Las expansiones del sector manufacturero y del sector servicios fueron igualmente sólidas, según el PMI
El crecimiento económico de la eurozona recuperó un fuerte impulso de crecimiento antes de la invasión de Ucrania, hasta alcanzar su ritmo más fuerte desde septiembre del año pasado tras la desaceleración observada en enero. Según el índice PMI, las expansiones del sector manufacturero y del sector servicios fueron igualmente sólidas en febrero, mientras la inflación alcanzó un nuevo récord.
Después de caer hasta su mínima de once meses en enero, el Índice PMI Compuesto de Actividad Total de la zona euro, elaborado por la consultora Markit, ajustado estacionalmente, subió de 52,3 registrado en enero a 55,5 en febrero. En general, esta lectura indicó el aumento más fuerte de la producción manufacturera y de la actividad del sector servicios en su conjunto desde septiembre del año pasado. La expansión también fue más rápida que la media de la serie, pero aun así fue más débil que las máximas observadas en la segunda mitad del año pasado, ya que la capacidad empresarial se vio limitada por la escasez de suministros y la poca disponibilidad de personal.
El análisis por sectores revela que el ritmo de crecimiento de la producción manufacturera tuvo la misma fuerza que el de la actividad del sector servicios. Una mejora notable en el crecimiento de la economía del sector servicios, tras la desaceleración provocada por el virus en enero, impulsó el aumento de velocidad de la reactivación en general.
A juzgar por los últimos datos de la encuesta, el aumento de los nuevos pedidos recibidos respaldó los crecientes niveles de actividad comercial. La demanda de productos y servicios de la zona euro aumentó por duodécimo mes consecutivo en febrero, y la expansión se aceleró hasta alcanzar el ritmo más rápido desde septiembre del año pasado. Se observaron aumentos más fuertes de los nuevos pedidos en ambos sectores estudiados.
La actividad empresarial también se vio impulsada por las condiciones de la demanda en los mercados externos en febrero, a medida que aumentaron los nuevos pedidos para exportaciones. El repunte, que fue el más rápido en cuatro meses, fue ligeramente más lento que el promedio observado durante la actual secuencia de expansión de quince meses.
Para sostener los niveles de actividad y adaptarse a la creciente entrada de nuevos pedidos, el empleo del sector privado de la zona euro se incrementó en febrero. La tasa de creación de empleo también cobró cierto impulso, acelerándose hasta su máxima de tres meses. El aumento en los niveles de personal fue particularmente fuerte en el sector industrial, aunque la contratación en las empresas de servicios fue sólida en el contexto de los datos históricos.
El crecimiento del empleo también coincidió con un mayor grado de optimismo empresarial en febrero. El Índice de Producción Futura aumentó hasta su máxima de ocho meses.
A pesar del incremento de la fuerza laboral, los últimos datos de la encuesta revelaron una presión adicional en las capacidades operativas en febrero, a medida que aumentan las cargas de trabajo. La tasa de acumulación de los pedidos pendientes fue la más rápida en seis meses y una de las más fuertes registradas por el estudio.
Por último, los datos de la encuesta indicaron una intensificación de las presiones de los precios de la zona euro en febrero. Los costes de los insumos aumentaron a un ritmo más rápido por segundo mes consecutivo. De hecho, la tasa de inflación fue la segunda más rápida registrada, superada solo por la máxima observada en noviembre del año pasado. Mientras tanto, la inflación de los precios de venta alcanzó su máxima del estudio en febrero.
Por su parte, el Índice PMI de Actividad Comercial del sector servicios de la zona euro aumentó hasta el nivel 55,5 en febrero, señalando el ritmo más fuerte de expansión de la actividad del sector servicios en tres meses, un alza notable frente a 51,1, su mínima de nueve meses registrada en enero.
Otros indicadores clave de la salud del sector también aumentaron de manera sólida en febrero: los nuevos pedidos y el empleo crecieron a ritmos más rápidos que en enero. No obstante, hubo un aumento más pronunciado en los volúmenes de pedidos pendientes de realización, ya que las cargas de trabajo se acumularon al ritmo más fuerte desde agosto del año pasado. Mientras tanto, la confianza empresarial se fortaleció desde enero. El grado de optimismo fue históricamente elevado y el más fuerte en cuatro meses.
Por su parte, las empresas del sector servicios de la zona euro registraron unas mayores presiones inflacionistas en febrero. Los precios de compra y los precios de venta aumentaron a tasas más rápidas y, en ambos casos, los incrementos fueron los más fuertes registrados por el estudio.
"Los datos de la encuesta de febrero muestran que la economía de la zona estaba recuperando un fuerte impulso de crecimiento antes de la invasión de Ucrania", destacan en Markit.
Como señalan, la actividad comercial se aceleró a un ritmo acorde con un crecimiento del PIB superior al 0,6%, impulsada por una relajación de las restricciones por el virus. Las medidas de contención de la COVID-19, que se habían intensificado en enero hasta el nivel más alto en ocho meses en toda la región contra la amenaza de la ola de ómicron, disminuyeron en febrero hasta el nivel más bajo desde noviembre del año pasado, lo que impulsó una reactivación del gasto en los servicios orientados al consumidor, en particular. El crecimiento de la demanda se aceleró y la contratación de personal se incrementó a medida que las empresas informaron de unas mejores perspectivas.
No obstante, "la actividad comercial siguió restringida tanto por los cuellos de botella de las cadenas de suministro como por la escasez de mano de obra, lo cual causó que persistiera un mercado de vendedores para muchos productos y servicios. Los precios aumentaron a la tasa más fuerte registrada hasta la fecha en casi un cuarto de siglo de recopilación de datos".
"Aunque algunas de estas limitaciones se aliviarán a medida que disminuya la ola de ómicron, los precios de la energía y otros productos básicos, en particular los productos agrícolas, están aumentando nuevamente debido al conflicto en Ucrania, lo que significa que los riesgos están fuertemente inclinados hacia una inflación aún más alta y persistente por más tiempo de lo esperado anteriormente, que comprimiría los presupuestos familiares", añaden
Consideran que, aunque "aún es pronto para evaluar el impacto de la guerra, es probable que las perspectivas de crecimiento también se hayan visto afectadas por una mayor aversión al riesgo y nuevas sanciones, lo que empaña el repunte de la pandemia. Con el aumento de los riesgos de inflación y la disminución de las perspectivas de crecimiento, el conflicto de Ucrania acrecienta los obstáculos para las empresas y los hogares en los próximos meses, y exacerba el difícil acto de malabarismo del BCE para controlar la inflación y mantener una sólida recuperación económica".