La vicepresidenta ha defendido siempre la ortodoxia y ha dejado claro que seguirá haciéndolo
La derrota de Nadia Calviño en la carrera por la presidencia del Eurogrupo no va a acabar con el tira y afloja que mantiene con el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. Son ya sonados algunos de los encontronazos que han protagonizado en el seno del Consejo de Ministros a cuenta de las medidas que se iban a aprobar, ya que la ministra de economía es una férrea defensora de la ortodoxia presupuestaria. Tampoco es partidaria de derogar la reforma laboral o de subir impuestos como el IVA, y seguirá manteniendo sus puntos de vista frente a los ministros de Podemos pese al revés que ha sufrido en Europa.
Son muchos los que opinan que con la derrota Calviño verá menoscabada su autoridad dentro del gabinete de Pedro Sánchez, y también muchos los creen que el presidente del Gobierno aprovechará lo ocurrido para dar vía libre a la subida de impuestos, ya que al no estar la vicepresidenta económica al frente del Eurogrupo y no tener España que dar ejemplo, se podrán abordarán los cambios fiscales previstos con algo más de manga ancha pese al rechazo que generan a escala europea.
Cambios fiscales que incluyen subidas de impuestos ya existentes como el IRPF o sociedades, y la creación de otros nuevos como el impuesto a los ricos que abanderan los ministros de Unidas Podemos, o los tan polémicos tributos sobre determinados servicios digitales (tasa Google) o el que gravará las transacciones financieras (tasa Tobin). Sin embargo, parece que Calviño no está dispuesta a ceder al respecto, ni siquiera aunque haya perdido la tan ansiada presidencia del Eurogrupo.
Este viernes, en una de sus muchas intervenciones para ofrecer su punto de vista sobre lo ocurrido en la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE), la dirigente dejó claro que "no es el momento de discutir una subida del IVA" o de otros impuestos como el IRPF pese a la necesidad de "reforzar" la recaudación fiscal de España, que es muy baja en comparación con la de otros países europeos.
La vicepresidenta económica reconoció que España debe repensar sus finanzas porque tendrá que atajar el problema de la deuda en la que está incurriendo para hacer frente a la crisis del coronavirus si no quiere que sea un "lastre" para las generaciones futuras. Pero dijo que aunque los planteamientos fiscales del Gobierno son "bien conocidos" porque estaban en su programa electoral y en el acuerdo de gobierno con Podemos, otra cosa es cuándo ponerlos en marcha para que el Producto Interior Bruto (PIB) se vea afectado lo menos posible. "Otras cuestiones entrarán en juego en el momento adecuado para no poner en riesgo el crecimiento económico", subrayó al respecto.
Dejaba así claro que mantendrá su postura frente a Iglesias, con el que ha protagonizado varias idas y venidas, sobre todo a cuenta de la derogación de la reforma laboral, dando un golpe sobre la mesa para acallar a quienes aseguran que el revés europeo va a provocar que pierda poder en el seno del Gobierno. De hecho, cuenta con un aliado en este cometido, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que este viernes señaló que el liderazgo de Calviño en el área económica es "indiscutible" y su política "está siendo muy eficaz".
Al ser preguntado en una entrevista si pensaba que lo ocurrido en el Eurogupo debilitaba a la vicepresidenta económica dentro del Ejecutivo, Escrivá fue tajante y dijo que no veía "relación entre ambos temas", alabando una vez más el liderazgo "muy eficaz y de mucha solvencia" que ejerce Calviño.
Y es que hay otro ala, la de aquellos que creen que Calviño podrá reforzarse a pesar de lo que ha ocurrido porque cuenta con el apoyo de grandes dirigentes europeos como Angela Merkel. No hay que olvidar que la vicepresidenta española logró el respaldo de países que suman el 80% del PIB de la Eurozona en la votación del Eurogrupo, entre ellos Alemania y Francia, por lo que es vista con buenos ojos.
Los defensores de esta teoría señalan que, precisamente por ello, Sánchez sabe que debe mantenerla en el Gobierno y asegurar que sigue contando con su cuota de poder, porque no se puede ningunear a una persona que ha contado con el apoyo de un grupo tan nutrido e importante de colegas europeos, entre ellos la canciller alemana. Es más, este ala señala también que Calviño es clave ahora que toca negociar el reparto del Fondo de Reconstrucción de 750.000 millones de euros que va a poner en marcha la UE.
Hay quien cree que el fracaso de España en la carrera para presidir el Eurogrupo debilita su posición ante la dura negociación que se va a abrir, pero la propia Calviño lo ha negado. Cree, de hecho, que el resultado de la votación no tiene por qué afectar a las expectativas de nuestro país sobre las ayudas europeas.