Médicos, químicos, físicos y matemáticos tienen las menores tasas de paro en España, según el INE
El número de parados que perdió su empleo tres años antes o más disminuyó en 107.100 personas en 2020, un 15,3% respecto a 2019, hasta los 593.700 desempleados, la cifra más baja en una década, según datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA). De este modo, el peso de los parados de muy larga duración sobre el total de desempleados con experiencia laboral previa alcanzó en 2020 el 18,4%, porcentaje 5,5 puntos inferior al de 2019. La categoría de los parados de muy larga duración fue la que más se redujo el año pasado.
La mayor parte de los desempleados existentes en 2020, año que se cerró con una media de 3,53 millones de parados, procedían en su mayoría de situaciones previas de empleo. En total, a cierre del año pasado 3.233.400 parados habían trabajado anteriormente, es decir, que tenían experiencia laboral previa. De esta cantidad, el 53,5% (1.729.300) dejó de trabajar en 2020 por haber finalizado su contrato, un 5,7% más que en 2019.
Otro motivo de peso para terminar en el desempleo fue el despido o la supresión del puesto de trabajo, incluyendo las regulaciones de empleo. En total, 583.100 personas se vieron en el paro por alguna de estas razones, casi el doble que en 2019 (297.500 personas). En conjunto, los trabajadores que fueron despedidos en 2020, el año del Covid, equivalen 18% del total de desempleados con experiencia laboral previa, casi ocho puntos más que en 2019.
En 2020, con motivo de la pandemia, el número de ocupados se redujo en una media de 576.900 personas, hasta situarse en 19.202.400 personas. Los más afectados por este retroceso de la ocupación fueron los establecimientos de menor tamaño: los de 1 a 10 trabajadores perdieron 512.700 empleados en 2020, mientras que los de 1 a 49 trabajadores destruyeron 196.400 puestos de trabajo. Por contra, los establecimientos de 250 o más trabajadores incrementaron su cifra de ocupados en casi 150.000 personas el año pasado, en tanto que las empresas de 50 a 249 trabajadores sumaron 32.600 personas a sus plantillas.
Los datos difundidos este miércoles por Estadística muestran además el efecto de la pandemia sobre los horarios atípicos y las condiciones laborales. Así, en 2020, el 10,8% de los ocupados trabajó en casa más de la mitad de los días, frente al 4,8% de 2019, y un 4,2% lo hizo de manera ocasional. Por su parte, el 83,5% no trabajó ningún día en su domicilio.
Asimismo, casi una de cada tres personas, el 32,2%, trabajó en 2020 al menos un sábado al mes, porcentaje 4,7 puntos inferior al de 2019, mientras que el 19,1% trabajó al menos un domingo al mes, frente al 22,6% de 2019. Por el contrario, el 65,3% de los ocupados no trabajó ningún sábado de 2019, casi cinco puntos más que en 2019, y el 79,3% ningún domingo, 3,5 puntos más que el año anterior.
LA INTERMEDIACIÓN DEL SEPE, ESTANCADA
Según el INE, el año pasado bajó el porcentaje de ocupados que trabajó en jornada nocturna, desde el 13% de 2019 al 10,7% en 2020. Un 5,7% trabajó ocasionalmente de noche y el 5% lo hizo en más de la mitad de sus días laborables. El porcentaje de trabajadores nocturnos varones (13%) supera al de mujeres (7,9%).
En 2020 más de 305.000 ocupados trabajaron a tiempo parcial para disponer de tiempo para el cuidado de personas dependientes, cifra un 7,4% inferior a la de 2019. La mayor parte de quienes recurrieron a la parcialidad fueron mujeres (286.100) y de ellas, más de la mitad, en concreto el 54,8%, considera que no hay servicios adecuados para atender a personas dependientes (niños, adultos, enfermos, personas con discapacidad, etc.) o que no pueden pagarlos.
