La evolución de las herramientas digitales se antoja clave en su desarrollo
Uno de los principales avances en materia de comunicación de los últimos años ha estado relacionado con las plataformas de contenido, tales como las de 'streaming', que han permitido a cualquier usuario lanzar su mensaje o creación al gran público, y también monetizar esta actividad, en lo que ya ha sido bautizado como "economía del creador", y que según las estimaciones de Citi puede generar unos ingresos de 75.000 millones de dólares para 2024.
"Con la llegada de Internet y los teléfonos inteligentes, nacieron las redes sociales. Por primera vez, la creación de contenido ya no estaba centralizada. Fue distribuido. Como tal, los guardianes, como los directores de estudio o los editores de cabecera, ya no eran necesarios. Sin embargo, de manera crucial, las plataformas de redes sociales, como Meta o TikTok, no compartieron el botín con los creadores de contenido. Se quedaron con todos los ingresos para ellos mismos", destacan desde Citi.
Sin embargo, añaden, esta situación "está empezando a cambiar", ya que en todas las industrias (publicación, podcasting, deportes electrónicos y educación), los creadores de contenido están encontrando formas de monetizar su contenido directamente con sus seguidores.
Alrededor de la mitad de los ingresos provienen de plataformas de video basadas en anuncios, como YouTube, mientras que la otra mitad se distribuye en una amplia gama de industrias, como publicación, educación y podcasting, entre otras.
"Este nuevo ecosistema a menudo se llama la economía del creador. Si hace cinco años apenas existía, hoy en día hay más de 120 millones de creadores de contenido. En 2022, esperamos que la economía de creadores genere alrededor de 60.000 millones de dólares en ingresos, con un crecimiento del 9% por año hasta 2024, cuando puede acercarse a los 75.000 millones", agregan.
Sin embargo, "los creadores necesitan ayuda" para que la industria prospere y alcance su máximo potencial, y desde Citi consideran que "las plataformas pueden ayudar" reduciendo la carga monetaria que imponen a los elaboradores de contenido.
"Las plataformas cobran tarifas que pueden variar desde menos del 10% de los ingresos del creador (Patreon, Spotify y Unity) hasta casi el 85 % (Roblox). La variación a menudo depende del valor que proporciona la plataforma en cinco funciones: creación, hospedaje, distribución, promoción y monetización. Cuantas más funciones realicen estas plataformas, mayores serán las tarifas", aseguran.
Las tarifas pueden variar mucho, ya que las plataformas que ayudan con la creación de contenido recaudan el 7% de los ingresos, mientras que aquellas que alojan contenido tienen derecho al 19%. Si ayudan en la distribución suelen obtener el 6%, y las que promueven contenido se embolsan el 33% de la facturación, mientras que si colaboran en la monetización pueden extender sus honorarios un 11%.
La economía de los creadores se muestra en la actualidad "diversa, vibrante y en crecimiento", aunque en muchas de las plataformas "surge un patrón similar", que se caracteriza porque la mayor parte de los ingresos la captura "una porción muy pequeña de los creadores de contenido".
"Mucho más del 80% de los ingresos son generados por mucho menos del 20% de los creadores. En resumen, el principio de Pareto, o la regla del 80/20, no se aplica. La economía del creador es 'el ganador se lleva la mayor parte'", aseguran.
La "economía del creador" presenta una progresión meteórica en los últimos años, y nada hace pensar que esta tendencia vaya a cambiar en el corto y medio plazo. Los analistas de Citi ven "tres áreas que vale la pena observar" por su potencial a futuro.
La primera está integrada por las empresas tradicionales de redes sociales, que pueden "comenzar a compartir parte del botín con los creadores de contenido".
"Es decir, plataformas como Twitter pueden empezar a emular el modelo de negocio de YouTube. O, a medida que Instagram y Facebook avancen más en el comercio electrónico, crearán oportunidades para que los creadores de contenido compartan el botín económico", destacan.
En segundo lugar, consideran que la Web 3.0 puede crear oportunidades para que las plataformas aprovechen los últimos avances tecnológicos, como la realidad aumentada, la cadena de bloques, las criptomonedas y las NFT.
"Estas herramientas pueden ayudar a facilitar una relación directa entre los creadores de contenido y los espectadores con un rol menor para los intermediarios digitales. En resumen, la Web 3.0 puede ayudar a mejorar la economía de los creadores de contenido", añaden.
A medida que las posibilidades de las herramientas digitales se expanden, los creadores encuentran nuevas formas de expresar su contenido, como ya ocurrió con los cambios anteriores, lo que puede llevarlos también a conquistar nuevos públicos.
"Los usuarios tendían a interactuar con el contenido en la Web 1.0 simplemente leyendo el texto. A medida que cambiamos a la Web 2.0, los usuarios subieron contenido y lo compartieron con comunidades más amplias. En la Web 3.0, sospechamos que los usuarios tendrán de lejos más probabilidades de poseer artículos específicos o comprar los derechos de servicios específicos", pronostican.
En tercer lugar, ponen el foco sobre la inteligencia artificial, que puede "alterar la economía de los creadores de varias maneras, incluso ayudando con la creación de contenido y ayudando a las marcas a encontrar al influencer adecuado o ayudando al consumidor a encontrar el contenido adecuado".