El Politburó del Partido Comunista de China se reunió este lunes y anunció la intención del Gobierno de implementar más estímulos durante el próximo año. Uno de los principales órganos de toma de decisiones del sistema político chino, liderado por el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, ha mantenido este encuentro previo a la Conferencia Central de Trabajo Económico, que se celebra este miércoles y jueves, y de la que previsiblemente saldrán nuevos estímulos para la economía china que, también previsiblemente, podrían volver a decepcionar.
Durante los últimos tiempos, China no ha cesado de realizar anuncios para impulsar su economía, que persiste en su debilidad impactada en buena medida por la crisis del sector inmobiliario que vive el país. Sin embargo, en todos los casos, el mercado ha sentido que lo comunicado no ha sido suficiente, especialmente porque se considera que realmente no se han tomado decisiones en materia fiscal determinantes.
En el comunicado posterior al encuentro del Politburó de este lunes, los líderes chinos prometieron medidas fiscales "más proactivas" y una política monetaria "moderadamente" más flexible el próximo año. Esto supone un cambio respecto de la política "prudente" que se adoptó por última vez en 2010. Además, China también estabilizará los mercados bursátiles e inmobiliarios, e impulsará "vigorosamente" el consumo y expandirá la demanda interna "en todas las direcciones".
Los expertos dicen que Beijing se está preparando de cara a una guerra comercial cuando Donald Trump asuma el cargo. El presidente electo de Estados Unidos ya adelantó que, cuando esto suceda, el próximo 20 de enero, tiene intención de imponer aranceles del 10% a China.
"La decisión del Gobierno de adoptar una política monetaria 'moderadamente flexible' ha encendido el optimismo en los mercados, con los inversores anticipando medidas adicionales de flexibilización para apoyar la economía en desaceleración del país. Este cambio impulsó este lunes fuertes ganancias en distintos ámbitos, con el Hang Seng subiendo un 2,8% y las materias primas, como el cobre, zinc, mineral de hierro y paladio repuntando ante las expectativas de un aumento en la demanda", señala Joshua Mahony, analista de Scope Markets.
"La atención ahora se centra en la Conferencia de Trabajo Económico Central a finales de esta semana, donde se esperan más señales fiscales y monetarias. Aunque este ajuste de política es un paso en la dirección correcta, la recuperación económica significativa dependerá probablemente de la escala y velocidad del apoyo fiscal que se dé", añade.
La novedades desde China también sirvieron este lunes para animar determinados sectores, como el lujo en Europa, muy dependiente del gigante asiático. El sector minero subió igualmente gracias a esas alzas en la materias primas.
Aun así, el efecto contagio puede considerarse contenido a medida que los inversores se mantienen prudentes. No es, desde luego, la primera vez que China anuncia medidas y acaba decepcionando con decisiones demasiado puntuales y con un impacto excesivamente a corto plazo que el mercado considera siempre insuficientes.
Los últimos datos publicados por el gigante asiático -la inflación de noviembre, que se anunció ayer y que cayó a su nivel más bajo en cinco meses- aumentan las expectativas de que el Gobierno chino anuncie más apoyo fiscal esta semana, reconoce Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, pero hace gala también de ese resquemor.
"Dada la falta de voluntad del Gobierno para anunciar un paquete de estímulo fiscal masivo, continuará el pulso entre las autoridades -que hablan de un gran estímulo, pero no llegan a nombrar una cifra- y los inversores, que están decididos a oírlo".
Danske Bank ha revisado a la baja la previsión de crecimiento de China porque cree que la guerra comercial con Estados Unidos causará un "obstáculo en el camino". Ahora estima que China crecerá un 4,7% en 2025 frente a la previsión anterior del 5,2%.
El banco danés espera que el yuan se debilite aún más frente al dólar, lo que amortiguará parte del impacto de los aranceles más altos.
Para 2026, proyecta un crecimiento del 4,8%, pero con "una composición más saludable, con el motor del consumo avanzando un paso y el impacto negativo del sector inmobiliario disminuyendo aún más".
"Se espera que la rivalidad entre EEUU y China se intensifique con la política exterior de Trump tomando una postura más firme contra China. Sin embargo, es poco probable que cruce la línea roja de China en cuanto a Taiwán. Es probable que las tensiones comerciales entre la UE y China continúen, pero no esperamos que escalen a una gran guerra comercial".