Algunos analistas cuestionan su decisión de subir tipos en 75 puntos básicos
El Banco Central Europeo (BCE) ya se ha pronunciado y a finales de mes (20 y 21 de septiembre) le toca el turno a la Reserva Federal (Fed). Una vez que se ha confirmado que las autoridades monetarias del Viejo Continente tienen la intención de seguir el ritmo agresivo de endurecimiento y subida de tipos marcado por Estados Unidos, la pregunta que se hacen algunos expertos, que ya dudaban de la actuación de la Fed, es si ahora es el BCE el que podría 'pasarse de frenada'.
El Banco Central Europeo explicó este pasado jueves, cuando anunció un alza de 75 puntos básicos en los tipos, que espera que la economía de la eurozona simplemente se estanque a finales de 2022 y principios de 2023 en lugar de caer en una recesión.
Dicen los expertos de Berenberg que, aunque podría acertar en sus predicciones -dado que la eurozona se ha mostrado muy resistente en los últimos meses pese a la invasión rusa de Ucrania, los cierres chinos o la crisis energética-, hay tres razones por las que "parece más probable que la economía se contraiga sustancialmente a lo largo de la temporada de frío y pueda haber sucumbido ya a la recesión en el tercer trimestre de 2022".
- Primera razón: la contracción del consumo. A pesar de las fuertes intervenciones de los gobiernos, la mayoría de los consumidores de la eurozona probablemente tendrán que pagar facturas de energía significativamente más altas en el futuro próximo.
"Esto les dejará con mucho menos dinero para gastar en otros bienes y servicios", advierten desde Berenberg.
Pese a que el empleo siga aumentando y a que la inflación salarial se sitúe quizá ligeramente por encima del 4% a principios de 2023, el probable aumento de la inflación hasta un máximo cercano al 10% parece que superará el aumento de la renta nominal disponible por un margen significativo al menos hasta la próxima primavera, explican estos expertos.
"La caída de la confianza de los consumidores a mínimos históricos sugiere que los consumidores preocupados son más propensos a contenerse durante un invierno sombrío que a echar mano de sus ahorros. Esperamos que el consumo privado de la eurozona impulse la recesión con un descenso acumulado del 3,0% desde el máximo en el segundo trimestre de 2022 hasta el mínimo en el primer trimestre de 2023", calculan estos analistas.
- Segunda razón: recorte de la producción. Los elevados precios de la energía aumentan los costes para las empresas, mientras que los consumidores indecisos hacen que sea más difícil para éstas trasladar estos costes a los clientes. "A juzgar por las respuestas de las encuestas y los datos anecdóticos, algunas empresas han empezado a recortar la producción", indican desde Berenberg.
Aunque la mayor parte de la UE probablemente pueda evitar un racionamiento del suministro de gas a las industrias este invierno, parece que se está produciendo un racionamiento de facto a través del precio, con recortes voluntarios de la producción, comentan.
- Tercera razón: los vientos en contra del comercio mundial. EEUU se desliza lentamente hacia la recesión mientras la Fed actúa con contundencia. Por su parte, China sigue perjudicándose a sí misma con su insistencia en la estrategia de cero-COVID. Esto llevará, según Berenberg, a que durante los próximos trimestres el comercio mundial será probablemente un 'viento en contra' más que un 'viento de cola' para la eurozona orientada a la exportación.
Por estas tres razones, los analistas de Berenberg esperan que el PIB de la eurozona se contraiga hasta la próxima primavera.
"Incluso con una recuperación que probablemente cobrará ritmo en el segundo semestre de 2023, nuestra previsión de que el PIB en 2023 se quede un 1,3% por debajo de su media de 2022 está muy alejada del escenario base del BCE de un crecimiento del 0,9%", reconocen.
Berenberg prevé que, por ahora, el BCE se centre en la lucha contra la inflación, con subidas de tipos de al menos 50 puntos básicos y posiblemente 75 puntos básicos el 27 de octubre, y 50 puntos básicos el 15 de diciembre. No obstante, anticipa que, una vez que el banco central se dé cuenta de la profundidad de la recesión, que reducirá las perspectivas de inflación a medio plazo, "probablemente dará marcha atrás".
"Hasta ahora, esperábamos que el BCE se mantuviera en un tipo de interés principal del 2% en 2023 y 2024. Ahora esperamos que el BCE llegue al 2,5% el 2 de febrero, y posiblemente ya el 15 de diciembre, y que mantenga los tipos sin cambios a partir de entonces durante los próximos dos años", concluye.