Advierte, además, del impacto del parón político tras la convocatoria de nuevas elecciones
El Banco de España (BdE) ha certificado el frenazo de la economía española reformulado sus previsiones cuando solo quedan unos meses para que acabe el año. Ha rebajado de forma drástica su expectativa de crecimiento para la economía española al 2% en 2019, después de haberla elevado al 2,4% el pasado mes de junio. La "persistencia de las actuales fuentes de incertidumbre" ha sido clave en la decisión adoptada por el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, que también ha recordado su previsión del PIB en dos décimas para 2020 (al 1,7%) y en una décima para 2021 (al 1,6%).
"Las actuales proyecciones apuntan a una prolongación de la fase expansiva de la economía española", de forma que "el crecimiento seguirá apoyándose en el tono acomodaticio de la política monetaria, la favorable situación patrimonial del conjunto de empresas y familias y el supuesto de que, tras su debilitamiento reciente, los mercados de exportación tenderán a recuperarse gradualmente". Como resultado de todo ello, dice el BdE, se espera que "el ritmo de avance de la economía continúe permitiendo reabsorber el todavía elevado volumen de desempleo", aunque no se pueden obviar los retos que hay en el horizonte, y que harán que el dinamismo de la actividad se modere en los próximos años.
Y es que el Banco de España cree que habrá una "disminución paulatina del ritmo de creación de puestos de trabajo". Apunta que el empleo crecerá menos de lo esperado hasta ahora, tanto este año como los dos siguientes, de forma que ha bajado dos décimas su previsión en este sentido para 2019 y 2020, al 1,8% y 1,3%, respectivamente, mientras que el recorte para 2020 es de una décima, y para ese ejercicio el BdE augura que el empleo aumentará solo un 1,5%.
En todo caso, dice, el incremento de la ocupación propiciará la reducción de la tasa de desempleo, aunque "de forma menos marcada de lo previsto en junio". Ahora prevé que el paro cierre este año en el 14,1%, dos décimas por encima de lo estimado hace solo tres meses. El regulador apunta que en los dos próximos años el desempleo se reducirá respecto a 2019, pero mucho menos de lo estimado anteriormente. En concreto, ha elevado su previsión para 2020 en ocho décimas, de forma que cree que la tasa de paro se situará ese año en el 13,2%. Y para 2021 la eleva en un punto, hasta el 12,8%.
Los cambios en las proyecciones del Banco de España se deben al "deterioro del entorno exterior" y a las "incertidumbres procedentes del resto del mundo", que están "ejerciendo un efecto moderador" en la economía española. De hecho, el BdE cree que este contexto de mayor incertidumbre por la guerra comercial o el Brexit "seguirá pesando", y apunta que "la resistencia de la economía española" al contexto de mayor incertidumbre global ha sido "menor de lo que se estimaba hace tres meses".
IMPACTO DEL PARÓN POLÍTICO
El regulador cree que la recuperación del contexto global se pospondrá "varios trimestres", por lo que eso, unido a la incertidumbre política interna por las nuevas elecciones previstas para el 10 de noviembre, que "prácticamente imposibilitan la presentación durante 2019 del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2020", han llevado al regulador a cambiar sus estimaciones.
"En el ámbito interno persiste un elevado grado de incertidumbre acerca de la orientación futura de las políticas económicas y de la adopción de medidas que permitan elevar la capacidad de resistencia de la economía española ante un eventual empeoramiento del contexto macrofinanciero global y aumentar su crecimiento potencial", apunta el regulador, que critica la falta de una política fiscal capaz de hacer frente al "elevado nivel de deuda pública". Eso, señala, hace que las finanzas públicas españolas "sigan presentando elementos de vulnerabilidad ante eventuales perturbaciones adversas".
Por eso avisa de que la economía española podría sufrir si el comportamiento de los mercados de exportación uno de los principales pilares de la economía nacional, no sigue la línea prevista y su debilitamiento no empieza a revertirse a inicios de 2020. "Si el debilitamiento reciente de la actividad tuviese un carácter más persistente, la evolución de la economía española sería menos favorable de lo contemplado", dice el Banco de España.
PREVISIONES MUNDIALES
Y las proyecciones del BdE para el resto del mundo han seguido la misma línea, "condicionadas por los supuestos acerca del grado de persistencia de las actuales fuentes de incertidumbre". Según el regulador, el PIB mundial crecerá un 2,8% este año, dos décimas menos de lo previsto en junio, mientras que para 2020 ahora se augura un avance del 3,2%, también dos décimas por debajo de las estimaciones de hace tres meses. En 2021, el organismo que gobierna Hernández de Cos espera que el PIB crezca un 3,3%, una décima menos de lo proyectado hasta ahora.