Las nuevas TLTRO retrasan aún más la normalidad del sector, según los expertos
Mario Draghi ha dinamitado de nuevo la expectativa de una subida de tipos cercana en el tiempo, con lo que no ha hecho más que alargar la agonía de los bancos en la búsqueda de su ansiada rentabilidad. Las entidades españolas sufrían el jueves en bolsa las consecuencias de las nuevas decisiones de política monetaria de la zona euro, que no solo implican un retraso en la normalización de los tipos, sino también la puesta en marcha de nuevas operaciones de refinanciación a largo plazo, las conocidas como TLTRO.
La banca española cerró el lunes una sesión bursátil dramática. Sabadell lideró las caídas del Ibex 35 con un retroceso del 7,3%, pero el resto de los bancos presentes en el selectivo no quiso quedarse atrás: Bankia se dejó un 5,3%, CaixaBank un 3,9%, Santander un 3,5%, Bankinter un 3% y BBVA un 2,9%. Y no es para menos. Draghi quiere despedirse de la presidencia del BCE sin subir los tipos, pues no lo hará este año y su salida de la autoridad monetaria está programada para el próximo mes de octubre.
Es cierto que las firmas de inversión preveían una rebaja de las previsiones de crecimiento e inflación en la zona euro para este año por parte del BCE, pero no esperaban que Draghi disparara tan pronto toda su munición para intentar frenar la desaceleración que ya nadie tiene reparos en reconocer.
“Que las TLTRO sean necesarias diez años después de la crisis muestra que la banca está aún lejos de ser normal”
“El BCE ha dado mucho más de lo esperado y el grado de política monetaria se está volviendo aún más flexible de lo que ya era”, explica Johannes Müller, jefe de Estudios Macroeconómicos de DWS. En su opinión, el hecho de que las TLTRO sean necesarias diez años después del punto álgido de la crisis “demuestra que el sistema financiero está aún lejos de ser normal”.
El anuncio del BCE tumba así las expectativas de las entidades de normalizar su situación con una subida de tipos este año. La banca tiene todas sus esperanzas puestas en un endurecimiento de la política monetaria de la zona euro que cada día se presenta más lejano y que sería el principal impulso a su rentabilidad, que se recupera poco a poco desde mínimos, pero que aún está lejos de alcanzar el deseado 10% e igualar el coste del capital.
EL PROBLEMA ES LA DEMANDA DE CRÉDITO
Nick Wall, gestor de Merian Global Investors, por su parte, cree que el BCE “no se arriesga” con el sistema bancario al ofrecerle liquidez barata a través de las TLTRO, si bien su anuncio tiene también una cara negativa para el sistema financiero. Aunque las nuevas operaciones de refinanciación “ayudan en los márgenes al mantener el coste del crédito barato, el problema en Europa es la demanda de crédito”, según explica.
Wall opina que el BCE hace “todo lo que puede” dentro de su marco legal para mantener el dinero barato, pero demostrará su impotencia “hasta que la demanda de dinero se recupere de manera significativa”, lo que no depende solamente del BCE.
Para Nuria Álvarez, analista de Renta 4, las nuevas operaciones de refinanciación pueden tener un efecto positivo a corto plazo, pero negativo a largo para la banca. De hecho, los bancos españoles, nada más conocerse el anuncio del BCE, comenzaron a subir en bolsa levemente, tras lo cual se adentraron de nuevo en terreno negativo para terminar la jornada con fuertes descensos.
"Si la situación requiere este instrumento es que por detrás hay una realidad lo suficientemente compleja como para no subir los tipos de interés, que al final es el principal driver para los bancos", explica la experta.
En la misma línea, Aitor Méndez, de IG, cree que el anuncio del BCE es pan para hoy, pero hambre para mañana para los bancos. “Lo que en principio era una medida de apoyo para el sector bancario, que contará a partir de septiembre con una nueva barra libre de liquidez cortesía del BCE, ha puesto nervioso a los inversores, que ven que en realidad estas medidas son la constatación de que el banco central está realmente preocupado por el deterioro de la economía, lo que, en ningún caso beneficia a las entidades financieras”, explica.