Afirma que la política monetaria "no es suficiente" para garantizar el crecimiento
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha dicho este jueves que "ojalá" haya "pronto" avances en el fondo europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés), tras el apoyo mostrado ayer por el ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz.
Así lo ha señalado Arce durante su participación en la apertura del Congreso 'private equity y M&A', organizado por Capital and Corporate, en el que ha subrayado la necesidad de progresar en la arquitectura económico-financiera de la Unión Europea y culminar "sin dilación" la Unión Bancaria, especialmente con la puesta en marcha del fondo de garantía de depósitos.
"Sin esa pieza, la Unión Bancaria está bastante coja y sigue bastante vulnerable a futuros episodios de crisis bancaria", ha advertido Arce, quien ha mostrado su deseo de que "ojalá se vean avances pronto" sobre este fondo, puesto que es "clave" para los sistemas bancarios.
"Sin esa pieza, la Unión Bancaria está bastante coja y sigue bastante vulnerable a futuros episodios de crisis bancaria"
El ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, dio ayer su apoyo al fondo europeo de garantía de depósitos en un artículo publicado en el 'Financial Times', aunque pidió que esté sujeto a la "responsabilidad nacional" de los estados miembros.
Asimismo, Arce ha incidido en la necesidad de avanzar en la unión de mercado de capitales y de progresar en el desarrollo de fuentes de inversión y ahorro alternativos a la banca, ya que "Europa es una economía muy bancarizada" y la banca "no debe estar en determinados proyectos con un nivel de riesgo potencialmente elevado" pero que "pueden tener un valor social y alto".
BAJA INFLACIÓN
En su intervención, Arce ha abordado el "problema" de los "escasos dinamismos de precios" ante la baja inflación, con varios años en los que el Banco Central Europeo (BCE) no logra el objetivo de alcanzar el objetivo de una inflación próxima al 2%, algo "particularmente preocupante" para los bancos centrales. Esta situación, ha recordado, llevó al BCE a reforzar su política monetaria expansiva con un último paquete amplio en medidas y "bastante ambicioso", reduciendo el tipo de interés de referencia al -0,5% y reanudando el programa de activos con 20.000 millones de compras netas al mes, y reforzó y reformuló su política de guía de expectativas.
De esta forma, ha augurado que durante "unos cuantos trimestres" perdurarán los tipos de interés "muy bajos" y las compras de 20.000 millones de activos por parte del BCE, un compromiso que introduce un grado de estímulo "muy importante".
Según ha apuntado Arce, se estima que las medidas de estímulo desplegadas en los últimos cuatro o cinco años por parte del BCE ha tenido un impacto positivo acumulado de algo menos de un punto del PIB y en términos de inflación, ha permitido que sea medio punto porcentual superior a lo que habría sido en ausencia de dichas medidas. "Lo que la política monetaria puede hacer es necesariamente limitado, no es omnipotente", ha añadido, explicando que el problema de bajo crecimiento a largo plazo no es por elementos "puramente monetarios", sino que incumben a factores estructurales. "La política monetaria no es suficiente", ha reiterado.
Para Arce, el tipo de interés natural, aquel que coincide con el crecimiento nominal a largo plazo y si la economía no tuviese fricciones de precios o salarios, se sitúa en bajos niveles por el bajo crecimiento potencial de la economía del euro, que se encuentra por debajo del 1,5%, y por la demografía, ante el reto del envejecimiento y la previsión de que en unos años haya dos activos por cada jubilado, lo que perjudica a la voluntad de inversión.
POLÍTICAS ESTRUCTURALES Y AGENDA DE CRECIMIENTO EUROPEA
Ante la desaceleración económica en la zona euro y la incapacidad de alcanzar la inflación del 2%, Arce aboga por fomentar la capacidad de crecimiento a largo plazo, de forma que se acometan reformas estructurales que mejoren el funcionamiento y la eficiencia de los principales mercados de factores y productos.
También ve necesaria una agenda de crecimiento a largo plazo "genuinamente europea" que aborde los principales desafíos, como la transición energética, la sostenibilidad medioambiental o la transición tecnológica, ya que la zona euro está "muy atrás" en el desarrollo de tecnologías punteras. En su opinión, también se está invirtiendo "poco" a nivel privado y público en la zona euro, superada por EE.UU y China.