Prevén un crecimiento mundial del 3,2% este año y del 3,4% el próximo
¿Cuánto o cuándo bajarán los tipos de interés los distintos bancos centrales? ¿Seguirá la inflación con su tendencia descendente? ¿Logrará la economía el tan ansiado aterrizaje suave? Son muchos los interrogantes que sobrevuelan los mercados a mitad de año. Y en medio de un escenario tan complicado como incierto, los inversores se preguntan cómo se comportará la economía mundial durante los próximos meses y en 2025.
Los estrategas de Scope Ratings han dado a conocer sus perspectivas que contemplan un crecimiento mundial del 3,2% este año y del 3,4% el próximo, similar al 3,2% de 2023.
"Nuestras estimaciones de crecimiento están 0,1-0,2 puntos porcentuales por encima de nuestras perspectivas de finales del año pasado y muy por encima del potencial de crecimiento anual mundial estimado en torno al 2,6%. El crecimiento económico ha desafiado repetidamente las expectativas de recesión del consenso", afirma Dennis Shen economista y miembro del consejo macroeconómico de Scope.
Este aterrizaje suave apoya el crédito fundamental y transaccional, anclando el gasto y la inversión y manteniendo el desempleo y los préstamos morosos en niveles bajos.
Respecto a la economía de la zona euro, el experto destaca que ha repuntado en los últimos meses a juzgar por el crecimiento del PIB en el primer trimestre y las encuestas de directores de compras, "de ahí nuestra previsión de crecimiento del 1% este año y del 1,7% en 2025".
No obstante, esta proyección tiene en cuenta el tibio crecimiento de Alemania, del 0,2% este año, "aunque creemos que mejorará hasta el 1,4% el año próximo. Francia e Italia crecen ligeramente por debajo de sus tasas potenciales. España y varias economías de la periferia de la zona del euro, anteriormente afectadas por la crisis, siguen creciendo a tasas superiores a la media de la zona del euro".
Fuera de la UE, Scope estima que la economía del Reino Unido crecerá un 0,8% este año, frente al 0,1% del año pasado.
El crecimiento en Europa sigue siendo significativamente más lento que el de Estados Unidos, que registrará un fuerte aumento de la producción del 2,7% en 2024, "0,5 puntos porcentuales por encimade nuestra previsión de finales del año pasado, que superaba el consenso", indica Shen.
En las economías emergentes, la producción de China crecerá un 5,2% este año, lo que ahora se considera en línea con el objetivo anual del Gobierno del 5%.
Con todo, "el crecimiento en Europa será más fuerte el año que viene que este año, aunque es probable que ocurra lo contrario fuera de Europa", matiza el analista.
Los riesgos al alza que en Scope identificaron para la economía mundial han cristalizado parcialmente gracias a un crecimiento mejor de lo esperado, especialmente en China, la mayor economía del mundo por poder adquisitivo.
"En nuestras perspectivas para 2024 preveíamos un sesgo de riesgo 'equilibrado' para las economías mundial y europea este año. Pero los riesgos macroeconómicos persisten", advierte Shen.
Una inflación más persistente de lo previsto podría mantener los tipos en los niveles actuales más tiempo de lo esperado o incluso desencadenar un mayor endurecimiento de la política monetaria en un escenario adverso.
"Las consecuencias económicas de las tensiones geopolíticas podrían agravarse de forma imprevisible. La inestabilidad financiera podría reaparecer en un contexto de tipos más altos durante más tiempo. Por último, los inversores podrían reevaluar los riesgos soberanos ante la creciente incertidumbre política y los retos fiscales", subraya.
Asimismo, los problemas de sostenibilidad presupuestaria en Francia podrían, por ejemplo, desestabilizar los mercados de la zona del euro si el nuevo Parlamento tras las elecciones anticipadas convocadas para las próximas semanas no los aborda.
"Los responsables políticos del Eurosistema podrían tener una capacidad limitada para hacer frente a la volatilidad sostenida de los mercados si la inflación se mantiene por encima del objetivo y algunos países, como Francia, incumplen las normas fiscales de la UE", aseveran desde la firma.
En cuanto al riesgo de estabilidad financiera, los desafíos del sector inmobiliario comercial también son muy importantes para Scope, aunque en este momento no se considera que representen una preocupación sistémica a corto plazo.
La inflación mantiene una tendencia descendente, pero todavía se ubica por encima del objetivo del 2% marcado por los bancos centrales, en medio de una presión sostenida sobre los precios.
"Dos años de inflación por encima del objetivo subrayan lo arraigadas que están las expectativas inflacionistas. Este año, e incluso el próximo, la inflación estará por encima del 2 %, en muchas economías centrales", añaden en Scope.
Además, las tasas de inflación subyacente y del sector servicios siguen siendo elevadas. El crecimiento salarial también sigue siendo elevado, aunque se está moderando, mientras que el desempleo se sitúa en mínimos históricos o cerca de ellos.
"Dados los planes de los bancos centrales de recortar los tipos a corto plazo, la fortaleza o el fortalecimiento de la economía representan un problema, con el riesgo de que los tipos se inviertan si la inflación vuelve a acelerarse", explica Shen.
Del mismo modo, el impulso inflacionista estructural de la desglobalización y las tensiones geopolíticas "podría reforzarse si una nueva administración estadounidense tras las elecciones de noviembre impusiera aranceles comerciales más elevados el próximo año", agrega.
El Banco Central Europeo (BCE) ya ha dado comienzo a la flexibilización de la política monetaria, pero el inicio de los recortes por parte de la Reserva Federal (Fed) genera más dudas.
"La expectativa de que la Reserva Federal mantenga los tipos durante más tiempo impone mayores restricciones al Eurosistema debido al riesgo de depreciación del euro. El BCE empezó a subir los tipos después que la Reserva Federal y no lo hizo en la misma medida, antes de reducirlos este mes por primera vez en cinco años, antes que su homólogo estadounidense", comentan en Scope.
Así pues, ven probable que el BCE actúe con cautela ante nuevas bajadas de tipos, como harán muchos otros bancos centrales, como Canadá, Suecia y Suiza, que también han recortado las tasas.
"Nuestro punto de partida son unos tipos estables más altos que antes de la crisis del coste de la vida, lo que será especialmente arriesgado para los prestatarios muy apalancados que tendrán que adaptarse a la perspectiva de un periodo prolongado de política monetaria más restrictiva", concluye Shen.