha de salida, en un eterno día de la marmota", concluyen desde IG.