La EPA de 2020 también revela que el porcentaje de asalariados que fue contratado a través de una empresa de trabajo temporal (ETT) bajó seis décimas, desde el 4,1% de 2019 al 3,5% en 2020, hasta un total de 561.000 asalariados contratados, mientras que sólo un 2% (316.600 personas) obtuvo su empleo mediante la intermediación de una oficina de empleo público, el mismo porcentaje que en 2019.
CON JEFES, PERO SIN SUBORDINADOS
De la encuesta también se extrae que la mayor parte de los trabajadores españoles tiene jefe, pero ningún subordinado. En concreto, casi siete de cada diez trabajadores se encontraban en esta situación en 2020.
Del total de ocupados contabilizados el año pasado, el 10,1% no tenía jefes ni subordinados (trabajador independiente), el 6,2% era encargado, el 6,4% director de una empresa pequeña, departamento o sucursal, otro 7,2% era mando intermedio, y el 0,5% ocupaba un puesto de director de empresa grande o media. El porcentaje de empleados, es decir, de trabajadores con jefe y sin subordinados, retrocedió siete décimas respecto a 2019, situándose en el 68,9%, mientras que el porcentaje de mandos intermedios escaló una décima y el de ocupados independientes subió siete décimas.
La proporción de hombres directores supera en 3,7 puntos la de las mujeres en las empresas de pequeño tamaño, mientras que el de varones ocupados sin jefes ni subordinados sobrepasa en 3,9 puntos el porcentaje de mujeres. Ellas, por el contrario, superan a los hombres en los puestos de empleados en 11,3 puntos.
PROFESIONES CON MENORES TASAS DE PARO
Además, los trabajadores que han recibido formación en salud y servicios sociales, así como en ciencias naturales, química, física y matemáticas tienen menores tasas de paro en España que las personas que han optado por otras especialidades o se han quedado en la formación básica.
Según el estudio del INE, el 57,9% de la población española de 16 o más años cuenta con formación general, lo que se corresponde con las personas que a lo sumo han alcanzado la enseñanza secundaria obligatoria o el bachillerato. El resto de la población tiene alguna especialidad, destacando el sector de estudios de Negocios, Administración y Derecho (10,3%), Mecánica, electrónica, otra formación técnica, industria y construcción (7,9%) y salud y servicios sociales (5,9%).
El INE analiza las distintas ramas y concluye que la población de 16 y más años formada en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) presentó el año pasado una tasa de empleo del 73,91%, más alta para los varones (76,7%) que para las mujeres (65,5%). A las TIC les siguen los trabajadores que estudiaron ciencias sociales, periodismo y documentación, con un 72,4% de sus licenciados o graduados trabajando. El 'top 3' de empleo por formación recibida se completa con quienes se han especializado en agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y veterinaria, pues el 71,1% están trabajando. Tanto en agricultura como en ciencias sociales y periodismo las tasas de empleo de los varones son superiores a las de las mujeres.
El cuarto puesto es para los que han cursado ciencias naturales, químicas, físicas y matemáticas, con una tasa de empleo del 70,8%, seguido de los formados en salud y servicios sociales (70,7%) y de los que han recibido formación en mecánica, electrónica, industria y construcción (70,3%).
En el lado opuesto, las menores tasas de empleo se encuentran entre quienes se formaron en sectores desconocidos o poco específicos, con un 12,6%, y aquellos que tienen una formación general (35,89%), con una notable diferencia entre los hombres (44,1%) y las mujeres (27,7%). En cuanto a la tasa de paro, la más baja se da entre las personas formadas en salud y servicios sociales (9,1%), seguida de los trabajadores formados en ciencias naturales, químicas, físicas y matemáticas (9,2%).
El tercer sector con menos parados es el de mecánica, electrónica, industria y construcción (9,48%), al que le siguen, aunque con tasas ya de dos dígitos, los trabajadores formados en ciencias sociales, periodismo y documentación (10,17%) y los que han estudiado negocios, administración y Derecho (11,7%). Por el contrario, las mayores tasas de paro se concentran entre los ubicados por el INE en sectores desconocidos (36,8%); entre quienes han recibido una formación básica (20,2%), y entre los trabajadores del sector servicios (16,8%).