El ritmo de crecimiento de junio es el más lento desde marzo de 2021, según el índice PMI
Aumenta el riesgo de que la eurozona caiga en un declive económico en el tercer trimestre, después de que en junio el crecimiento económico de la región se haya ralentizado hasta mínimos que no veía desde marzo de 2021. El resultado del índice PMI supone la primera contracción de la producción manufacturera en dos años y un ritmo más lento de crecimiento de la actividad comercial del sector servicios.
El índice PMI compuesto de actividad total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, registró 52 en junio. Aunque el índice sigue señalando un crecimiento modesto de la actividad total del sector privado, la última lectura bajó de 54,8 registrado en mayo, señalando el ritmo de expansión más lento en la secuencia actual de dieciséis meses de crecimiento, ya que la demanda se estancó. La caída del índice reflejó un incremento más débil de la actividad del sector de servicios, el más lento desde enero pasado, y la primera contracción de la producción manufacturera en dos años.
El flujo de nuevos pedidos se estancó en junio, poniendo fin a una secuencia de quince meses de crecimiento, y las empresas de la zona euro tuvieron dificultades ante el debilitamiento de la demanda. En particular, los volúmenes de la cartera de nuevos pedidos del sector industrial disminuyeron al ritmo más pronunciado desde el pico del confinamiento inicial por la COVID-19 en mayo de 2020. Las condiciones de la demanda internacional continuaron debilitándose en junio y la última caída de las exportaciones fue la más rápida en dos años.
No obstante, las empresas continuaron teniendo dificultades con las presiones en la capacidad, ya que los pedidos pendientes aumentaron nuevamente y, en consecuencia, contrataron más personal a un ritmo acelerado.
Respecto a los precios, los costes aumentaron aún más, aunque la tasa de inflación se atenuó de nuevo desde el pico registrado en marzo pasado. Por tal motivo, las tarifas aplicadas aumentaron a un ritmo ligeramente más lento, pero que de todas formas fue marcado.
El estancamiento de las condiciones de la demanda y un crecimiento más lento de la actividad total se tradujeron en un nuevo debilitamiento de la confianza empresarial entre las empresas de la zona euro. El nivel de positividad fue el más débil desde octubre de 2020 y además fue moderado en el contexto de los datos históricos.
De los países de la zona euro estudiados, España registró la expansión más rápida en junio, aunque su índice respectivo ajustado estacionalmente señaló el ritmo de crecimiento más lento desde marzo pasado. Las desaceleraciones fueron generalizadas en el resto de las economías de la zona euro, sobre todo en Irlanda y Francia, donde los ritmos de incremento de la actividad total se desaceleraron bruscamente hasta alcanzar sus mínimas de dieciséis y catorce meses respectivamente, pero se mantuvieron sólidos en ambos casos. Italia y Alemania se situaron con idénticos resultados a la cola de la clasificación del crecimiento, y sus últimos incrementos fueron solo marginales.
Los nuevos pedidos recibidos por las empresas de la zona euro se estancaron en junio, poniendo fin a una secuencia de 15 meses de crecimiento. La debilidad se observó principalmente en el sector manufacturero, donde los volúmenes de la cartera de nuevos pedidos se redujeron drásticamente, aunque las empresas de servicios registraron un incremento más débil de la demanda.
A pesar de las condiciones de estancamiento de la demanda, las empresas de la zona euro continuaron enfrentándose a presiones en la capacidad en junio, tal y como lo indica un nuevo aumento de los pedidos pendientes de realización. No obstante, el ritmo de acumulación de pedidos pendientes fue el más lento desde que comenzó la secuencia actual de incremento en marzo de 2021.
Pese a ello, las persistentes presiones en la capacidad fueron lo suficientemente fuertes como para impulsar nuevas creaciones de empleo en junio, extendiendo la secuencia actual de crecimiento del empleo a 16 meses. Aunque la tasa de creación de empleo se mantuvo fuerte en general, fue la más lenta desde diciembre de 2021.
En cuanto a los precios, los datos de junio revelaron nuevas presiones inflacionistas elevadas. Los costes a los que se enfrentaron las empresas de la zona euro aumentaron considerablemente, aunque la tasa de inflación retrocedió aún más desde su máxima observada en marzo pasado. Las presiones de los costes fueron nuevamente más fuertes en el sector manufacturero. En consecuencia, las tarifas cobradas por las empresas aumentaron de nuevo. La tasa de inflación disminuyó hasta su mínima de cuatro meses, pero se mantuvo marcada en el contexto de los datos históricos.
