Esperan una mejora de al menos un 5% interanual, todavía por debajo de datos prepandemia
Con una campaña primavera-verano floja debido a las extrañas temperaturas que no facilitaban las ventas, los comerciantes observan con cierto optimismo la temporada de rebajas, en la que prevén un ligero aumento de las ventas. Habitualmente, estas comenzaban el 1 de julio, pero este año son muchas las grandes marcas y cadenas que ya han colgado sus carteles de descuentos. Esto ha causado que otros formatos de comercio se hayan visto arrastrados a adelantar el inicio de la campaña para no perder las ventas de los primeros días.
Los comerciantes pretenden aprovechar esta época para dar salida al stock acumulado tras las bajas temperaturas de esta primavera, y esperan una mejora de al menos un 5% interanual en sus cifras de facturación. No obstante, incluso cumpliendo estas previsiones, los datos se encontrarían todavía por debajo de los registrados en años prepandemia.
Los buenos vaticinios del sector turístico también prometen dinamizar las ventas en las zonas que más suelen atraer a los viajeros, como son las costas o las grandes capitales. Sin embargo, la inflación y la bajada en el ahorro de las familias está provocando una restricción del gasto por parte de muchos clientes. Además, los altos sobrecostes limitan los márgenes de beneficio de los comerciantes, que no podrán realizar grandes descuentos.
Por tanto, se prevé una campaña breve y concentrada en las primeras semanas, en parte debido a la falta de regularización que ha provocado que los descuentos terminen encadenándose a lo largo de todo el año.