El banco central actuará para mitigar los efectos de un divorcio sin acuerdo
El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) celebra su reunión del mes de agosto con la recién inaugurada era Boris Johnson y su intransigencia en torno al Brexit dando serios dolores de cabeza a la libra y a los mercados. Los expertos esperan que el gobernador del banco central, Mark Carney, plante cara al nuevo primer ministro y envíe señales de que La Vieja Dama de la calle Threadneedle está preparada para mitigar el shock de un divorcio caótico con la Unión Europea (UE) en la economía británica.
La reunión del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra de este mes será la penúltima antes de la fecha del 31 de octubre, cuando vence la prórroga dada por la Unión Europea (UE) para que el país ponga sus asuntos en orden y se produzca el Brexit. También será el último 'súper jueves' -cuando coinciden las proyecciones macro, las actas de la reunión, actualiza su orientación a futuro y Carney da una rueda de prensa- del banco central antes del divorcio. Y si bien se espera que el banco vote unánimemente a favor de mantener los tipos sin cambios, algunas casas de análisis también prevén que marque el camino a seguir si hay una ruptura con el bloque comunitario sin transición ni Tratado de Retirada.
No hay consenso sobre si el banco ofrecerá señales claras mediante una modificación de su orientación a los mercados o si simplemente imprimirá un tono más acomodaticio a su discurso y matizará en posteriores intervenciones y en la reunión de septiembre los pasos que adoptará. Mientras Rupert Thompson, jefe de análisis de Kingswood prevé que el comunicado del banco central se vea claramente alterado, los expertos de TD Securities creen que todavía seguirá incluyendo que los tipos "necesitan subir de forma gradual y moderada". Prevén que introduzca el mensaje de mayores estímulos verbalmente para permitir que los mercados empiecen a descontarlo.
Thompson cree, en cambio, que esta postura "se ha quedado desactualizada" a la luz de las proclamas del nuevo gobierno de que "no les asusta un Brexit sin acuerdo y de que han empezado los preparativos para este escenario".
Los expertos de Berenberg apuestan por una tercera vía e indican que el BoE agarrará el toro por los cuernos en esta reunión y hará púbicos sus planes ante los dos escenarios que se abren ahora de aquí a finales de octubre. Así, prevén que, por un lado, "mantenga la orientación de meses anteriores para el que es el escenario principal: un paulatino incremento de las tasas si se da una salida ordenara el 31 de octubre u otra prórroga". Por otro, anticipan que el supervisor monetario "enfatizará sus líneas de actuación en aso de que Johnson cumpla con su amenaza y saque al país del club europeo aunque no haya acuerdo".
"El mercado debe prepararse para que el banco central envíe potentes señales de que es muy posible que introduzca estímulos en su política monetaria para amortiguar el impacto de este hecho sin precedentes", argumentan. Recuerdan que Carney ya hizo patente esta postura en su comparecencia del 26 de junio ante el Comité del Tesoro, donde dijo, textualmente, que en el caso de un Brexit caótico hay más posibilidades de que el banco central actúe.
Con todo, los analistas de la entidad germana destacan la debilidad de la economía que muestra los estragos de las largas negociaciones y la incertidumbre por el abandono de la UE. "Históricamente, la evolución de la macro ya sería motivo para que el banco introdujera medidas flexibilizadoras", indican. Pero el Banco de Inglaterra está preocupado por los crecientes riesgos de inflación derivados de un mercado laboral restrictivo, que está impulsando el crecimiento salarial y la unidad los costes laborales.
Como La Vieja Dama le echa la mayor parte de la culpa a la reciente debilidad económica al Brexit, "espera que sea solo un problema temporal que se revierta de una vez (si) se resuelve el Brexit", concluyen los expertos.