De cara al futuro, la debilidad de los resultados en junio también pudo observarse en una nueva moderación de la confianza empresarial entre las empresas de la zona euro. El nivel de positividad fue el más débil desde octubre de 2020 y además fue moderado en el contexto de los datos históricos. Las empresas se muestran preocupadas por las perspectivas económicas y las presiones inflacionistas.
Por su parte, el índice PMI de actividad comercial del sector servicios cayó de 56,1 registrado en mayo a 53 en junio, indicando un aumento sostenido de la actividad del sector servicios de la zona euro, pero que fue el más débil desde enero pasado.
La desaceleración en junio reflejó principalmente un aumento más débil de los nuevos pedidos recibidos en las empresas de servicios. El nivel de nuevos pedidos aumentó por decimocuarto mes consecutivo, pero el ritmo de crecimiento fue el más lento desde enero pasado y solo moderado en general. Mientras tanto, los flujos de nuevos pedidos procedentes del extranjero disminuyeron por primera vez en tres meses, aunque a un ritmo marginal.
No obstante, los datos de junio revelan sostenidas presiones en la capacidad de las empresas de servicios y el nivel de los pedidos pendientes de realización aumentó de nuevo. Sin embargo, el ritmo de acumulación de los pedidos pendientes se ralentizó hasta su mínima de ocho meses. Las empresas del sector servicios de la zona euro también informaron de persistentes presiones de los costes en junio, por lo que la secuencia actual de aumento de los costes se ha extendido a más de dos años. La tasa de incremento se aceleró en junio y fue la tercera más fuerte registrada por el estudio.
Los esfuerzos por mantener los márgenes de beneficios conllevaron consecuentemente a las empresas a aumentar de nuevo sus precios medios cobrados en junio. La tasa de inflación alcanzó su mínima de tres meses, pero de todas formas estuvo entre las más fuertes en la historia de la serie y fue marcada en general.
La preocupación en torno a las presiones inflacionistas y las perspectivas económicas afectó notablemente la confianza empresarial de las empresas del sector servicios de la zona euro en junio. El Índice de Actividad Futura cayó hasta su mínima de 20 meses y señaló expectativas moderadas de actividad durante los próximos doce meses.
"El fuerte deterioro en el ritmo de crecimiento de la actividad empresarial de la zona euro aumenta el riesgo de que la región caiga en un declive económico en el tercer trimestre. La lectura del índice PMI de junio señala una moderación del crecimiento del PIB trimestral hasta solo el 0,2%, y los indicadores a futuro como los nuevos pedidos y las expectativas empresariales de la encuesta sugieren una caída de la actividad total en los próximos meses", comentan en S&P Global Market Intelligence.
Destacan que "el sector manufacturero ya está en contracción, por primera vez en dos años, y el sector servicios ha sufrido una marcada pérdida de impulso de crecimiento en medio de la crisis del coste de vida". Además, "el gasto de los hogares en productos y servicios no esenciales se ha visto especialmente bajo presión debido al aumento de los precios, pero el gasto y la inversión empresarial también están disminuyendo en respuesta a unas perspectivas más sombrías y al endurecimiento de las condiciones financieras".
"Si bien la creación de empleo se mantuvo sólida en junio, la reducción del ritmo de crecimiento de la demanda y el deterioro del optimismo empresarial apuntan a que el mercado laboral también decaerá en los próximos meses. Más alentador es observar que, aunque las presiones de los precios siguen siendo elevadas, hay señales de que las fuerzas inflacionistas alcanzaron su pico máximo en abril pasado, lo que refleja una marcada atenuación del incremento de los precios industriales, la mejora de las cadenas de suministro y la disminución de la demanda. No obstante, la energía y el suministro de alimentos probablemente seguirán siendo dos áreas particulares de preocupación y posibles presiones inflacionistas mientras continúe la guerra en Ucrania", añaden.
Por lo tanto, consideran que los datos del índice PMI de junio "sugieren que los riesgos se han inclinado cada vez más hacia la probabilidad de que la economía caiga en una recesión al mismo tiempo que las presiones inflacionistas se moderan pero siguen siendo elevadas".