Los activos financieros son los mejores indicadores del escenario al que nos enfrentamos
La recesión es el gran tema que domina los mercados ahora mismo. Para los inversores es un asunto que está cobrando cada vez más importancia, porque de lo que pueda ocurrir con la economía en los próximos meses dependerán muchas de sus decisiones sobre sus carteras. El problema es que no hay una opinión unificada sobre ello, y mientras que algunos expertos dan por hecho que la recesión llegará, hay otros que defienden que es algo que se podría evitar. ¿Cómo saber entonces a qué escenario nos enfrentamos?
Es una pregunta a la que han tratado de responder los estrategas de AJ Bell en uno de sus últimos informes, en el que analizan la situación en la que se encuentra la economía de Estados Unidos y aportan su particular punto de vista para que los inversores sepan qué claves deben tener en cuenta y puedan así detectar si viene o no una recesión.
Como explican, los inversores no deben fijarse en los datos de crecimiento del PIB. "No sirven de nada", defiende el director de inversiones de AJ Bell, Russ Mould, ya que "se publican con un retraso de uno o dos meses y se revisan posteriormente". ¿Y los datos de desempleo? Pues "son igualmente ineficaces desde el punto de vista de la inversión por la misma razón", según remarca este experto.
Los inversores, apunta Mould, solo deberían fijarse, en todo caso, en dos indicadores rezagados, ya que son los que tienen "más peso": las ventas al por menor y la vivienda. Como indica, ambos se basan en que "el 70% de la economía estadounidense está impulsada por el consumo". "La debilidad de este año en las ventas minoristas y la forma en que las ventas de viviendas nuevas han caído interanualmente once veces en doce meses son, por tanto, potencialmente ominosas", afirma.
Además, desde AJ Bell apuntan que hay otros elementos que pueden aportar a los inversores más información sobre el momento en el que se encuentra la economía estadounidense. Por ejemplo, en la firma británica se refieren a encuestas de sentimiento como la de las pequeñas empresas del NFIB. "El NFIB ha bajado por debajo de 95 en tres ocasiones desde 1985 y en cada una de ellas ha señalado una recesión", recuerda el analista.
No obstante, recuerda que los activos financieros son los mejores indicadores para saber si viene o no una recesión. "Los inversores se juegan la vida y el dinero. Los economistas no", apunta el experto de AJ Bell, que invita a tener en cuenta tres referentes:
-Las pequeñas empresas, porque "tienden a ser mucho más sensibles que las multinacionales de gran capitalización" a los cambios de la economía.
-El cobre, ya que es una "buena guía de la salud económica mundial". La ductilidad y la conductividad del metal hacen que se utilice en muchas industrias de todo el mundo, y por ello su cotización es uno de los mejores indicadores.
-Las acciones de transporte. "La teoría del Dow de Richard Russell afirma que la industria no puede ir bien si los transportes van mal, porque la debilidad de las existencias de transporte implica que los bienes no se están enviando debido a una acumulación de existencias, a una demanda debilitada o a ambas cosas". Por el contrario, afirma Mould, "un aumento de las existencias de transporte sugiere que la demanda final es buena, porque hay que reponer las estanterías y los almacenes, y los productos recién fabricados deben circular".
¿HA EMPEZADO YA LA RECESIÓN?
Estos consejos son de utilidad si la recesión aún no ha aparecido pero, ¿y si ya ha empezado? "No es de extrañar que los temores de recesión estén ganando terreno, influyendo en el comportamiento del mercado y provocando una rebaja generalizada de las previsiones económicas", dicen los estrategas de Oxford Economics, que apuntan que, de hecho, "una franja cada vez mayor de la comunidad de pronósticos cree que la economía está en la cúspide de una recesión, si no es que ya está en una".
Además, señalan que hay una creciente evidencia de que el PIB de Estados Unidos puede contraerse en el segundo trimestre -según el modelo de seguimiento de la Fed de Atlanta-, lo que supondría el segundo descenso trimestral consecutivo de la economía, que cumple la definición no oficial de recesión. No obstante, recuerdan que ese no es el barómetro que utiliza la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés) para determinar cuándo comienza y cuándo termina una recesión.
Los analistas de Oxford Economics apuntan que el NBER utiliza diferentes indicadores económicos para determinar si una desaceleración de la actividad es lo suficientemente grave y prolongada como para satisfacer su definición de recesión, y "los dos más fiables muestran una economía que sigue a flote". Se refieren a la renta personal real menos las transferencias y el empleo en las nóminas no agrícolas, que se mantuvieron en territorio de crecimiento positivo hasta mayo.
Es algo que "no dice mucho sobre las perspectivas futuras", reconocen los expertos de la firma británica, pero sí que es una "fuerte señal de que la economía se mantuvo a flote en el segundo trimestre". Por tanto, según este criterio, sería prematuro proclamar que ya ha comenzado una recesión.