El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se reunió ayer con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y le comunicó que finalmente rebajaría el objetivo del déficit al 2,04%, desde el 2,4% anterior. Conte ha cedido ante las amenazas de sanción, pero para la UE, los cambios en los presupuestos son "insuficientes", ya que lo quiere por debajo del 2%.
Para el comisionado de Economía de la UE, Pierre Moscovici, es “un paso en la dirección correcta” pero que se necesitan más gestiones “quizás de ambas partes”. El nuevo presupuesto mantiene dos costosos programas sociales, al tiempo que prevé ingresos fiscales mediante ventas de bienes raíces y la reducción del gasto público, algo que no gusta en Bruselas.
Por su parte, desde Italia parece que no van a dar su brazo. El ministro del Interior y uno de los hombres fuertes del Gobierno de Conte, Matteo Salvini, y el ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, han declarado este jueves su intención de continuar apoyando sus propuestas, según AP. "Somos personas de sentido común, pero sobre todo seremos fieles a lo que le hemos prometido a la ciudadanía”, han indicado.