Los expertos esperan más detalles técnicos sobre las operaciones de refinanciación a largo plazo
El ya extremadamente flexible Banco Central Europeo (BCE) no incluirá cambios relevantes en la orientación a futuro de los mercados ni en sus proyecciones macroeconómicas del mes de junio, si acaso señalará la tozudez de la inflación en mantenerse baja. Los expertos esperan que en pleno giro acomodaticio de los bancos centrales de todo el mundo, el presidente de la entidad mantenga el rumbo y, como mucho, insinúe que no habrá incrementos de tipos hasta 2021. Sin embargo, Mario Draghi no se limitará a observar cómo otros reguladores recortan tipos y ofrecerá todo lujo de detalles sobre las operaciones bancarias de refinanciación a largo plazo, la llamada TLTRO III.
Al contrario que la Reserva Federal de los EEUU, de quien el mercado descuenta a marchas forzadas un viraje de 180 grados en su política monetaria, los inversores hace tiempo que han encajado que el BCE no planea cambios en los tipos de interés. “La referencia a una revisión al alza después del verano se ha cambiado por que los tipos permanecerán sin cambios hasta el año próximo y lo razonable sería pensará que, en próximos encuentros, la entidad vaya comenzando a señalar que su próximo movimiento será a la baja”, escribe Aitor Méndez, analista de IG Markets.
Otros expertos indican que el banco central empezará a cambiar su declaración oficial, que ahora sostiene que “los tipos se mantendrán sin cambios hasta finales de 2019”, y se insinuará desde esta reunión que el precio del dinero en la Eurozona no se incrementará hasta 2021. No obstante, “es probable los halcones del Consejo sigan dudando en extender la ‘promesa’ de tasas de interés ultra bajas hasta 2020, especialmente porque los datos económicos han mejorado ligeramente”, indica Kjersti Haugland, economista jefe de DNB. Además el cambio a los mandos de la entidad en octubre hace difícil que el actual presidente del BCE, Mario Draghi, “insista en extender la orientación de la tasa de cambio, atando así las manos de su sucesor”, agrega.
Sin embargo, la perspectiva económica se mantiene frágil y la inflación sigue siendo débil y anclada en el 1%, según muestran los últimos datos macro, lo que “incrementa la presión sobe el instituto emisor para tomar medidas”, advierten desde ING. Por lo tanto, numerosas casas de análisis mantienen su creencia de que la "promesa" de tasas sin cambios se extienda más adelante este año, probablemente en la reunión de septiembre.
Pero los mercados demandan acciones de estímulo en el corto plazo que llegarán en forma de los detalles técnicos de la tercera ronda de las TLTRO del banco central. “Draghi será generoso” con la liquidez para los bancos, indica Haugland, quien espera unas condiciones similares a las 2016. “Específicamente, la tasa de interés del préstamo podría ser tan baja como del -0.40%, si el banco mejora suficientemente sus préstamos a la economía real”, detalla el economista de DNB.
Al igual que los expertos de Danske Bank, este economista también prevé que se deje en la nevera la discusión sobre el hipotético escalonamiento de la tasa de depósito, para mitigar el efecto de los tipos negativos en la banca de la Eurozona.
RIESGOS PARA EL CRECIMIENTO
Todas las firmas de análisis consultadas proyectan pocos cambios en las previsiones macroeconómicas del BCE con respecto a las publicadas en marzo. “Draghi mantuvo la puerta abierta a la flexibilización adicional de políticas en caso de que las condiciones macroeconómicas empeorasen. Los datos económicos de la zona euro han sido confusos desde entonces”, comentan los analistas de Ebury.
La inflación subyacente ha dado una de cal y una de arena, ya que en mayo ha vuelto a bajar al 0,8% desde el 1,3% alcanzado en abril -su nivel más alto desde finales de 2015-. Pero donde pone el acento el especialista en cambio de moneda es en los datos de comercio, con los PMI “muy por debajo de los niveles que el banco central considera aceptables”.
Además, los riesgos externos para las perspectivas de la zona euro se han intensificado en las últimas semanas. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha empeorado en el último mes y ya se está reflejando en los débiles indicadores del sentimiento alemán, “algo que no sorprende dada la gran dependencia del país de la demanda de China”, puntualizan estos analistas. “También parece que no hay un final a la vista para la saga del Brexit, con el creciente riesgo de que un ‘no acuerdo’”, enumeran.
Por lo tanto, no esperan tampoco estos analistas que Draghi abandone su guión, aunque “una revisión de las proyecciones de inflación al alza más agresiva de lo esperado, a la luz de los recientes datos, podría ayudar a seguir alimentando el rally que ha iniciado el euro”, redondean.