Bruselas reclama a Londres claridad con la factura del Brexit tras la primera semana de negociaciones y la libra sufre

El bloque comunitario pide mayor concreción a Reino Unido con la suma que estás dispuestos a asumir

  • Insiste además en el reconocimiento del Tribunal de Unión Europea para proteger los derechos de los ciudadanos
  • La libra, en mínimos de una semana contra el dólar y de ocho meses contra el euro
  • La próxima ronda está previsto que arranque el 28 de agosto y se han programado otras dos en septiembre y octubre
Noemí Jansana
Bolsamania | 21 jul, 2017 07:44 - Actualizado: 09:05
brexit portada

La primera semana de negociaciones sobre el Brexit no ha dejado un panorama nada alentador. De hecho, el temor de que el plazo para fijar los términos de divorcio concluya sin acuerdo o, lo que es peor, que Reino Unido abandone las conversaciones con la Unión Europea (UE), se ha vuelto a apoderar de los inversores, siendo la libra quien ha 'pagado el pato' una vez más. La divisa británica ha caído a mínimos semanales contra el dólar, hasta precios alrededor de 1,2980 dólares, y ha marcado su peor cambio desde noviembre contra el euro, en las inmediaciones de las 0,9000 libras.

Ha sido el negociador jefe de la Unión Europea para el 'Brexit', Michel Barnier, quien ha puesto en palabras la decepción sobre la deriva británica y ha instado a su contraparte del otro lado del Canal de la Mancha, el ministro para el 'Brexit', David Davis, a que muestre mayor "claridad" en sus líneas rojas para pactar la salida de Reino Unido del bloque comunitario.

"Como ya le he dicho a Davis, es indispensable que Reino Unido aclare su posición para poder negociar y lograr avances suficientes sobre este dossier financiero, que es indisociable de los otros expedientes de salida", ha resumido Barnier en una rueda de prensa ofrecida junto a Davis al término de las reuniones.

La libra, en mínimos de una semana contra el dólar y de ocho meses contra el euro

La semana anterior a la ronda, Londres dio un paso en esa dirección al asumir que tiene "obligaciones" financieras con la Unión Europea como Estado miembro, pero desde entonces no han añadido "nada nuevo" a la discusión, según fuentes europeas, pese a la insistencia de detalle por parte europea, recoge Europa Press.

La cantidad que Londres debe asumir sigue siendo el punto principal de fricción en la mesa de negociaciones y Londres no ha escatimado comentarios para dejarlo claro. A inicios de julio, el ministro de Exteriores del gobierno conservador, Boris Johnson, calificaba de “exhorbitante” la factura que ‘los veintisiete’ quieren que asuma el país, y a finales la semana pasada, un miembro del Ministerio del Brexit aseguró que Reino Unido no está dispuesto a pagar un centavo más de lo necesario en cuanto se haya producido el reparto del Brexit.

La UE ya ha puesto sus reclamaciones en cifras: 100.000 millones de euros. Una cantidad que no contenta a Reino Unido ya que lleva gastados, en la factura del divorcio, decenas de miles de millones de euros, según señalaba Johnson a 'Sky News'. Desde el departamento del Gobierno ‘torie’ encargado de los detalles de la separación, Steve Barkes señaló, también a esta cadena, que “somos conscientes de que tenemos derechos y obligaciones y estamos revisando las demandas de Europa, pero no pagaremos más de lo necesario”.

MÁS CLARIDAD

Las cuatro primeras jornadas de negociaciones no han arrojado más luz sobre este punto. Por este motivo, fuentes comunitarias insisten a Europa Press que "no es posible tener una discusión seria sobre la factura mientras no haya claridad en su posición”. De hecho, en la rueda de prensa conjunta, Davis ha eludido en dos ocasiones responder a si el Gobierno de Theresa May admite que sea cual sea el acuerdo en lo financiero, implicará un saldo neto a favor de la Unión Europea.

Sí ha concedido que existen "obligaciones de los unos con los otros" sobre las que han hablado de manera "robusta y constructiva" y ha quedado claro que queda "mucho trabajo por hacer antes de poder resolver" las diferencias. A juicio de Davis las dos partes deberán mostrar "flexibilidad" para lograr el acuerdo.

Barnier, por su parte, se ha apoyado en la transparencia de la UE a 27 que ha publicado documentos detallados para cada área de negociación y ha insistido en que el divorcio es una decisión de Reino Unido, con consecuencias "graves" sobre las que hay que trabajar para minimizar el impacto y asegurar una retirada "ordenada".

"Tan pronto como Reino Unido esté listo para precisar la naturaleza de sus compromisos, nosotros estaremos listos para discutir sobre ellos con los negociadores británicos", ha añadido el negociador europeo.

DERECHOS CIUDADANOS

La próxima ronda está previsto que arranque el 28 de agosto y se han programado otras dos en septiembre y octubre, momento en el que los Estados miembros decidirán si se han producido avances suficientes en materia de derechos ciudadanos, factura de salida y frontera del Úlster como para abrir la reflexión sobre el futuro.

La próxima ronda está previsto que arranque el 28 de agosto y se han programado otras dos en septiembre y octubre

Sobre los derechos que asistirán a los ciudadanos europeos en Reino Unido, la necesidad de darles certeza jurídica es un interés compartido por las partes, según ha dicho Davis, aunque "tengamos visiones distintas de cómo hacerlo".

En este punto Londres ha expuesto una posición de salida más detallada, que promete "intentar" garantizar a los europeos los mismos derechos que los que tienen los británicos aunque también es vista como insuficiente para Bruselas. Davis ha replicado que es una propuesta "seria" y "justa".

"Sigue habiendo una divergencia fundamental sobre el modo de garantizar esos derechos y sobre algunos otros puntos como los derechos de futuros miembros de la familia o la exportación de determinados beneficios sociales", ha resumido Barnier.

El papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) es otra de las claves que divide a las partes, ya que Reino Unido se niega a reconocer su mando para proteger a los europeos.

Para la UE, sin embargo, no es una cuestión "política", sino "legal", por lo que Barnier ha subrayado que "es evidente que cualquier referencia a los derechos europeos implica el control del TUE". "Francamente, por nuestra parte no vemos otra manera de garantizar la perpetuidad de los derechos europeos ejercidos", ha zanjado.

Davis, que sólo ha estado en Bruselas en la sesión de inicio del lunes y este jueves para el cierre, saltándose la semana de negociaciones, ha confiado en que sea posible ir cumpliendo progresos con cada ronda y que las partes demuestren "dinamismo y flexibilidad".

"El reloj está corriendo", ha dicho Davis al cerrar su intervención inicial ante los medios, una frase habitual de Barnier, quien ha remachado con un tenso "eso es cierto".

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