Pekín fija regulaciones más restrictivas en todos los frentes para retener las divisas en el país
La cruzada que las autoridades chinas están llevando a cabo para combatir la fuga de capitales del gigante asiático, que se está recrudeciendo de manera tanto legal como ilegal, ha llevado ahora a lanzar nuevas medidas regulatorias, esta vez sobre los préstamos en yuanes en el extranjero.
La medida va encaminada a seguir la pista a las compañías que inyectan fondos en esta divisa en entidades más allá de las fronteras Chinas y se suma a una serie nuevas medidas restrictivas de las inversiones en el extranjero que ha impulsado Pekín para frenar la salida de fondos, desencadenada por la debilidad del yuan que se encuentra en mínimos de ocho años contra el dólar.
A medida que la compra de divisa extranjera se vuelve cada vez más difícil, los residentes chinos se ven alentados a enviar fondos en la moneda local para su conversión en el extranjero
Así, las empresas que realicen préstamos denominados en yuanes a terceras partes en el extranjero deberán, primero, registrar el importe en la Agencia Estatal del Mercado de las Divisas (SAFE por sus siglas en inglés), la entidad gubernamental que regula las transacciones de monedas. Además, estos créditos deberán respetar unos mínimos, informa Reuters.
Analistas de ANZ han indicado que, mientras los pagos exteriores procesados por los bancos chinos a sus clientes han alcanzado una media de 24.000 millones de dólares al mes, desde el pasado mes de mayo, los ingresos netos están denominados principalmente en yuanes y no en dólares. “A medida que la compra de divisa extranjera se vuelve cada vez más difícil, los residentes chinos se ven alentados a enviar fondos en la moneda local para su conversión en el extranjero", ha apuntado el equipo de analistas de la entidad de Australia y Nueva Zelanda.
COTO A LAS INVERSIONES INTERNACIONALES
Además, el regulador chino del mercado de las divisas ha puesto también el foco en las inversiones internacionales, que se han disparado a un récord histórico de casi 531.000 millones de dólares en los primeros nueve meses del año. Este nivel supera el volumen total de 2015 y ayudando al ‘sorpasso’ del gigante Asiático a EEUU como mayor comprador de compañías extranjeras.
Así, las autoridades financieras del gigante asiático han vetado las transferencias internacionales por encima de cinco millones de dólares. La nueva se aplicará a las transferencias en el extranjero, en forma de transacciones en las carteras de los inversores o compra directa de divisas. Este nuevo panorama podría reducir el momentum que han experimentado las compras de activos más allá de sus fronteras por parte de los inversores chinos, según aseguran analistas a Reuters.