Tres escenarios se abren tras la cumbre de la UE pero Londres sigue enrocado en no ampliar las negociaciones
El clima positivo que transmiten los negociadores sobre el Brexit, a 24 horas de que culmine el plazo dado por el primer ministro británico, Boris Johnson, del 15 de octubre, invita a cierto optimismo en los mercados sobre que en la cumbre de la Unión Europea (UE) que arranca este jueves se vislumbre el ansiado acuerdo comercial que debe entrar en vigor el 31 de diciembre. Analistas y operadores empiezan a descontar que el resultado sea favorable y se evite el divorcio ‘duro’ y, si bien no se cree que todos los puntos estén sobre las íes y se presente un documento listo para rubricar, se asume que el ‘premier’ aceptará ampliar el plazo de negociaciones hasta finales de mes, como mínino.
Sin embargo, no son pocos quienes avisan de que Johnson no ha enviado señales claras de que Reino Unido quiera proseguir con el tira y afloja más allá de la fecha tope autoimpuesta, tras las conversaciones que ha mantenido el pasado fin de semana con los líderes de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Angela Merkel. De hecho, Johnson sólo ha reiterado que un acuerdo sería lo mejor para ambas partes y de que “el tiempo se agota”, lo que lleva a pensar a firmas como Pantheon Macroeconomics u Oanda que se está cayendo en la complacencia.
Estos analistas llaman a la cautela, ya que los escenarios que se abren tras la cumbre no invitan a ser extremadamente optimistas. “Se ha encajado que la fecha límite final se ha trasladado al 31 de octubre y que en la cumbre se presentará un esbozo general de un acuerdo”, señala Craig Erlam, de Oanda. Sin embargo, “no se ha solventado ni uno sólo de los escollos de la futura relación comercial”, señala, y el premier británico ni tan solo ha insinuado que esté en sus planes seguir con las negociaciones tras el cónclave europeo.
Los líderes de la UE, por su parte, han dejado claro que no comprometerán su posición negociadora e insistirán en sus demandas. El acuerdo sigue atascado en las ayudas estatales a las empresas, que los Veintisiete quieren que se adapten a sus normas, mientras Londres se opone porque socava su independencia, según afirman; y los derechos de pesca, donde el enfrentamiento con Francia ha llevado a París a amenazar con vetar cualquier pacto si el Gobierno británico no cede. En realidad, “la perspectiva de un Brexit sin acuerdo es cada vez más probable”, asumen desde Pantheon Macroeconomics.
TRES ESCENARIOS Y LA REACCIÓN DE LA LIBRA
Tres son los escenarios que se abren tras la reunión de líderes europeos del 15 y 16 de octubre y ninguno logrará que el mercado, en concreto la libra, remonte de forma remarcable, adiverten desde Julius Baer. El más negativo es que se dé un fracaso estrepitoso y se acabe sin unas normas para regular el comercio exterior a partir de 2021. En tal caso, “se debería apelar a las reglas comerciales de la Organización Mundial del Comercio y se aplicarían aranceles en los bienes de consumo a finales de año”, explica David Alexander Meier, economista del banco suizo. En este contexto hay “potencial para un mayor debilitamiento de la libra esterlina” y “podría provocar tasas de interés negativas del Banco de Inglaterra, lo que haría bajar aún más la moneda”.
En segundo lugar, si la cumbre de la UE se acaba sin acuerdo entre Londres y Bruselas, “las negociaciones podrían prolongarse de todos modos, con el siguiente cónclave europeo de diciembre como nueva fecha límite”, prosigue Meier. “Eventos anteriores han mostrado un tratamiento flexible de los plazos de Brexit”, recuerda, y “en este caso, la libra esterlina podría permanecer en los niveles actuales en las próximas semanas”.
En tercer lugar, si se sella un acuerdo comercial en esta cumbre, “el fortalecimiento de la libra esterlina puede seguir siendo limitado”, ya que “un acuerdo básico de libre comercio no evitará totalmente los efectos adversos de Brexit, ya que no incluye el sector de los servicios”.
En cualquier caso, “cuanto más tiempo se tarde en cerrar un trato, más nerviosos se pondrán los inversores”, señala Erlam, por lo que insiste en que los operadores debenandarse con cuidado con sus expectativas.