Scope Ratings afirma que el país experimentó la mayor recesión de toda la zona euro en 2020
La pandemia de Covid-19 no solo ha traído consecuencias sociales o de salud, ya que la enfermedad ha ocasionado miles de muertes y deja secuelas importantes en muchas de las personas que consiguen superarla. También ha provocado una aguda crisis económica, y la perspectiva de futuro no termina de aclararse para España. Esta es la lista de reformas pendientes que el Gobierno debería cometer para intentar mitigar su impacto, según Scope Ratings.
Según la agencia de rating, estas reformas serán determinantes para que las finanzas públicas puedan volver a un lugar sostenible. Scope Ratings afirma que "la economía española (A-/Negativa) experimentó la mayor recesión entre las principales economías de la zona euro en 2020. El PIB se contrajo un 11%, ligeramente por debajo de nuestras estimaciones, que apuntaban a una contracción del 12%, pero significativamente peor que la contracción del 8,9% del PIB de Italia (BBB+/Negativa), del 8,3% de Francia (AA/Estable) y del 5% de Alemania (AAA/Estable)". Por todo esto, España deberá hacer un esfuerzo superior al del resto de sus vecinos para intentar sobreponerse, en la medida de lo posible, a la crisis.
Alvise Lennkh, director de calificaciones soberanas de Scope Ratings, cree que "el amplio apoyo de la política monetaria ha contribuido a la financiación de importantes medidas fiscales anticíclicas para proteger la economía" y que "cualquier mejora fundamental de las finanzas públicas de España dependerá de una recuperación económica sostenida, de los esfuerzos del Gobierno para abordar las ineficiencias del mercado laboral y aumentar la productividad, junto con una estrategia creíble de consolidación fiscal a medio plazo".
Por tanto, las reformas que según él debería emprender España para conseguir un crecimiento sostenible comienzan por un gasto efectivo de las subvenciones que recibirá el país por parte de la Unión Europea, como parte del fondo de recuperación, estimadas en 78.000 millones de euros.
Posteriormente, deberá centrarse en reformar el mercado laboral y de productos, de forma que eso ayude a aumentar el potencial de crecimiento español. España tiene la tasa de desempleo estructural más alta de Europa, situada en un 14%, y casi un 25% de contratos temporales en el total del empleo, causando una escasa seguridad laboral y que las empresas no deseen invertir en capital humano.
Lennkh afirma que España tampoco puede olvidarse del últimamente tan comentado sistema de pensiones, ya que su reforma contribuiría enormemente a la sostenibilidad de las finanzas públicas. España debe tener en cuenta que la caja de la Seguridad Social ha sido deficitaria en los últimos 10 años y que la población española está, en su mayoría, envejecida (y con tendencia creciente).
Estas reformas serán costosas políticamente, dice la agencia, debido a la fragmentación política en la que se encuentra sumido el país, pero son necesarias para facilitar la recuperación económica y fortalecer las finanzas públicas.
Las previsiones sobre la recuperación varían en función de quién realice dicha previsión. Por ejemplo, el Gobierno estima un 9,8% de crecimiento del PIB para 2021, rebajando esta cifra al 7,2% con el efecto de los fondos de la Unión Europea. Por otro lado, el Banco de España disminuye la estimación del crecimiento hasta un 6,8%, aunque estima que se reducirá en 1,3 puntos por los fondos de la UE. Scope Ratings, por su parte, sitúa el rebote de la economía en el 6%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) establece este número en 5,9%, aunque Andrea Schaechter, jefa de la Misión para España del FMI, ya ha avisado que "la economía real no alcanzará su nivel previo a la pandemia hasta 2023". La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) también ha rebajado al 5,7% su estimación de crecimiento para España y Moody’s al 5%.
Estos pronósticos van de la mano con las estimaciones de déficit presupuestario. Y es que el Ejecutivo sitúa este déficit en un 7,7% del PIB para 2021, siendo optimistas, por lo que, si el crecimiento se redujese sutilmente, las finanzas públicas españolas se deteriorarían más. Toda esta previsión se da en un momento en el que los costes de financiación del gobierno español siguen estando en niveles bajos, con una rentabilidad del bono a 10 años cercana al 0% y la posesión del Banco de España de más del 25% de la deuda pública.