Apunta que el proceso actual que vive el banco central es acomodadizo y que se prolongará entre tres y cuatro años
Cada vez más voces autorizadas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se muestran a favor de reducir el balance de 4,5 billones de dólares. El último en manifestar su apoyo ha sido Charles Evans, presidente de la Reserva Federal de Chicago y miembro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed, que ha manifestado que es "muy razonable empezar a recortar el balance de la Fed a partir de septiembre".
Evans ha apuntado que el proceso actual que vive el banco central estadounidense es acomodadizo y que se prolongará entre tres y cuatro años. El economista ha comentado además que podría haber una nueva subida de los tipos de interés a partir de diciembre, aunque todo dependerá de la inflación.
El discurso se enmarca en la política seguida hasta ahora por la institución que preside Janet Yellen, que espera que la inflación se sitúe en el 2% para volver a subir los tipos de interés. Los tipos de interés fijados en junio se situaron en la horquilla entre el 1% y el 1,25%, y no se movieron en la pasada reunión mantenida por el banco central el 27 de julio.
La Fed apuntó que para recuperar la normalidad monetaria habrá que esperar al avance de los precios y a la situación laboral en Estados Unidos. La tasa de paro es del 4,4%, lo que supone pleno empleo y en junio se crearon 220.000 nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, la inflación no repunta al nivel que la autoridades monetarias esperan. El último dato del Índice de Precios de Consumo (IPC) de junio aún se sitúa en el 1,6%, con una caída del 0,3% respecto al mes de mayo, donde llegó al 1,9%.
En cuanto a la reducción del balance, el comunicado de la Reserva Federal del mes de julio, lanzado tras la reunión, apuntaba que empezará el proceso "relativamente pronto". Además de inflación y paro, otra de las incertidumbres que se ciernen sobre la economía estadounidense es la política de Donald Trump, que no ha podido sacar adelante una de sus propuestas 'estrella' en la campaña electoral de noviembre: la reforma sanitaria que ponga fin al Obamacare, algo que suscita el rechazo del Partido Demócrata, pero también de senadores y congresistas republicanos.